El Gobierno británico está elaborando planes para intervenir militarmente en Siria, según ha informado un portavoz de Downing Street a la BBC.
El primer ministro británico, David Cameron, también ha considerado adelantar la primera sesión parlamentaria después de las vacaciones de verano - prevista en un principio para el lunes, 2 de septiembre - para discutir la situación en el país árabe.
El miércoles, Cameron presidirá una sesión del Consejo de Seguridad Nacional, compuesto por el primer ministro, el viceprimer ministro, Nick Clegg - que ha suspendido un viaje a Afganistán - los ministros de Defensa, Interior, Exteriores y Hacienda, así como varios secretarios de Estado, los altos mandos militares y los jefes de las agencias de información.
La oposición laborista ha pedido al Gobierno que acuda al Parlamento antes de cualquier intervención en Siria, a pesar de que el Ejecutivo de Cameron no tiene la obligación legal de hacerlo. "Aún no estamos preparados para firmar un cheque en blanco al Gobierno", ha afirmado el responsable laborista de Defensa, Douglas Alexander, en el programa matinal de la BBC
. Alexander pidió a Cameron que explicase en el Parlamento cuales son sus objetivos estratégicos: "¿Cambiar el rumbo de la guerra civil e intentar derrocar a Bachar el Asad [el presidente sirio] o simplemente degradar su capacidad de usar armas químicas impunemente?", preguntó. Varios diputados conservadores son de la misma opinión. "Necesitamos tener un propósito claro", afirmó el diputado Adam Holloway. "Ambos bandos han hecho cosas espantosas".
El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, ha afirmado que si se confirma el uso de armas químicas en Siria "la comunidad internacional debería actuar". "Alemania estará entre los que consideran que tiene que haber consecuencias", ha declarado el ministro durante una reunión anual con los embajadores alemanes
. El canciller turco, Ahmet Davutoglu, tras una entrevista con Westerwelle en Berlín, ha pedido una intervención internacional en Siria tras declarar que "las líneas rojas se han superado muchas veces". Turquía, país fronterizo con Siria, ha respaldado a los rebeldes contra el Gobierno de Bachar el Asad en numerosas ocasiones.
El primer ministro británico, David Cameron, también ha considerado adelantar la primera sesión parlamentaria después de las vacaciones de verano - prevista en un principio para el lunes, 2 de septiembre - para discutir la situación en el país árabe.
El miércoles, Cameron presidirá una sesión del Consejo de Seguridad Nacional, compuesto por el primer ministro, el viceprimer ministro, Nick Clegg - que ha suspendido un viaje a Afganistán - los ministros de Defensa, Interior, Exteriores y Hacienda, así como varios secretarios de Estado, los altos mandos militares y los jefes de las agencias de información.
La oposición laborista ha pedido al Gobierno que acuda al Parlamento antes de cualquier intervención en Siria, a pesar de que el Ejecutivo de Cameron no tiene la obligación legal de hacerlo. "Aún no estamos preparados para firmar un cheque en blanco al Gobierno", ha afirmado el responsable laborista de Defensa, Douglas Alexander, en el programa matinal de la BBC
. Alexander pidió a Cameron que explicase en el Parlamento cuales son sus objetivos estratégicos: "¿Cambiar el rumbo de la guerra civil e intentar derrocar a Bachar el Asad [el presidente sirio] o simplemente degradar su capacidad de usar armas químicas impunemente?", preguntó. Varios diputados conservadores son de la misma opinión. "Necesitamos tener un propósito claro", afirmó el diputado Adam Holloway. "Ambos bandos han hecho cosas espantosas".
El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, ha afirmado que si se confirma el uso de armas químicas en Siria "la comunidad internacional debería actuar". "Alemania estará entre los que consideran que tiene que haber consecuencias", ha declarado el ministro durante una reunión anual con los embajadores alemanes
. El canciller turco, Ahmet Davutoglu, tras una entrevista con Westerwelle en Berlín, ha pedido una intervención internacional en Siria tras declarar que "las líneas rojas se han superado muchas veces". Turquía, país fronterizo con Siria, ha respaldado a los rebeldes contra el Gobierno de Bachar el Asad en numerosas ocasiones.
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