Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 jul 2013

Cinco Horas con Bárcenas

Bárcenas:“Por delicadeza, no contábamos los billetes delante de los donantes”, delicadeza dice el que roba soborna estafa miente trafica, dice que tiene delicadeza, Dignidad no, por lo que vemos.

Luis Bárcenas iba a soltar toda su verdad, y quería hacerlo de un tirón.
 De hecho, no tomó ni un vaso de agua durante cinco horas y media que pasó en el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y rechazó un descanso que le ofreció el juez Pablo Ruz a mitad de la sesión: “Prefiero terminar cuanto antes y volver a Soto del Real”, le contestó al magistrado.
 La declaración del extesorero del PP ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz —un interrogatorio cargado de datos comprometedores para los nombres que han controlado el centro-derecha español durante las últimas dos décadas—, no fue fruto del arrepentimiento; ni siquiera de una reflexión tras dos semanas largas en la cárcel. No.
 La confesión, coinciden diversas fuentes, responde a una mezcla de venganza tras su encarcelamiento a petición de la fiscalía y de pura estrategia de defensa.
Hubo grandes revelaciones, capaces de marcar la agenda política durante semanas, pero también silencios y amnesias selectivas.
La décima declaración de Bárcenas en sede judicial —la cuarta ante Ruz— reflejó un notable cambio de actitud: el extesorero respondió a las cuestiones que le plantearon todas las partes, incluidas las acusaciones populares, a las que hasta ahora había despreciado. Bárcenas llegó a pedir perdón al letrado de la asociación ADADE, José Mariano Benítez de Lugo, al que el pasado 27 de junio había amenazado tras pedir su ingreso en prisión: “Socialista, me vas a encontrar”, le dijo entonces.
Antes de iniciar la declaración, Bárcenas pidió permiso para que su imagen no fuera distinta de la de sus nueve comparecencias anteriores.
 Vestido con un traje gris marengo y camisa rosa, pidió ponerse una corbata, una prenda que no podía poseer ya que está prohibida en la cárcel.
 Obtuvo el consentimiento y acopló en su cuello una de color azul, prestada por su nuevo abogado, el exjuez Javier Gómez de Liaño.
Tras confirmar ante Ruz a sus letrados, el matrimonio formado Gómez de Liaño y la exfiscal Dolores Márquez de Prado, el extesorero lanzó su primera bomba, toda una declaración de intenciones:
“No es cierto que no haya una contabilidad b”.

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