Un blog sobre las ansiedades, ínfulas, confesiones y caprichos
diarios que comparten las personalidades públicas en redes sociales
. Lo más llamativo del mundo visto por los famosos, lo más delirante de los famosos vistos por el mundo y todo sobre ese insólito punto en el que ambos fenómenos se entrecruzan.
. Lo más llamativo del mundo visto por los famosos, lo más delirante de los famosos vistos por el mundo y todo sobre ese insólito punto en el que ambos fenómenos se entrecruzan.
Sobre el autor
Tom C. Avendaño es periodista.
Se hace un lío con el país al que pertenece, si España o Estados
Unidos, y suele resolverlo declarándose ciudadano de las redes sociales.
Lo de los intereses lo tiene más claro: investigar cuánto dice la
cultura popular sobre el mundo en que vivimos.
Pongamos que una mujer, a la que llamaremos Farrah, se ve inusualmente agraciada en una serie de fotos pero que, por el motivo que sea, ambiciona verse aún mejor.
Con pómulos más elevados y labios más carnosos, por ejemplo.
Supongamos que Farrah deja su sueño de alcanzar la perfección estética en manos de un tipo anónimo que lleva una página web en la que se ofrecen retoques gratuitos de Photoshop. Mandaría, pues, imágenes como estas:
"Quiero tener los labios más carnosos y los pómulos más altos"
Hay que suponer que Farrah es real y que la imagen que recibió estaba hecha con mala leche porque es difícil de confirmar: las imágenes son reales pero la web que empleó para solicitar el barniz de Photoshop se llama PhotoRequest y su objetivo es que el diseñador gráfico a cargo de las imágenes no obedezca ninguna de las instrucciones que se le pide, sino que las pervierta con interpretaciones demasiado literales de sus órdenes.
De ahí que muchos de los que le escriben no sean quienes salen en sus fotos, sino gente que quiere jugársela a quienes salen en ellas y se hacen pasar por ellos. PhotoRequest es la cara pública de PhotoTroll, la web de un troll de Photoshop; un longevo arte perfeccionado por países orientales que estos días experimenta un repunte en popularidad tras haber sido descubierto por varios medios occidentales.
Las bases del trolleo fotográfico quedaron asentadas en los primeros ejemplos del asunto, que se
encuentran en China alrededor de 2008: un incauto
cibernauta manda una foto tirando a sosa en la él mismo sale generalmente
rodeado del paisaje más aburrido del mundo y pide que algún retoque.
Que se le añadan más músculos o una chica guapa en sus brazos o que se retire algo que le molesta. Lo de pedir que alguien retoque una foto se estila, al fin y al cabo, desde 2002.
Solo que, tras unos años de contemplar cómo los cibernautas del mundo pedían, imperérritos, que diseñadores gráficos trabajaran gratis en sus fotos cotidianas, surgió una cultura de venganza: la de dejar al cliente lo más insatisfecho y humillado posible.
Así surgieron grandes hitos como el chico que había adoptado una inexplicable pose a caballo entre un superhéroe y el punto álgido de una sobredosis de ácido y quería "parecer más héroe".
"Por favor, ponedme a una chica por ahí", puntualizaba, sibarita. La original era así:
Los Maestros de Photoshop (ese era el nombre encubierto de los trolls
en China hasta que la el fenómeno se trasladó a Weibo y, al popularizarse, la gente aprendió a no fiarse de nadie con ese
nombre y la cosa pasó a llamarse No pidas ayuda a los Maestros de Photoshop) contestaron con la única respuesta posible:
La culpa de que la práctica haya vuelto a recibir atención este verano la tiene en parte una página que surgió en Facebook a finales de junio: llamada, en coreano, Hacemos Photoshop, reunió a miles de usuarios recordándoles lo divertido que es participar en algo que ya ahora tiene más de juego que de trastada. Ahora son los usuarios los que ponen a prueba la imaginación de los trolls en cuestión y les obligan el arte a la locura más surrealista concebible
. De esa página han salido clásicos inmediatos como un chico que aparece sentado a lo alto de un monte y frente a un imponente paisaje. Tiene el gesto alicaído y unos épicos calcetines grises con dibujitos y subidos hasta arriba como única compañía. "Por favor, haced que los pantalones cubran los calcetines", pidió en un ejercicio de prudencia. "Y también, como he estado un poco deprimido últimamente, poned algo de soju [un popular bebida coreana] por ahí":
La respuesta fue una joya de la creatividad gráfica:
También de allí salió un pobre joven al que se le antojó soso el párking en el que había ejecutado una jactanciosa señal de victoria y pidió que alguien hiciera el favor de cambiar el entorno para estar a la altura de su fino dengue triunfal. "¡Quiero estar rodeado de mujeres!", especificó.
Dicho y hecho:
Lo cual no es más que una muestra de la lógica detrás del invento: si una petición denota vanidad o ego, se responde de la forma más humillante posible. Como esta mujer que heroicamente desafió a la gravedad frente a una lente y evidentemente pensó que para qué parar ahí y que por qué nadie la convertía en una superheroína.
La respuesta fue un escueto: "La Mujer Invisible".
Por otro lado, si una petición solicita solo un humilde retoque para corregir el defecto de una imagen que la posteridad podría considerar fallida, el tono que se le da es de esperpéntico malententido.
A saber, un pobre hombre que se molestó en adquirir la ubicua pose del turista que salta en un entorno divertido como Disneylandia y no vio el brío deseado en el resultado final. Así que pidió: "Os agradecería que borráseis a la gente del fondo. Es Disneylandia pero no parece un parque de atracciones. Por favor, hacedlo más divertido".
El resultado:
Ambos ejercicios -el chino y el coreano- fueron recogidos por webs de noticias como Buzzfeed o Kotaku que recopilan fenómenos cibernéticos entre mayo y julio de este año, lo que explica que haya crecido el interés en un fenómeno que también existe en Occidente pero con menos ímpetu
. Salvo excepciones honrosas, la expresión más conocida del fenómeno aquí fue la que provocó un hombre al publicar, el nueve de diciembre de 2011, en Reddit una foto que perpetuaba el tópico de hombre-que-hace-como-que-tiene-el-sol-poniente-entre-los-dedos. El original había sido un absoluto desastre:
Así que un usuario de Reddit llamado Acielaw, que puede o no ser el sujeto que sale en la foto, se preguntó si no podría alguien reubicar el centro del Sistema Solar para que él no hiciera el ridículo. El resultado fue el de los trolls del mundo unidos pariendo durante un año bromas del estilo:
Pero, aparte de eso, el trolleo de imágenes había sido un arte que siempre había encontrado en Asia su máxima expresión
. De ahí esta fascinación de medios estadounidenses con ellos: está a medio camino entre la carcajada más amplia y el más sentido homenaje.
Los trolls estarían encantados.
Que se le añadan más músculos o una chica guapa en sus brazos o que se retire algo que le molesta. Lo de pedir que alguien retoque una foto se estila, al fin y al cabo, desde 2002.
Solo que, tras unos años de contemplar cómo los cibernautas del mundo pedían, imperérritos, que diseñadores gráficos trabajaran gratis en sus fotos cotidianas, surgió una cultura de venganza: la de dejar al cliente lo más insatisfecho y humillado posible.
Así surgieron grandes hitos como el chico que había adoptado una inexplicable pose a caballo entre un superhéroe y el punto álgido de una sobredosis de ácido y quería "parecer más héroe".
"Por favor, ponedme a una chica por ahí", puntualizaba, sibarita. La original era así:
"Quiero parecer más héroe. Por favor, ponedme una chica por ahí".
La culpa de que la práctica haya vuelto a recibir atención este verano la tiene en parte una página que surgió en Facebook a finales de junio: llamada, en coreano, Hacemos Photoshop, reunió a miles de usuarios recordándoles lo divertido que es participar en algo que ya ahora tiene más de juego que de trastada. Ahora son los usuarios los que ponen a prueba la imaginación de los trolls en cuestión y les obligan el arte a la locura más surrealista concebible
. De esa página han salido clásicos inmediatos como un chico que aparece sentado a lo alto de un monte y frente a un imponente paisaje. Tiene el gesto alicaído y unos épicos calcetines grises con dibujitos y subidos hasta arriba como única compañía. "Por favor, haced que los pantalones cubran los calcetines", pidió en un ejercicio de prudencia. "Y también, como he estado un poco deprimido últimamente, poned algo de soju [un popular bebida coreana] por ahí":
"Por favor, haced que los pantalones cubran los calcetines y poned algo de 'soju"
También de allí salió un pobre joven al que se le antojó soso el párking en el que había ejecutado una jactanciosa señal de victoria y pidió que alguien hiciera el favor de cambiar el entorno para estar a la altura de su fino dengue triunfal. "¡Quiero estar rodeado de mujeres!", especificó.
"Poned un harén a mi alrededor. ¡Quiero estar rodeado de mujeres!"
Dicho y hecho:
Lo cual no es más que una muestra de la lógica detrás del invento: si una petición denota vanidad o ego, se responde de la forma más humillante posible. Como esta mujer que heroicamente desafió a la gravedad frente a una lente y evidentemente pensó que para qué parar ahí y que por qué nadie la convertía en una superheroína.
"¡Convertidme en una superheroína!"
La respuesta fue un escueto: "La Mujer Invisible".
Por otro lado, si una petición solicita solo un humilde retoque para corregir el defecto de una imagen que la posteridad podría considerar fallida, el tono que se le da es de esperpéntico malententido.
A saber, un pobre hombre que se molestó en adquirir la ubicua pose del turista que salta en un entorno divertido como Disneylandia y no vio el brío deseado en el resultado final. Así que pidió: "Os agradecería que borráseis a la gente del fondo. Es Disneylandia pero no parece un parque de atracciones. Por favor, hacedlo más divertido".
"Os
agradecería mucho que borráseis a la gente del fondo. Es Disneylandia
pero no parece un parque de atracciones. Por favor, hacedlo más
divertido"
Ambos ejercicios -el chino y el coreano- fueron recogidos por webs de noticias como Buzzfeed o Kotaku que recopilan fenómenos cibernéticos entre mayo y julio de este año, lo que explica que haya crecido el interés en un fenómeno que también existe en Occidente pero con menos ímpetu
. Salvo excepciones honrosas, la expresión más conocida del fenómeno aquí fue la que provocó un hombre al publicar, el nueve de diciembre de 2011, en Reddit una foto que perpetuaba el tópico de hombre-que-hace-como-que-tiene-el-sol-poniente-entre-los-dedos. El original había sido un absoluto desastre:
"¿Podéis mover el sol para que esté entre mis dedos?"
Pero, aparte de eso, el trolleo de imágenes había sido un arte que siempre había encontrado en Asia su máxima expresión
. De ahí esta fascinación de medios estadounidenses con ellos: está a medio camino entre la carcajada más amplia y el más sentido homenaje.
Los trolls estarían encantados.
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