La comparecencia de Rajoy en el Congreso será el próximo 1 de agosto.
La oposición no seguirá a Rajoy en sus intención de mezclar economía con Bárcenas.
A las nueve de la mañana del 1 de agosto el presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, subirá a la tribuna de oradores del Senado
- El hemiciclo del Congreso está en obras - para dar cuenta a la opinión pública de "la situación política y económica", como figura en el escrito que ha remitido al Congreso para comunicar su comparecencia "a petición propia".
Esta es la traducción que el presidente ha hecho de la presión de todos los grupos de oposición para que compareciera y explicara los máximos detalles posibles de la presunta financiación irregular del PP durante veinte años. También de la supuesta percepción de dinero fuera de la ley del propio presidente y de la cúpula del PP como acusa el extesorero Luis Bárcenas,preso en la cárcel madrileña de Soto del Real. La oposición solo quiere hablar en esta ocasión del caso Bárcenas, o como lo han rebautizado "el caso PP". Así los prolegómenos del debate no son pacíficos porque los grupos de oposición tildan de "trampa" la intención del presidente de desviar la atención a otros asuntos que no sean la financiación del PP. Así lo ha advertido Cayo Lara de Izquierda Unida; Joan Tardá de ERC; y Emilio Olabarría del PNV
. En las próximas horas la dirección del PSOE va a dar su opinión pero en fuentes de ese partido se está en la línea de poner freno a cualquier intento de desviar la atención.
Además, el PSOE considera inexcusables las explicaciones que debe dar el presidente pero mantiene su petición de que dimita.
Tampoco se apea de su tesis el coordinador general de IU, Cayo Lara que pedirá en el debate la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales.
Lo han conseguido y están satisfechos.
Los grupos de oposición han vencido en la práctica a la mayoría numérica del PP al crear un clima a favor de la comparecencia de Rajoy del que el presidente no ha podido hacer abstracción.
No obstante, el jefe del Ejecutivo tratará de dar a su comparecencia un contenido más amplio y de ahí que en su enunciado se refiera a la "situación política y económica" por lo que la oposición da por seguro que el debate empezará con la situación económica. Le acompañará el dato favorable de la Encuesta de Población Activa (EPA), de las exportaciones, y del turismo
. La lucha contra la corrupción, en general, y el caso Bárcenas, en particular será abordado por el presidente. Hasta dónde llegará el presidente en sus explicaciones sobre el extesorero al que él nombró es la clave de la respuesta que dé la oposición.
Ahora la discusión va a estar sobre el contenido que el presidente quiera dar al debate y ya se apunta en los grupos parlamentarios cierta irritación ante el anuncio de que el debate excederá el tema por el que la oposición ha batallado durante seis meses, desde que a últimos de enero EL PAÍS publicó los llamados papeles de Bárcenas.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban ha pedido al presidente que no mezcle el debate de la situación económica con la corrupción porque no le seguirán. Y así lo ha reafirmado esta mañana el diputado de su grupo Emilio Olabarría. "Se tiene que hablar de corrupción y del caso concreto del PP, no de otras materias".
Más expresivo ha sido aún el coordinador general de IU, Cayo Lara, que habla de "tomadura de pelo" el contenido del escrito del gobierno ante la pretensión de hablar de otros asuntos que no sean la corrupción en relación al PP.
"Esto sería una trampa que no podemos admitir", ha dicho
. También de trampa ha hablado el portavoz adjunto de ERC, Joan Tardá.
Todas las concepciones preconcebidas están aseguradas.
Los socialistas no se apean de su tesis de dimisión de Mariano Rajoy por cuanto que, a su juicio, diga lo que diga, el baldón sobre lo que Bárcenas pueda declarar lo tiene sobre sí y esa situación le resta "autonomía" para conducir con plenitud el gobierno del país. Esta dimisión debe ir aparejada con la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, según va a pedir Izquierda Plural.
Lo único que será pacifico será el desarrollo formal del debate toda vez que el presidente del Congreso, Jesús Posada, se ha comprometido a ser flexible en un formato en el que el presidente tiene tiempo ilimitado y los portavoces dos turnos.
No menos de cinco horas durará el primer debate monográfico sobre el caso Bárcenas
- El hemiciclo del Congreso está en obras - para dar cuenta a la opinión pública de "la situación política y económica", como figura en el escrito que ha remitido al Congreso para comunicar su comparecencia "a petición propia".
Esta es la traducción que el presidente ha hecho de la presión de todos los grupos de oposición para que compareciera y explicara los máximos detalles posibles de la presunta financiación irregular del PP durante veinte años. También de la supuesta percepción de dinero fuera de la ley del propio presidente y de la cúpula del PP como acusa el extesorero Luis Bárcenas,preso en la cárcel madrileña de Soto del Real. La oposición solo quiere hablar en esta ocasión del caso Bárcenas, o como lo han rebautizado "el caso PP". Así los prolegómenos del debate no son pacíficos porque los grupos de oposición tildan de "trampa" la intención del presidente de desviar la atención a otros asuntos que no sean la financiación del PP. Así lo ha advertido Cayo Lara de Izquierda Unida; Joan Tardá de ERC; y Emilio Olabarría del PNV
. En las próximas horas la dirección del PSOE va a dar su opinión pero en fuentes de ese partido se está en la línea de poner freno a cualquier intento de desviar la atención.
Además, el PSOE considera inexcusables las explicaciones que debe dar el presidente pero mantiene su petición de que dimita.
Tampoco se apea de su tesis el coordinador general de IU, Cayo Lara que pedirá en el debate la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales.
Lo han conseguido y están satisfechos.
Los grupos de oposición han vencido en la práctica a la mayoría numérica del PP al crear un clima a favor de la comparecencia de Rajoy del que el presidente no ha podido hacer abstracción.
No obstante, el jefe del Ejecutivo tratará de dar a su comparecencia un contenido más amplio y de ahí que en su enunciado se refiera a la "situación política y económica" por lo que la oposición da por seguro que el debate empezará con la situación económica. Le acompañará el dato favorable de la Encuesta de Población Activa (EPA), de las exportaciones, y del turismo
. La lucha contra la corrupción, en general, y el caso Bárcenas, en particular será abordado por el presidente. Hasta dónde llegará el presidente en sus explicaciones sobre el extesorero al que él nombró es la clave de la respuesta que dé la oposición.
Ahora la discusión va a estar sobre el contenido que el presidente quiera dar al debate y ya se apunta en los grupos parlamentarios cierta irritación ante el anuncio de que el debate excederá el tema por el que la oposición ha batallado durante seis meses, desde que a últimos de enero EL PAÍS publicó los llamados papeles de Bárcenas.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban ha pedido al presidente que no mezcle el debate de la situación económica con la corrupción porque no le seguirán. Y así lo ha reafirmado esta mañana el diputado de su grupo Emilio Olabarría. "Se tiene que hablar de corrupción y del caso concreto del PP, no de otras materias".
Más expresivo ha sido aún el coordinador general de IU, Cayo Lara, que habla de "tomadura de pelo" el contenido del escrito del gobierno ante la pretensión de hablar de otros asuntos que no sean la corrupción en relación al PP.
"Esto sería una trampa que no podemos admitir", ha dicho
. También de trampa ha hablado el portavoz adjunto de ERC, Joan Tardá.
Todas las concepciones preconcebidas están aseguradas.
Los socialistas no se apean de su tesis de dimisión de Mariano Rajoy por cuanto que, a su juicio, diga lo que diga, el baldón sobre lo que Bárcenas pueda declarar lo tiene sobre sí y esa situación le resta "autonomía" para conducir con plenitud el gobierno del país. Esta dimisión debe ir aparejada con la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones, según va a pedir Izquierda Plural.
Lo único que será pacifico será el desarrollo formal del debate toda vez que el presidente del Congreso, Jesús Posada, se ha comprometido a ser flexible en un formato en el que el presidente tiene tiempo ilimitado y los portavoces dos turnos.
No menos de cinco horas durará el primer debate monográfico sobre el caso Bárcenas
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