3 jun 2013
La trama Gürtel pagó también el sonido de la boda Aznar-Agag
Álvaro Pérez, El Bigotes,uno de los cabecillas de la red Gürtel, encargó como “extras” para la boda de Alejandro Agag y Ana Aznar “materiales de sonido e iluminación” para la iglesia del monasterio de El Escorial (Madrid), en la que se ofició el enlace el 5 de septiembre de 2002, y para las celebraciones en la llamada Carpa del Rey, instalada en la finca Arcos del Real, en la sierra madrileña, también cedida para el evento.
Estos extras los instaló la empresa Apogee, que los facturó al entramado de Francisco Correa, invitado y testigo de la boda de la hija del expresidente José María Aznar, por un importe de 2.440,11 euros (más 592 euros por el montaje del sonido para la fiesta posterior por parte de Kermessonido), y los pagó la empresa de la trama Special Events. Es decir, todo el aparataje de sonido de la boda, y no solo la iluminación, corrió a cargo del dúo Francisco Correa-El Bigotes.
Según la nueva documentación en poder de EL PAÍS, incorporada hace casi dos años y medio al sumario del caso Gürtel, esta cantidad significa que la red de Correa hizo a los novios un regalo total de bodas por importe de 34.892,53 euros. Todas estas cantidades están justificadas con sus correspondientes facturas de los distintos proveedores.
La firma Apogee pasó la factura de los “extras” de iluminación y sonido de la iglesia y de la carpa a la firma Special Events, que la pagó. En esta factura (B0000600, fechada el 10 de septiembre de 2002) se indica: “Extras de material solicitado por el Sr. Álvaro Pérez [también invitado a la boda por el novio] para la boda de Alejandro Agag y Ana Aznar: material de sonido para la catedral [se refiere a la iglesia de El Escorial donde se ofició la ceremonia] y material de iluminación para la Carpa del Rey”. Esta factura es distinta de la B0000584, por un total de 32.452,42 euros, que ya publicó este diario el 21 de mayo.
Apogee, empresa radicada en Sevilla, es uno de los proveedores que figuran en la contabilidad de la red Gürtel sobre la boda. Es la misma firma que buscó la trama Gürtel para el montaje de la megafonía y las pantallas de televisión en las calles de Valencia durante la visita del Papa en 2006, acto para el que la televisión pública valenciana Canal 9, dirigida entonces por Pedro García, amigo de Correa y El Bigotes, libró 7,5 millones, de los que la trama se quedó con más de tres millones.
Apogee no figura entre los implicados en el sumario que se instruye en Valencia por este saqueo. Sí lo están los cabecillas de la red, numerosos políticos valencianos y el exdirector general de Canal 9. Álvaro Pérez, según relató el propio Correa en su declaración ante juez Garzón, llevó durante un tiempo la organización de los actos de Aznar porque así lo pidió Alejandro Agag.
Si Apogee instaló la iluminación de la boda, el sonido corrió a cargo de la firma Kermessonido. La hoja de costes, publicada el 21 de mayo y que elaboró la red el 5 de septiembre de 2002, contiene un apunte de 511 euros en sonido para el evento relacionado con la firma Kermessonido. Este apunte se corresponde con una factura a la que ha tenido acceso ahora este periódico en la que figura esa cantidad incrementada con el preceptivo 16% de IVA, lo que suma un total de 592,76 euros. En dicha hoja de costes figura que la trama paga esa cantidad a Kermessonido pero no se la cobra a los novios, al igual que el resto de anotaciones de gastos, por importe de 32.452,42 euros. Esa cantidad figura como pérdidas para la red; es decir, pagada y no cobrada.
Aunque fuentes del entorno de Agag sostienen que son precios excesivos, cada una de las empresas que colaboraron en distintos servicios de la boda justifican sus distintos gastos. Alejandro Agag reconoció a EL PAÍS que la iluminación del evento fue el regalo de bodas de Correa, con quien entonces mantenía una relación de amistad y aún no estaba imputado.
Pero para entonces las empresas de Correa llevaban prácticamente en exclusiva todos los actos electorales del PP a nivel nacional bajo el mandato de José María Aznar. Además, ya había conseguido engordar su negocio con adjudicaciones, muchas de ellas a dedo, de la Administración central (sobre todo del Ministerio de Fomento), de la autonómica (Galicia en aquel momento; luego llegarían la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana) y de Ayuntamientos madrileños.
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