Ana, excelentísima, yo que tú cambiaba ese rictus aznarista que se te está poniendo con los disgustos y me venía arriba. No eres ni la primera que se lleva una 'deception' de ese calibre.
Éramos pocos y parió Miranda. Sí, hombre, Miranda Rijnsburger, la madre de los, al cierre de esta edición, últimos cinco hijos de Julio Iglesias.
No, no es que la sílfide holandesa haya alumbrado un nuevo heredero del mito: ocho, por ahora.
Tampoco digo que no pueda, mira Ana Rosa y sus gemelos in extremis.
Pero la eterna adolescente va a cumplir 48 tacos, y digo yo que a esa diosa de la fertilidad se le habrán caído los estrógenos, ya que no los glúteos.
Pero a lo que iba, que pierdo el hilo más que Arenas ante su señoría
. Resulta que el ídolo cumple 70 años y, para celebrarlo, va ¡Hola! y le encarga una entrevista en exclusiva planetaria a su hijo de 16 añitos, Miguel Iglesias Rijnsburger.
Tal y como está el oficio, con la mitad de colegas en paro, llega un niñato sin carrera ni máster ni beca precaria ni nada y te levanta una portada por su casta bonita.
Entre eso y Kiko Hernández ejerciendo de primera pluma en Sálvame, esa cumbre del género, tengo un bajonazo que ni la depresión post-COI y tal de la alcaldesa Botella.
Ana, excelentísima, yo que tú cambiaba ese rictus aznarista que se te está poniendo con los disgustos y me venía arriba.
Vale que tocaras el heaven y luego te dieras de morros con la cruda reality, pero no eres ni la primera ni la última que se lleva una deception de ese calibre en según qué tesituras
. A lo hecho, pecho, o sea. La candidatura a la alcaldía no te la prometo, menudas son Aguirre y Cifuentes al contraataque, pero te juro que la mayoría absoluta de los que se chotean de tu inglés no saben hacer ni la ou con un canuto.
Ya sabes: eso de la paja y la viga en no sé qué ojo propio o ajeno, y ahí lo dejo porque estamos en horario infantil, que diría Kiko Matamoros.
La culpa es de los miembros del COI, que, como todos los miembros del globo, prometen hasta meter, y una vez metido, olvidan lo prometido
. Te juran el oro, el moro y el bronce, y a la hora de la verdad te dejan más a los pies de los caballos que Amador Mohedano a Rosa Benito, o viceversa, ahora no me acuerdo de quién ha humillado más a quién delante del audímetro.
¿Que te la han metido doblada? Ponte a la cola, mona. ¿No se la metió Bárcenas a Rajoy durante lustros, y él le creyó a pies juntillas, según lloró en sede parlamentaria? Pues eso
. Pasa de ellos olímpicamente.
Para mí que lo que les ha espantado ha sido lo de tanto low-cost y tanto ahorro. Como llevamos años más tiesos que la jueza Alaya, no caemos en que por ahí fuera atan los dogs con longanizas.
Y, entre tú y yo, razón no les falta. Los broches de floripondios e insectos prehistóricos quedan ideales y superausteros, pero donde esté un joyón de oro macizo, que se quite el plasticazo.
Díselo a los jeques del Golfo, o viceversa, que les gusta más el colorao que a Diego El Cigala.
Total, Ana, que yo que tú, me ponía a otra cosa.
A pasar la escoba por Madrid, sin ir más lejos, que está perdidito y ahí sí te ganan en Génova, 13.
Más limpios que la patena son tus colegas, de la secretaria general a las secres de Lapuerta y Bárcenas.
Ni discos duros, ni agendas viejas: ahí los trastos se tiran, y luego que venga Ruz a por ellos.
No, no es que la sílfide holandesa haya alumbrado un nuevo heredero del mito: ocho, por ahora.
Tampoco digo que no pueda, mira Ana Rosa y sus gemelos in extremis.
Pero la eterna adolescente va a cumplir 48 tacos, y digo yo que a esa diosa de la fertilidad se le habrán caído los estrógenos, ya que no los glúteos.
Pero a lo que iba, que pierdo el hilo más que Arenas ante su señoría
. Resulta que el ídolo cumple 70 años y, para celebrarlo, va ¡Hola! y le encarga una entrevista en exclusiva planetaria a su hijo de 16 añitos, Miguel Iglesias Rijnsburger.
Tal y como está el oficio, con la mitad de colegas en paro, llega un niñato sin carrera ni máster ni beca precaria ni nada y te levanta una portada por su casta bonita.
Entre eso y Kiko Hernández ejerciendo de primera pluma en Sálvame, esa cumbre del género, tengo un bajonazo que ni la depresión post-COI y tal de la alcaldesa Botella.
Ana, excelentísima, yo que tú cambiaba ese rictus aznarista que se te está poniendo con los disgustos y me venía arriba.
Vale que tocaras el heaven y luego te dieras de morros con la cruda reality, pero no eres ni la primera ni la última que se lleva una deception de ese calibre en según qué tesituras
. A lo hecho, pecho, o sea. La candidatura a la alcaldía no te la prometo, menudas son Aguirre y Cifuentes al contraataque, pero te juro que la mayoría absoluta de los que se chotean de tu inglés no saben hacer ni la ou con un canuto.
Ya sabes: eso de la paja y la viga en no sé qué ojo propio o ajeno, y ahí lo dejo porque estamos en horario infantil, que diría Kiko Matamoros.
La culpa es de los miembros del COI, que, como todos los miembros del globo, prometen hasta meter, y una vez metido, olvidan lo prometido
. Te juran el oro, el moro y el bronce, y a la hora de la verdad te dejan más a los pies de los caballos que Amador Mohedano a Rosa Benito, o viceversa, ahora no me acuerdo de quién ha humillado más a quién delante del audímetro.
¿Que te la han metido doblada? Ponte a la cola, mona. ¿No se la metió Bárcenas a Rajoy durante lustros, y él le creyó a pies juntillas, según lloró en sede parlamentaria? Pues eso
. Pasa de ellos olímpicamente.
Para mí que lo que les ha espantado ha sido lo de tanto low-cost y tanto ahorro. Como llevamos años más tiesos que la jueza Alaya, no caemos en que por ahí fuera atan los dogs con longanizas.
Y, entre tú y yo, razón no les falta. Los broches de floripondios e insectos prehistóricos quedan ideales y superausteros, pero donde esté un joyón de oro macizo, que se quite el plasticazo.
Díselo a los jeques del Golfo, o viceversa, que les gusta más el colorao que a Diego El Cigala.
Total, Ana, que yo que tú, me ponía a otra cosa.
A pasar la escoba por Madrid, sin ir más lejos, que está perdidito y ahí sí te ganan en Génova, 13.
Más limpios que la patena son tus colegas, de la secretaria general a las secres de Lapuerta y Bárcenas.
Ni discos duros, ni agendas viejas: ahí los trastos se tiran, y luego que venga Ruz a por ellos.
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