La sala luminosa que alberga 10 pinturas y un dibujo de Jackson Pollock, en la Colección Peggy Guggenheim de Venecia
parece el escenario de un crimen.
Una cinta impide al público entrar. Hay nueve científicos italianos en plena faena, ocho ordenadores, tres máquinas que disparan rayos de luz infrarroja y un par escáners.
En el pasado han sido analizadas otras piezas de Jackson Pollock (Cody, 1912 - Long Island, 1956); pero nunca antes 11 obras juntas. Las investigaciones científicas que se realizan por estos días en Venecia ayudarán a comprender la escencia de Pollock.
“Estos son los análisis más importantes nunca antes efectuados en la obra de Pollock
. Es la primera vez que se estudia el pintor de forma tan profunda y con técnicas avanzadas”, explica el director del departamento de conservación de la Colección Peggy Guggenheim de Venecia y coordinador general del proyecto, Luciano Pensabene Buemi.
Dicen que Peggy Guggenheim lamentó toda su vida haber donado muchas obras del máximo exponente del action painting. La mecenas conoció a Pollock en la primavera de 1943. En el verano siguiente ya habían iniciado una relación profesional con tintes amorosos.
Ella regalaba obras de Pollock a coleccionistas que visitaban su galería, Art of this Century, con sede en Nueva York.
Peggy creyó siempre en Pollock.
Con tal de que se pusiera a pintar y dejase el alcoholismo, le ayudó económicamente, pagándole un salario mensual de 150 dólares estadounidenses
. Y entre 1945 y 1948 el salario pasó a ser de 300 dólares.
Peggy influenció su carrera y lo estimuló para que experimentase nuevas técnicas.
Ella lo catapultó a la Bienal de Venecia, en 1945. Y, en 1950 organizó la exposición de 18 cuadros en el veneciano Museo Correr.
Este último evento coincidió con el debut de Pollock en el pabellón estadounidense, en los Jardines de la Bienal.
Desde el punto de vista histórico, el rastreo de las 11 obras que Peggy quiso conservar en su colección personal es de vital importancia
. Las pinturas analizadas abarcan un periodo vibrante (1943-1947) en la carrera del artista que decía sentirse a su aire pintando en el suelo
. Representan la época en que Pollock adpota la técnica del dripping, o bien, el color que goteaba desde el pincel o directamente desde los contenedores de pintura sobre una superficie horizontal. “Las investigaciones son todas no invasivas
. Revelarán cuáles materiales fueron empleados, lo cual es importantísimo para comprender la evolución de la técnica. Esta información nos servirá en el momento de una eventual rehabilitación”, añade Pensabene Buemi.
Alquimia, una de las primeras obras realizadas por Pollock con la revolucionaria técnica del dripping es analizada con especial interés.
Sobre Alquimia Pollock derramó ríos de pintura industrial y comunicó al mundo que para él la pintura tradicional y el caballete eran cosa del pasado.
“Es su obra más complicada, porque es la pintura en la cual están presentes diferentes técnicas que usará posteriormente en sus famosas pinturas ”, continúa Pensabene Buemi.
El equipo internacional que participa en las investigaciones científicas lo forman comisarios, conservadores y científicos del Getty Conservation Institute de Los Angeles, del Solomon R. Guggenheim de Nueva York, del Seatttle Art Museum. Los investigadores italianos vienen del Instituto de Ciencias Tecnológicas y Moleculares, el Consejo Nacional de Investigaciones y el Centro SMMArt de Perugia.
El trabajo de campo lo lleva a cabo el laboratorio móvil para la realización de análisis no invasivos (MOLAB) de Perugia. Emplean tres métodos.
Uno consiste en el análisis de los elementos presentes en las 11 obras. “En el caso de Pollock podremos saber dónde ha usado el tubo con pintura para cuadros o dónde ha empleado pintura industrial”, explica la coordinadora del laboratorio, Costanza Miliani. Utilizan además la luz infraroja y rayos ultravioleta. “Con el fin de descubir la técnica pictórica, analizamos también los materiales usados.
De esta manera podemos determinar si hay alteraciones”, zanja Miliani.
El método de trabajo poco convencional de Pollock, su “pintura sin límites, solo bordes”, como él mismo la definía, mantendrá por un buen rato ocupados a los científicos.
Una cinta impide al público entrar. Hay nueve científicos italianos en plena faena, ocho ordenadores, tres máquinas que disparan rayos de luz infrarroja y un par escáners.
En el pasado han sido analizadas otras piezas de Jackson Pollock (Cody, 1912 - Long Island, 1956); pero nunca antes 11 obras juntas. Las investigaciones científicas que se realizan por estos días en Venecia ayudarán a comprender la escencia de Pollock.
“Estos son los análisis más importantes nunca antes efectuados en la obra de Pollock
. Es la primera vez que se estudia el pintor de forma tan profunda y con técnicas avanzadas”, explica el director del departamento de conservación de la Colección Peggy Guggenheim de Venecia y coordinador general del proyecto, Luciano Pensabene Buemi.
Dicen que Peggy Guggenheim lamentó toda su vida haber donado muchas obras del máximo exponente del action painting. La mecenas conoció a Pollock en la primavera de 1943. En el verano siguiente ya habían iniciado una relación profesional con tintes amorosos.
Ella regalaba obras de Pollock a coleccionistas que visitaban su galería, Art of this Century, con sede en Nueva York.
Peggy creyó siempre en Pollock.
Con tal de que se pusiera a pintar y dejase el alcoholismo, le ayudó económicamente, pagándole un salario mensual de 150 dólares estadounidenses
. Y entre 1945 y 1948 el salario pasó a ser de 300 dólares.
Peggy influenció su carrera y lo estimuló para que experimentase nuevas técnicas.
Ella lo catapultó a la Bienal de Venecia, en 1945. Y, en 1950 organizó la exposición de 18 cuadros en el veneciano Museo Correr.
Este último evento coincidió con el debut de Pollock en el pabellón estadounidense, en los Jardines de la Bienal.
Desde el punto de vista histórico, el rastreo de las 11 obras que Peggy quiso conservar en su colección personal es de vital importancia
. Las pinturas analizadas abarcan un periodo vibrante (1943-1947) en la carrera del artista que decía sentirse a su aire pintando en el suelo
. Representan la época en que Pollock adpota la técnica del dripping, o bien, el color que goteaba desde el pincel o directamente desde los contenedores de pintura sobre una superficie horizontal. “Las investigaciones son todas no invasivas
. Revelarán cuáles materiales fueron empleados, lo cual es importantísimo para comprender la evolución de la técnica. Esta información nos servirá en el momento de una eventual rehabilitación”, añade Pensabene Buemi.
Alquimia, una de las primeras obras realizadas por Pollock con la revolucionaria técnica del dripping es analizada con especial interés.
Sobre Alquimia Pollock derramó ríos de pintura industrial y comunicó al mundo que para él la pintura tradicional y el caballete eran cosa del pasado.
“Es su obra más complicada, porque es la pintura en la cual están presentes diferentes técnicas que usará posteriormente en sus famosas pinturas ”, continúa Pensabene Buemi.
El equipo internacional que participa en las investigaciones científicas lo forman comisarios, conservadores y científicos del Getty Conservation Institute de Los Angeles, del Solomon R. Guggenheim de Nueva York, del Seatttle Art Museum. Los investigadores italianos vienen del Instituto de Ciencias Tecnológicas y Moleculares, el Consejo Nacional de Investigaciones y el Centro SMMArt de Perugia.
El trabajo de campo lo lleva a cabo el laboratorio móvil para la realización de análisis no invasivos (MOLAB) de Perugia. Emplean tres métodos.
Uno consiste en el análisis de los elementos presentes en las 11 obras. “En el caso de Pollock podremos saber dónde ha usado el tubo con pintura para cuadros o dónde ha empleado pintura industrial”, explica la coordinadora del laboratorio, Costanza Miliani. Utilizan además la luz infraroja y rayos ultravioleta. “Con el fin de descubir la técnica pictórica, analizamos también los materiales usados.
De esta manera podemos determinar si hay alteraciones”, zanja Miliani.
El método de trabajo poco convencional de Pollock, su “pintura sin límites, solo bordes”, como él mismo la definía, mantendrá por un buen rato ocupados a los científicos.
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