Más de cinco años de crisis acaban por romper las costuras de la
protección contra el desempleo: a la destrucción de empleo y el aumento
constante del paro, se suma la falta de oportunidades y de ofertas de
trabajo, lo que lleva a muchos parados a agotar el seguro de desempleo.
A esto hay que sumar los recortes, que por dos veces han endurecido el acceso al subsidio y la renta activa de inserción, y redujeron la cuantía de la prestación
. La combinación de ambos efectos ha provocado la caída de la tasa de protección frente al desempleo al 61,4%, el nivel más bajo desde 2005.
Aunque entre el mercado laboral de hace ocho años y el actual hay una gran diferencia: entonces había unos dos millones de desempleados, el paro que había se acercaba a lo que los expertos llaman paro estructural (aquel que ya no se puede reducir más) ahora hay más de seis millones y la situación amenaza con prolongarse durante bastantes años.
La tasa de cobertura lleva más de tres años cayendo
. A comienzos de 2010 llegó a superar el 80%
. Desde entonces ha perdido 19 puntos, y eso se ha traducido en que más de dos millones de los parados que registran las oficinas de empleo no percibían prestación ni subsidio.
El número de desempleados que no perciben ningún tipo de ayuda aumenta hasta los 3,2 millones si se tienen en cuenta todos esos parados que no figuran en los registros oficiales y saca a la luz la encuesta de población activa.
Pero el aumento del número de parados sin protección no se ha trasladado rápidamente a una reducción del gasto en esta partida.
Cientos de miles de desempleados perdieron en los últimos años su derecho a percibir prestación o subsidio, pero al mismo tiempo que ellos salían de los registros oficiales entraba una legión de trabajadores que habían perdido su empleo con derecho a cobrar su seguro de paro.
Entre tanto, el gasto destinado a prestaciones y subsidios lleva desde 2009 en torno a los 30.000 millones de euros.
Y esto ha provocado más de un quebradero a la hora de cuadrar las cuentas públicas, ya que la partida consume invariablemente desde hace cuatro años el equivalente a unos tres puntos del producto interior bruto.
En julio del año pasado, el Gobierno adoptó varias medidas que, a la larga y combinadas con la larga duración de la crisis, han acabado por invertir la tendencia.
Una de ellas fue la reducción de la prestación a partir del sexto mes, bajando la tasa de reposición sobre el último sueldo percibido del 60% al 50%.
Al mismo tiempo, decretó el endurecimiento del acceso al subsidio asistencial (la ayuda que se cobra cuando un parado agota la prestación contributiva) y de la renta activa de inserción.
En los últimos dos meses el gasto en protección contra el desempleo, ha bajado frente a lo invertido en el mismo mes del año anterior.
En febrero la reducción apenas fue del 0,03%. En cambio, en marzo, último mes con datos disponibles, la tendencia se aceleró
. La partida total ascendió a 2.624,7 millones de euros, un 1,62% menos
. Lo lógico —teniendo en cuenta que la aplicación de los recortes irá notándose más conforme pase el tiempo y que en los meses siguientes mejorará algo el mercado laboral— es que esta tendencia se consolide.
Sostiene esta teoría el hecho de que las dos partidas más voluminosas del seguro de desempleo —prestaciones y subsidios— son las que registran reducciones de gasto.
En el primer caso, la caída es del 1,1%; en el segundo, del 4,4%. También que la prestación media haya caído hasta los 911 euros al menos, un 1,1% menos que hace un año.
No obstante, para que se cumpla lo previsto en los presupuestos la reducción del gasto en protección por desempleo tiene que acelerarse considerablemente en los próximos meses. Las cuentas de 2013 contemplan para este capítulo una partida de 26.696 millones.
Es decir, un desembolso que supone un 15,8% menos a lo gastado en 2012 (31.678 millones). En lo que va de año, y pese a la inflexión de febrero y marzo, se han invertido 8.122 millones en prestaciones y subsidios, 22 millones más que en el primer trimestre del año pasado.
Teniendo presente que la cobertura frente al desempleo mengua, los sindicatos han redoblado su demanda de que se protega a los parados que pierden su derecho al seguro.
Tanto UGT como CC OO han advertido al Gobierno que el pacto que ofrecieron negociar el pasado Primero de Mayo pasa por buscar una solución a para este colectivo creciente de gente.
A esto hay que sumar los recortes, que por dos veces han endurecido el acceso al subsidio y la renta activa de inserción, y redujeron la cuantía de la prestación
. La combinación de ambos efectos ha provocado la caída de la tasa de protección frente al desempleo al 61,4%, el nivel más bajo desde 2005.
Aunque entre el mercado laboral de hace ocho años y el actual hay una gran diferencia: entonces había unos dos millones de desempleados, el paro que había se acercaba a lo que los expertos llaman paro estructural (aquel que ya no se puede reducir más) ahora hay más de seis millones y la situación amenaza con prolongarse durante bastantes años.
La tasa de cobertura lleva más de tres años cayendo
. A comienzos de 2010 llegó a superar el 80%
. Desde entonces ha perdido 19 puntos, y eso se ha traducido en que más de dos millones de los parados que registran las oficinas de empleo no percibían prestación ni subsidio.
El número de desempleados que no perciben ningún tipo de ayuda aumenta hasta los 3,2 millones si se tienen en cuenta todos esos parados que no figuran en los registros oficiales y saca a la luz la encuesta de población activa.
Pero el aumento del número de parados sin protección no se ha trasladado rápidamente a una reducción del gasto en esta partida.
Cientos de miles de desempleados perdieron en los últimos años su derecho a percibir prestación o subsidio, pero al mismo tiempo que ellos salían de los registros oficiales entraba una legión de trabajadores que habían perdido su empleo con derecho a cobrar su seguro de paro.
Entre tanto, el gasto destinado a prestaciones y subsidios lleva desde 2009 en torno a los 30.000 millones de euros.
Y esto ha provocado más de un quebradero a la hora de cuadrar las cuentas públicas, ya que la partida consume invariablemente desde hace cuatro años el equivalente a unos tres puntos del producto interior bruto.
En julio del año pasado, el Gobierno adoptó varias medidas que, a la larga y combinadas con la larga duración de la crisis, han acabado por invertir la tendencia.
Una de ellas fue la reducción de la prestación a partir del sexto mes, bajando la tasa de reposición sobre el último sueldo percibido del 60% al 50%.
Al mismo tiempo, decretó el endurecimiento del acceso al subsidio asistencial (la ayuda que se cobra cuando un parado agota la prestación contributiva) y de la renta activa de inserción.
En los últimos dos meses el gasto en protección contra el desempleo, ha bajado frente a lo invertido en el mismo mes del año anterior.
En febrero la reducción apenas fue del 0,03%. En cambio, en marzo, último mes con datos disponibles, la tendencia se aceleró
. La partida total ascendió a 2.624,7 millones de euros, un 1,62% menos
. Lo lógico —teniendo en cuenta que la aplicación de los recortes irá notándose más conforme pase el tiempo y que en los meses siguientes mejorará algo el mercado laboral— es que esta tendencia se consolide.
Sostiene esta teoría el hecho de que las dos partidas más voluminosas del seguro de desempleo —prestaciones y subsidios— son las que registran reducciones de gasto.
En el primer caso, la caída es del 1,1%; en el segundo, del 4,4%. También que la prestación media haya caído hasta los 911 euros al menos, un 1,1% menos que hace un año.
No obstante, para que se cumpla lo previsto en los presupuestos la reducción del gasto en protección por desempleo tiene que acelerarse considerablemente en los próximos meses. Las cuentas de 2013 contemplan para este capítulo una partida de 26.696 millones.
Es decir, un desembolso que supone un 15,8% menos a lo gastado en 2012 (31.678 millones). En lo que va de año, y pese a la inflexión de febrero y marzo, se han invertido 8.122 millones en prestaciones y subsidios, 22 millones más que en el primer trimestre del año pasado.
Teniendo presente que la cobertura frente al desempleo mengua, los sindicatos han redoblado su demanda de que se protega a los parados que pierden su derecho al seguro.
Tanto UGT como CC OO han advertido al Gobierno que el pacto que ofrecieron negociar el pasado Primero de Mayo pasa por buscar una solución a para este colectivo creciente de gente.
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