Una tarde de rebajas por Oxford Street puede saldarse con una tarjeta
de crédito tiesa, las prendas pegadas al cuerpo por el verano y la
muchedumbre londinenses, y la sospecha de no haber visto antes a tantos
dependientes españoles juntos atendiendo los comercios ni siquiera en
nuestro país.
Si pasean por París este verano o acaban en el Villagio Shopping Mall de Doha quizás no vean a tantos compatriotas detrás de los mostradores, pero el calor será parecido y las tarjetas pueden acabar igual de petrificadas, sobre todo si las prendas las adquieren en las mismas cadenas low cost.
Resulta bastante sorprendente observar cómo oscilan los precios en estas tiendas según el país donde se vendan. Mismo vestido, precio diferente. ¿Les suena?
Los más de 1.900 comercios de Zara por el mundo −según el último informe anual de Inditex− completan el mejor campo de pruebas para ver cómo se desarrolla la estrategia de precios en 86 mercados diferentes. Un vestido fucsia de cuello halter ha sido uno de los grandes best sellers de la temporada de verano
. Su precio en España −el país donde los precios de Inditex son más competitivos− era de 29,95 euros antes del periodo de rebajas, mientras que en Rusia costaba 44,49 euros (1.899 rublos) y en Suecia 46,26 euros (399 coronas).
En Japón los precios de la marca son más elevados: la etiqueta marcaba una diferencia notable respecto de la de nuestro país, 53,39 euros (6.990 yenes).
Lo mismo ocurre con otras firmas del grupo gallego
. Un vestido de punto brillante de color marfil de Massimo Dutti que antes de rebajarlo costaba 69,95 euros, en Marruecos valía 89,42 euros (995 dirhams) y en México 97,13 euros (1590 pesos). Mango, otra de las referencias en la moda para grandes públicos, lleva a cabo una política similar
. Sus más de 2.000 tiendas ofrecen desde primavera un vestido satinado de color azulejo que en España se ha vendido por 25,99 euros.
Si la diferencia con relación a la etiqueta alemana era de cuatro euros más, los canadienses la han adquirido por 36,72 euros (49,99 dólares) y los iraquíes por algo menos: 32,11 euros (49.000 dinares).
Pero, ¿está justificada esta política de precios tan desemejante?
En declaraciones a S Moda, fuentes de Mango reconocen esta práctica y aseguran que las diferencias se fundamentan en una cuestión impositiva y de alquileres.
"Las tasas y los impuestos cambian tanto de unos mercados a otros que la empresa debe adaptarse, justo tal y como ocurre con los precios de los alquileres que pagamos por los locales", aclaran. Por lo tanto, en su caso no existe arbitrariedad a la hora de ofrecerse a sus clientes. "Las variaciones en el etiquetado están justificadas", concluyen.
Además, en Mango explican que si bien sus colecciones son universales, el 20% de la producción se adapta a la particularidad de cada lugar. El frío, el calor o las singularidades culturales y sociales determinan el acceso a ciertas prendas según el país.
En opinión de algunos analistas, también existe otro factor que influye en los precios.
La percepción del público sobre los gigantes asequibles en los mercados domésticos es diferente de la que se percibe en el exterior, por lo que hay quienes aseguran que este hecho juega en favor de las empresas. Zara, por ejemplo, no compite en la misma liga en casa que en Estados Unidos o Japón.
Ya sea por cuestiones arancelarias, logísticas o de otro tipo, por norma general sus precios varían hasta un 30% en el continente americano, Asia y el resto de Europa.
En Japón la diferencia puede llegar hasta al 50%. Es cierto que los productos de las tiendas de Inditex y Mango en España son más baratos, pero en época de rebajas hay veces en las que se encuentran excepciones con piezas que en otros países pueden llegar a ser ligeramente más económicas.
Ya ven que el éxito empresarial se sustenta sobre estrategias perfectamente calculadas.
Si pasean por París este verano o acaban en el Villagio Shopping Mall de Doha quizás no vean a tantos compatriotas detrás de los mostradores, pero el calor será parecido y las tarjetas pueden acabar igual de petrificadas, sobre todo si las prendas las adquieren en las mismas cadenas low cost.
Resulta bastante sorprendente observar cómo oscilan los precios en estas tiendas según el país donde se vendan. Mismo vestido, precio diferente. ¿Les suena?
Los más de 1.900 comercios de Zara por el mundo −según el último informe anual de Inditex− completan el mejor campo de pruebas para ver cómo se desarrolla la estrategia de precios en 86 mercados diferentes. Un vestido fucsia de cuello halter ha sido uno de los grandes best sellers de la temporada de verano
. Su precio en España −el país donde los precios de Inditex son más competitivos− era de 29,95 euros antes del periodo de rebajas, mientras que en Rusia costaba 44,49 euros (1.899 rublos) y en Suecia 46,26 euros (399 coronas).
En Japón los precios de la marca son más elevados: la etiqueta marcaba una diferencia notable respecto de la de nuestro país, 53,39 euros (6.990 yenes).
Lo mismo ocurre con otras firmas del grupo gallego
. Un vestido de punto brillante de color marfil de Massimo Dutti que antes de rebajarlo costaba 69,95 euros, en Marruecos valía 89,42 euros (995 dirhams) y en México 97,13 euros (1590 pesos). Mango, otra de las referencias en la moda para grandes públicos, lleva a cabo una política similar
. Sus más de 2.000 tiendas ofrecen desde primavera un vestido satinado de color azulejo que en España se ha vendido por 25,99 euros.
Si la diferencia con relación a la etiqueta alemana era de cuatro euros más, los canadienses la han adquirido por 36,72 euros (49,99 dólares) y los iraquíes por algo menos: 32,11 euros (49.000 dinares).
En declaraciones a S Moda, fuentes de Mango reconocen esta práctica y aseguran que las diferencias se fundamentan en una cuestión impositiva y de alquileres.
"Las tasas y los impuestos cambian tanto de unos mercados a otros que la empresa debe adaptarse, justo tal y como ocurre con los precios de los alquileres que pagamos por los locales", aclaran. Por lo tanto, en su caso no existe arbitrariedad a la hora de ofrecerse a sus clientes. "Las variaciones en el etiquetado están justificadas", concluyen.
Además, en Mango explican que si bien sus colecciones son universales, el 20% de la producción se adapta a la particularidad de cada lugar. El frío, el calor o las singularidades culturales y sociales determinan el acceso a ciertas prendas según el país.
En opinión de algunos analistas, también existe otro factor que influye en los precios.
La percepción del público sobre los gigantes asequibles en los mercados domésticos es diferente de la que se percibe en el exterior, por lo que hay quienes aseguran que este hecho juega en favor de las empresas. Zara, por ejemplo, no compite en la misma liga en casa que en Estados Unidos o Japón.
Ya sea por cuestiones arancelarias, logísticas o de otro tipo, por norma general sus precios varían hasta un 30% en el continente americano, Asia y el resto de Europa.
En Japón la diferencia puede llegar hasta al 50%. Es cierto que los productos de las tiendas de Inditex y Mango en España son más baratos, pero en época de rebajas hay veces en las que se encuentran excepciones con piezas que en otros países pueden llegar a ser ligeramente más económicas.
Ya ven que el éxito empresarial se sustenta sobre estrategias perfectamente calculadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario