El movimiento Carta por la Ciencia concentra a centenares de personas en Madrid denunciando los recortes en I+D y la fuga de cerebros.
“Todos somos conscientes de hasta qué punto la comunidad científica está perdiendo la esperanza.
La están perdiendo los investigadores senior, por el desmantelamiento de lo que ha costado décadas crear y por el impacto de los recortes en líneas de investigación que ellos han logrado hacer punteras; la están perdiendo los investigadores jóvenes abocados a la emigración o al abandono de la carrera científica.
Y difícilmente la tendrán los estudiantes, ahora en secundaria, bachillerato o universidad, para quienes la investigación no formará parte de sus vidas”.
Con esta declaración arrancó hoy en Madrid la movilización en defensa de la I+D, convocada por el colectivo de la Carta por la Ciencia. Centenares de personas, desde jóvenes becarios hasta profesores de investigación y catedráticos, han recorrido las calles del centro de la ciudad, desde la sede del CSIC hasta el Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco), acompañando a los representantes de las organizaciones convocantes para hacer entrega de la carta al ministro Luis De Guindos.
Al final la carta se ha quedado pegada con cinta adhesiva en la verja de la sede del ministerio, en cuyo registro general, y tras recibir el oportuno sello de entrada, tenían que haber depositado la carta abierta y las más de 42 firmas de adhesión (según las instrucciones recibidas del Mineco) el presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), y los representantes de la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios, de la plataforma Investigación Digna y de los sindicatos CC OO y UGT.
Lo que la ciencia española está sufriendo, “no es fuga de cerebros, es exilio obligado”, dijo José Manuel Fernández, portavoz de Precarios, en el inicio de la movilización, en el salón de actos del CSIC, abarrotado como hace muchos años que no se veía y con una multitud esperando fuera sin poder entrar.
“No se pueden hacer oídos sordos al grito de la comunidad científica y seguir empeñados en retorcer las cifras para intentar convencer a la sociedad de una realidad que no existe”, añadió. La realidad es un recorte en la financiación de la ciencia superior al 30% en lo que va de legislatura y más de un 40% desde 2009.
El investigador Emilio Muñoz, expresidente del CSIC y uno de los padres del sistema de ciencia en España cerró el acto en el CSIC recalcando que “el futuro hay que encararlo con ideas y estrategias”. Los países con menos investigación son los que tienen mayor desempleo, subrayó.
“Lo que era un nubarrón en la primavera del año pasado”, recordó Emilio Criado, investigador del CSIC y representante de CC OO, acerca del origen del movimiento de la Carta por la Ciencia, “es ahora una auténtica tormenta que cae sobre el sistema de I+D+i español.
Ya en la calle, la manifestación hacia el Mineco arrancó con gritos festivos, camisetas reivindicativas (“Sin ciencia no hay futuro”) y pancartas por la educación y la investigación públicas. Un manifestante llevaba una camiseta con un letrero alusivo: Houston, we have a problem (“Houston, tenemos un problema”). La Confederación de Rectores de las Universidades de España (CRUE) ha firmado la Carta por la Ciencia, pero no se adhirió a la manifestación para entregarla.
Sergio López llevaba un pequeño cartel reivindicativo: “¿Recortas por ignorante o por incompetente?”
. A sus 25 años, está haciendo la tesis doctoral en el departamento de bioquímica de la Facultad de Veterinaria sin beca y sin contrato, trabajando gratis. “¡Voy a intentar irme a Europa, si puedo, y si no, buscaré trabajo en McDonald's o donde caiga, aquí no tenemos futuro gracias a nuestros queridos políticos!”, comentó, mientras marchaba camino del ministerio.
A pocos metros de él iba José Vicente García Ramos, exvicepresidente del CSIC y profesor de investigación en física molecular. “Estos no son los primeros recortes, pero es que ahora, encima, el ministerio no sabe/no contesta, y si contesta el para decir una trola. No se puede dejar a la gente como se la está dejando”, se quejaba.
José López Carrascosa, profesor de investigación en el Centro Nacional de Biotecnología, explicó por qué estaba en la manifestación: “Estamos intentando salvar parte de lo que se ha logrado con tanto trabajo, con un coste brutal económico y profesional, y no se puede consentir su destrucción así, en dos o tres años. La ciencia no es como construir un kilómetro de carretera, que puedes interrumpir en época de dificultades y que luego retomas, porque en ciencia si te paras te destruyes, y nos estamos destruyendo. Esto afecta a la gente que trabaja conmigo y a mis alumnos de la universidad”.
Al acto en el CSIC asistió Soraya Rodriguez, portavoz del PSOE en el Congreso y comentó que su grupo parlamentario “ha hecho una interpelación exigiendo a De Guindos que frene este expolio que suponen los recortes de I+D” porque “es preciso que el Gobierno rectifique su política de I+D”. Ha recalcado que, aun después de los primeros recortes, durante el Gobierno de Rodriguez Zapatero, en 2011 a la I+D se dedicó el 2,37% del presupuesto, mientras que en 2013 ha sido el 1,45%.
Los promotores de la Carta por la ciencia han leyeron los diez puntos de reivindicación que recoge, incluyendo la puesta en marcha del Plan Estatal de I+D+i 2013-2016 (que ya sufre un retraso de seis meses); “coherencia en la política de recursos humanos para atraer y retener talento en España”; eliminación de la restricción del 10% en la tasa de reposición de empleo público en el sector de I+D+i; un objetivo de inversión que permita alcanzar el 2% del PIB en I+D en el período 2013.2016; el mantenimiento de la inversión pública en ciencia básica y la creación de la largamente reclamada Agencia Estatal de Investigación, entre otros puntos.
“Es difícil mantener la esperanza cuando los investigadores siguen sin recibir fondos de los proyectos del Plan Nacional aprobados en 2012 y es muy posible que la convocatoria de 2013 no se resuelva este año”, recordó Amaya Moro-Marín, portavoz de la Plataforma de Investigación Digna. “Es difícil mantener la esperanza cuando el Gobierno boicotea su propia política científica creando un desconcierto absoluto. Pretender que la actividad investigadora sobreviva a esta parálisis es ilusorio. Es como pedir a alguien que deje de respirar por ahora… por solidaridad”
. En cuanto a la solidaridad, Moro-Martín, en nombre del colectivo de la Carta por la Ciencia, recordó que “la inversión está directamente relacionada con el crecimiento del producto interior bruto y por ello es imprescindible para lograr establecer una economía menos vulnerable basada en el conocimiento y en la innovación
. Dejar de invertir en I+D no es solidario, es irresponsable”. Moro Martín, astrofísica del programa de científicos de alto nivel Ramón y Cajal se irá a trabajar a Estados Unidos, en 2014, contratada en el Instituto Científico del Telescopio Espacial.
También es investigador Ramón y Cajal Alberto López, de 37 años, y un buen ejemplo de la situación. Fue autor de una publicación importante en la revista Science, sobre virus en la Antártida, cuando aún estaba en condiciones de máxima precariedad laboral en el Centro de Biología Molecular, en Madrid. Logró un contrato Ramón y Cajal, en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), pero se va encontrando con un obstáculo detrás de otro, cuenta.
Ha logrado, tras las evaluaciones, un proyecto del Plan Nacional de I+D para investigar virus de la cavidad bucal, explica, y tenía que empezar a recibir el dinero aprobado (90.000 euros en tres años), precisamente en 2013. Pero la secretaría de Estado de I+D+i no ha pagado aún ni un euro, pese a que tenía que haber transferido la primera anualidad en enero de este año.
“Mi proyecto está diseñado para hacer secuenciación genómica masiva el primer año y luego dedicar otros dos al análisis, pero para eso necesito la mayor parte de la financiación al principio, y no recibo el dinero, solo un poco que me adelanta la UAM”, explica. “¿Cómo voy a arrancar sin personal, sin medios…? Mientras tanto, mis competidores en Estados Unidos son muy activos”.
La manifestación llegó a la puerta del Mineco a última hora de la mañana, y los representantes de la Carta por la Ciencia entraron para dirigirse al registro y depositar el sobre, como se les había indicado. Pero se impidió el acceso a los periodistas para seguir el acto. En tal situación y ante la sonora protesta de los manifestantes, los representantes de la carta optaron, “por respeto a la libertad de prensa”, explicaron, no entregar el sobre en el registro. Lo pegaron con cinta adhesiva en la reja de la puerta y ahí se quedó el sobre marrón con una única nota escrita: “La carta”.
De todas formas Ramçon y Cajal no lo tuvo nada fácil. ni Madame Curie que descubre que lo que mata ayuda a vivir La Radiacción que le produjo cáncer a ella y si equipo salva el mismo cáncer con la Radioyerapia.
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