El catalán, de 84 años, fue uno de los que mejor captó la Gauche Divine
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El fotógrafo Oriol Maspons fallece en Barcelona
El catalán, de 84 años, fue uno de los que mejor captó la Gauche Divine
El fotógrafo Oriol Maspons (Barcelona, 1928), uno de los integrantes
del grupo de renovación estética e intelectual de la Gauche Divine, ha
fallecido hoy en Barcelona a los 84 años de edad, ha informado un
portavoz de su familia. Maspons fue uno de los fotodocumentalistas más
significativos de la segunda mitad del siglo XX en Barcelona.
Con su
cámara supo captar las dos caras del país en el tardofranquismo, tanto
el barraquismo de las ciudades o la miseria de las zonas más pobres del
país como los cambios que comenzaba a realizar el turismo en la sociedad
española y el surgimiento de nuevos movimientos como la Gauche Divine.
"El hombre se va, su obra queda", ha declarado a Efe Alex Maspons, el
hijo del reputado fotógrafo.
En la ciudad condal, desde 1956, fue parte del consejo editorial de
la revista AFAL y conocido por su actividad en la Agrupación Fotográfica
de Catalunya
. Desde entonces el artista catalán es reconocido por sus
fotografías al litoral barcelonés y las barracas del Somorrostro
.
También fue un gran retratista y delante de su objetivo estuvieron desde
Salvador Dalí a La Chunga pasando por Tàpies o Tete Montoliu.
En los
últimos años se había mostrado preocupado por el futuro de su archivo,
que finalmente ha quedado depositado en el MNAC por un periodo de diez años renovables.
El museo le dedicó en 1998 una exposición retrospectiva y ya cuenta
en sus fondos con 57 piezas donadas por el fotógrafo además de otras 7
fotografías en depósito. El archivo enriquece la colección fotográfica
del museo, compuesta por unas 6.500 obras, en el periodo de los años 50 y
60, uno de los más fructíferos del documentalismo en Cataluña.
Uno de los momentos más decisivos en la trayectoria de Maspons fueron
los dos años en los que vivió y trabajó en París -a mediados de los
cincuenta-, ya que en la capital francesa entró en contacto con el
modelo de reportaje de Cartier Bresson y la agencia Magnum.
En 1957, de
regreso a Barcelona, alternó la moda y la publicidad con el reportaje
para la Gaceta Ilustrada.
Un año después, el Museo de Arte
Moderno de Nueva York adquirió tres fotografías suyas para el fondo
permanente de autores y, en 1959, Gran Bretaña le distinguió como mejor
fotógrafo del año.
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