Tres hermanos, de entre 50 y 54 años, han sido detenidos, uno de ellos el dueño de la casa
Las chicas tenían 14, 16 y 20 años cuando desaparecieron.
Tres jóvenes de Cleveland (Ohio), que estaban desaparecidas desde
hace una década, fueron halladas este lunes con vida y en aparente buen
estado de salud en una vivienda muy cercana a donde se las vio por
última vez. La policía ha confirmado la detención de tres hermanos
relacionados con el caso.
Una niña de seis años, al parecer hija de una de las cautivas, también fue encontrada en la casa donde se cree que estuvieron todo este tiempo encerradas
. La policía y el FBI están investigando la residencia de la que fueron rescatadas las jóvenes para buscar pruebas y desentrañar cómo pudieron vivir allí y pasar inadvertidas en el vecindario durante todo este tiempo.
Amanda Berry tenía 16 años cuando, el 16 de abril de 2003, justo un día antes de su 17 cumpleaños, avisó a su hermana de que la iban a llevar a casa en coche después del trabajo.
Fue la última noticia que su familia tuvo de ella.
Un año después, Gina DeJesus, de 14 años, desapareció cuando regresaba de la escuela.
Para entonces, la familia de Michelle Knight, que ahora tiene 32 años, ya llevaba dos años sin saber nada de ella. Sus padres siempre creyeron que Knight había decidido ausentarse voluntariamente, afectada tras haber perdido la custodia de un hijo.
A lo largo de estos 10 años, la ausencia de pistas o de señales de vida de las jóvenes, hizo temer lo peor a sus familiares y amigos, hasta que una llamada desesperada a los servicios de emergencia de la policía este lunes por la tarde les devolvió la ilusión.
“Soy Amanda Berry. Fui secuestrada y llevo desaparecida los últimos 10 años.
Estoy aquí y estoy libre”.
La voz entrecortada y llena de angustia de Berry movilizó a las autoridades que, a los pocos minutos, rodearon la humilde vivienda de dos pisos en la que la policía cree que las tres jóvenes han estado encerradas y atadas todo este tiempo, de acuerdo con las declaraciones del jefe del departamento, Michael McGrath.
La casa en la que las tres chicas han permanecido estos 10 años pertenece a Ariel Castro, de 52 años. Castro es un antiguo conductor de autobuses escolares, según ha confirmado su tío, Julio Castro, propietario de una tienda de ultramarinos a menos de una manzana de donde Berry, DeJesus y Knight fueron halladas. Castro, que también fue identificado por Berry en su llamada al 911, fue detenido por la policía junto a sus dos hermanos, Pedro, de 54 años y Oneil, de 50. Sólo Ariel residía en la vivienda en la que fueron halladas las jóvenes. Los tres se encuentran en los calabozos de la ciudad a la espera de que se les lean sus cargos, algo que podría suceder este mismo martes.
“Ahora debemos encontrar las respuestas a este secuestro
. La investigación está abierta”, ha indicado el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, en una rueda de prensa a primera hora de la mañana del martes. Jackson ha señalado que la policía tuvo contacto con Ariel Castro en 2000 y en 2004, aunque, al parecer, nunca en relación con la desaparición de las jóvenes y nunca en la residencia que, presuntamente, servía de cárcel a las jóvenes.
“Berry es la verdadera heroína de esta historia, sin su determinación no podríamos haber rescatado a las otras chicas”, ha reconocido el portavoz de la policía. El FBI ha pedido la ayuda ciudadana para recabar más pistas.
Berry, DeJesus y Knight fueron trasladadas el lunes por la noche a un centro médico de la localidad del que ya han sido dadas de alta. Aunque no se ha ofrecido información sobre su estado de salud, el doctor Gerald Maloney aseguró el lunes de madrugada que las tres se encontraban a salvo y que habían recibido “el tratamiento adecuado a sus condiciones”.
Uno de los policías que rescató a las jóvenes reconoció a la agencia Associated Press que las jóvenes parecían “desnutridas”.
A lo largo de la pasada década ninguno de los vecinos de Castro pareció advertir la presencia de tres jóvenes o de una niña pequeña en su casa, hasta que, alrededor de las seis de la tarde del lunes, comenzaron a escuchar gritos desesperados procedentes de la vivienda. Charles Ramsey vio a Berry golpeando la puerta desde el interior de la residencia de castro y pidiendo ayuda para salir. Berry llevaba a la niña de seis años en brazos.
La policía cree que se trata de su hija.
“Vi a la chica, a la que no conocía de nada, muy alterada aporreando la puerta. ‘¿Qué te pasa?. Si estás encerrada, abre la puerta”, relató Ramsey a los medios.
“Me dijo que no podía porque estaba cerrada”. Ramsey, junto con otros vecinos, trataron de tirar abajo la puerta, al ver que eran incapaces consiguieron desatascar el acceso inferior por el que Berry logró escapar. Tras identificarse, otra vecina le cedió su teléfono para poder llamar a la policía. Ramsey, que a lo largo de estos 10 años había compartido barbacoas en la vivienda de Castro, aseguró que jamás pudo imaginar que tres jóvenes pudieran estar encerradas en la vivienda.
En enero de este año un recluso fue condenado a cuatro años y medio de prisión tras admitir que ofreció pruebas falsas sobre el lugar donde se habían enterrado los restos de Berry. En 2006 dos hombres, detenidos como sospechosos de la desaparición de DeJesus, fueron puestos en libertad. Ese mismo año, la policía estuvo investigando el subsuelo de un garaje a la busca de los restos del cuerpo de DeJesus.
Los familiares de las tres jóvenes se han podido reunir con ellas –excepto la madre de Berry, que falleció en 2006-.
Su pesadilla ha terminado
. Ahora queda por resolver las razones del cruel cautiverio al que Berry, DeJesus y Knight fueron sometidas. “Quedan muchas preguntas por responder y no vamos a especular”, han indicado las autoridades.
Una niña de seis años, al parecer hija de una de las cautivas, también fue encontrada en la casa donde se cree que estuvieron todo este tiempo encerradas
. La policía y el FBI están investigando la residencia de la que fueron rescatadas las jóvenes para buscar pruebas y desentrañar cómo pudieron vivir allí y pasar inadvertidas en el vecindario durante todo este tiempo.
Amanda Berry tenía 16 años cuando, el 16 de abril de 2003, justo un día antes de su 17 cumpleaños, avisó a su hermana de que la iban a llevar a casa en coche después del trabajo.
Fue la última noticia que su familia tuvo de ella.
Un año después, Gina DeJesus, de 14 años, desapareció cuando regresaba de la escuela.
Para entonces, la familia de Michelle Knight, que ahora tiene 32 años, ya llevaba dos años sin saber nada de ella. Sus padres siempre creyeron que Knight había decidido ausentarse voluntariamente, afectada tras haber perdido la custodia de un hijo.
A lo largo de estos 10 años, la ausencia de pistas o de señales de vida de las jóvenes, hizo temer lo peor a sus familiares y amigos, hasta que una llamada desesperada a los servicios de emergencia de la policía este lunes por la tarde les devolvió la ilusión.
“Soy Amanda Berry. Fui secuestrada y llevo desaparecida los últimos 10 años.
Estoy aquí y estoy libre”.
La voz entrecortada y llena de angustia de Berry movilizó a las autoridades que, a los pocos minutos, rodearon la humilde vivienda de dos pisos en la que la policía cree que las tres jóvenes han estado encerradas y atadas todo este tiempo, de acuerdo con las declaraciones del jefe del departamento, Michael McGrath.
La casa en la que las tres chicas han permanecido estos 10 años pertenece a Ariel Castro, de 52 años. Castro es un antiguo conductor de autobuses escolares, según ha confirmado su tío, Julio Castro, propietario de una tienda de ultramarinos a menos de una manzana de donde Berry, DeJesus y Knight fueron halladas. Castro, que también fue identificado por Berry en su llamada al 911, fue detenido por la policía junto a sus dos hermanos, Pedro, de 54 años y Oneil, de 50. Sólo Ariel residía en la vivienda en la que fueron halladas las jóvenes. Los tres se encuentran en los calabozos de la ciudad a la espera de que se les lean sus cargos, algo que podría suceder este mismo martes.
“Ahora debemos encontrar las respuestas a este secuestro
. La investigación está abierta”, ha indicado el alcalde de Cleveland, Frank Jackson, en una rueda de prensa a primera hora de la mañana del martes. Jackson ha señalado que la policía tuvo contacto con Ariel Castro en 2000 y en 2004, aunque, al parecer, nunca en relación con la desaparición de las jóvenes y nunca en la residencia que, presuntamente, servía de cárcel a las jóvenes.
“Berry es la verdadera heroína de esta historia, sin su determinación no podríamos haber rescatado a las otras chicas”, ha reconocido el portavoz de la policía. El FBI ha pedido la ayuda ciudadana para recabar más pistas.
Berry, DeJesus y Knight fueron trasladadas el lunes por la noche a un centro médico de la localidad del que ya han sido dadas de alta. Aunque no se ha ofrecido información sobre su estado de salud, el doctor Gerald Maloney aseguró el lunes de madrugada que las tres se encontraban a salvo y que habían recibido “el tratamiento adecuado a sus condiciones”.
Uno de los policías que rescató a las jóvenes reconoció a la agencia Associated Press que las jóvenes parecían “desnutridas”.
A lo largo de la pasada década ninguno de los vecinos de Castro pareció advertir la presencia de tres jóvenes o de una niña pequeña en su casa, hasta que, alrededor de las seis de la tarde del lunes, comenzaron a escuchar gritos desesperados procedentes de la vivienda. Charles Ramsey vio a Berry golpeando la puerta desde el interior de la residencia de castro y pidiendo ayuda para salir. Berry llevaba a la niña de seis años en brazos.
La policía cree que se trata de su hija.
“Vi a la chica, a la que no conocía de nada, muy alterada aporreando la puerta. ‘¿Qué te pasa?. Si estás encerrada, abre la puerta”, relató Ramsey a los medios.
“Me dijo que no podía porque estaba cerrada”. Ramsey, junto con otros vecinos, trataron de tirar abajo la puerta, al ver que eran incapaces consiguieron desatascar el acceso inferior por el que Berry logró escapar. Tras identificarse, otra vecina le cedió su teléfono para poder llamar a la policía. Ramsey, que a lo largo de estos 10 años había compartido barbacoas en la vivienda de Castro, aseguró que jamás pudo imaginar que tres jóvenes pudieran estar encerradas en la vivienda.
En enero de este año un recluso fue condenado a cuatro años y medio de prisión tras admitir que ofreció pruebas falsas sobre el lugar donde se habían enterrado los restos de Berry. En 2006 dos hombres, detenidos como sospechosos de la desaparición de DeJesus, fueron puestos en libertad. Ese mismo año, la policía estuvo investigando el subsuelo de un garaje a la busca de los restos del cuerpo de DeJesus.
Los familiares de las tres jóvenes se han podido reunir con ellas –excepto la madre de Berry, que falleció en 2006-.
Su pesadilla ha terminado
. Ahora queda por resolver las razones del cruel cautiverio al que Berry, DeJesus y Knight fueron sometidas. “Quedan muchas preguntas por responder y no vamos a especular”, han indicado las autoridades.
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