Tras varias semanas en que los diferentes miembros
de la familia real
se han dejado ver por Mallorca, la reina Sofía se ha quedado sola en la
isla, donde previsiblemente permanecerá hasta finales de agosto
. Para
su estancia estival, los asesores de doña Sofía han diseñado una agenda
salpicada de actos oficiales que ha dado comienzo esta misma mañana, con
una visita a la sede palmesana de Cáritas.
Allí, la reina se ha interesado por el trabajo de los voluntarios y
ha conocido de primera mano algunos de los cursos y talleres que ofrece
la entidad católica, enfocados especialmente a fomentar la ocupación.
Los participantes en las clases de castellano y de confección han podido
saludar a doña Sofía, que ha finalizado el paseo con una degustación de
productos de comercio justo y un brindis con
bisap, una bebida
típica del Senegal a base de agua y hojas de hibisco.
Un grupo de
ciudadanos de ese país le ha regalado un vestido hecho a mano en uno de
los talleres. Durante la visita, la reina ha estado acompañada del
presidente del gobierno balear, José Ramón Bauzá, y el obispo de
Mallorca y presidente de Cáritas, Xavier Salinas, entre otras
autoridades. Mañana, doña Sofía se desplazará a Menorca para presidir el
Foro Menorca Illa del Rei, que en su quinta edición promueve la
candidatura de la isla a ser patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Sus asesores le han diseñado una agenda salpicada de actos oficiales
La Reina afronta así su agosto más solitario en Marivent.
El príncipe
Felipe fue el último en abandonar Mallorca, este domingo, para reunirse
en Madrid y continuar sus vacaciones con la princesa Letizia y sus
hijas, las infantas Leonor y Sofía.
Este verano, los príncipes han
pasado una semana en la isla.
Se dejaron ver en las instalaciones del
Real Club Náutico de Palma, fueron al cine y posaron ante la prensa
durante una
excursión a la granja de Esporles,
una finca rural situada en la Serra de Tramuntana, a pocos kilómetros
del incendio que asoló más de 2.300 hectáreas de este parque natural.
La presencia del
Rey en Mallorca
ha quedado reducida a su mínima expresión, apenas tres días, tras los
cuales el monarca regresó a la Zarzuela para continuar con los
ejercicios de rehabilitación de su cadera
. En Palma, don Juan Carlos
presidió la clásica recepción a las autoridades locales y despachó con
el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en Marivent.
Retirado de la
circulación el yate
Fortuna y con las infantas Elena y Cristina en un papel muy secundario, la Reina permanece como el miembro de la Casa Real
más fiel al verano mallorquín.
La verdad es que se da una imágen muy pobre de todo lo Real....No podían quedarse un poco más? Claro que ya no tienen ni yate ni lucen las sandalias mallorquinas ni las ensaimadas....!Una pena porque a este ritmo se nos hunde",
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