Isabel Coixet ahonda en el dolor de una pareja en su futurista ‘Ayer no termina nunca’, que inaugura hoy el festival de cine español de Málaga.
El torrente lo ha puesto Candela Peña y la disciplina, Isabel Coixet. Esta noche arranca la 16ª edición del festival de Málaga destinado al cine español, y como inauguración se proyectará Ayer no termina nunca,
la última película de la directora catalana, que ha encontrado esta
mañana más apoyos en su pase de prensa que los que recibió en su estreno
mundial en la última Berlinale, donde tuvo una acogida fría. “Me
machacan por hacer películas en inglés, ahora me machacarán por rodarla
aquí”, comentaba en tono sarcástico la cineasta, que en esta ocasión
viaja a un futuro cercano (y desgraciadamente bien posible): la acción
transcurre en 2017, en una España devastada por la crisis, a la que el
Banco Central Europeo ha rechazado su petición de un tercer rescate. En
un cementerio fantasmagórico de bloques de hormigón –que sí existe en
realidad, con aspecto más de edificio a medio terminar que de capilla
católica– una pareja separada cinco años atrás se reencuentra para
realizar un trámite burocrático. Son J (Javier Cámara) y C (Candela
Peña). Y lo que sigue es el desnudo emocional de ese exmatrimonio, que
poco a poco se atiza verbalmente con sus mejores puyas, bajezas,
miserias y, por qué no, verdades.
“La película se basa en cuatro patas: la obra de teatro Gif, de la que ha quedado bien poco; en la historia de Cristina, y su chico Jaime, que vivió una situación dolorosísima como la de la película; en el desamparo que vivimos todos los días cuando nos levantamos, y en el trabajo de Javier y Candela: no hubiera podido rodar la película sin ellos”, contaba Coixet, directora creadora de un universo especial, que ha resumido así: “En el fondo, todas mis películas son historias de amor, aunque no lo parezcan.
Como cineasta hago escapismo de la realidad, y como ya soy una chica mayor, manifiesto en el filme mi perplejidad.
Es cierto que en ‘Ayer no termina nunca’ no aparece una lavandería [risas ante la mención de uno de sus lugares fetiches cinematográficos], pero yo no la veo tan diferente al resto de las mías. Incluso el título lo he reciclado de un monólogo que corté de un anterior largometraje”.
Incluso en el género, siempre dramático: “De verdad que tengo mucho sentido del humor, pero me siento a escribir y me sale ‘La dama de las camelias”. Junto a ella estaban Candela Peña –Javier Cámara acaba hoy el rodaje de la parte neoyorquina de la nueva película de Jorge Torregrossa– y Adolfo Blanco, productor y distribuidor del filme, que se estrena en toda España el próximo viernes 26.
En un momento del metraje, J suelta: “Somos una pareja que primero perdieron un hijo, luego se perdieron a ellos mismos y finalmente perdieron al otro”.
Sin embargo, a Candela Peña el trabajo parece haberle dado más fuerza: “Soy otra actriz después de interpretar este personaje. Durante todo el proceso he sido consciente de que éramos herramientas de trabajo para contar la historia de Isabel en la forma que ella había soñado.
Porque cuando el texto es espectacular, debes de seguirlo, no improvisar.
Además, cuando tengo a Javier delante, pienso que es el único hombre con el que quisiera trabajar.
Es mi marido en el cine, me siento como si fuéramos Concha Velasco y Manolo Escobar”.
Coixet le llevó la contraria: “Ellos ponen los silencios, las pausas, sus voces, la respiración. La improvisación no está solo en cambiar el texto”.
Y un apunte sobre sus protagonistas, heroínas con gran capacidad para sobreponerse al dolor: “Creo que hago exorcismos en pantalla. Yo a veces ni me lo explico”;
aunque sí tenía respuesta ante el truco de usar pequeños monólogos en blanco y negro para que el espectador oyera en pantalla los pensamientos de la pareja: “Como muchos filósofos, creo en ese ideal en que lo que piensas, sientes y dices tienen que estar alineados”.
Con Ayer no termina nunca’ comienza esta noche la sección oficial a concurso del certamen.
“La película se basa en cuatro patas: la obra de teatro Gif, de la que ha quedado bien poco; en la historia de Cristina, y su chico Jaime, que vivió una situación dolorosísima como la de la película; en el desamparo que vivimos todos los días cuando nos levantamos, y en el trabajo de Javier y Candela: no hubiera podido rodar la película sin ellos”, contaba Coixet, directora creadora de un universo especial, que ha resumido así: “En el fondo, todas mis películas son historias de amor, aunque no lo parezcan.
Como cineasta hago escapismo de la realidad, y como ya soy una chica mayor, manifiesto en el filme mi perplejidad.
Es cierto que en ‘Ayer no termina nunca’ no aparece una lavandería [risas ante la mención de uno de sus lugares fetiches cinematográficos], pero yo no la veo tan diferente al resto de las mías. Incluso el título lo he reciclado de un monólogo que corté de un anterior largometraje”.
Incluso en el género, siempre dramático: “De verdad que tengo mucho sentido del humor, pero me siento a escribir y me sale ‘La dama de las camelias”. Junto a ella estaban Candela Peña –Javier Cámara acaba hoy el rodaje de la parte neoyorquina de la nueva película de Jorge Torregrossa– y Adolfo Blanco, productor y distribuidor del filme, que se estrena en toda España el próximo viernes 26.
En un momento del metraje, J suelta: “Somos una pareja que primero perdieron un hijo, luego se perdieron a ellos mismos y finalmente perdieron al otro”.
Sin embargo, a Candela Peña el trabajo parece haberle dado más fuerza: “Soy otra actriz después de interpretar este personaje. Durante todo el proceso he sido consciente de que éramos herramientas de trabajo para contar la historia de Isabel en la forma que ella había soñado.
Porque cuando el texto es espectacular, debes de seguirlo, no improvisar.
Además, cuando tengo a Javier delante, pienso que es el único hombre con el que quisiera trabajar.
Es mi marido en el cine, me siento como si fuéramos Concha Velasco y Manolo Escobar”.
Coixet le llevó la contraria: “Ellos ponen los silencios, las pausas, sus voces, la respiración. La improvisación no está solo en cambiar el texto”.
Y un apunte sobre sus protagonistas, heroínas con gran capacidad para sobreponerse al dolor: “Creo que hago exorcismos en pantalla. Yo a veces ni me lo explico”;
aunque sí tenía respuesta ante el truco de usar pequeños monólogos en blanco y negro para que el espectador oyera en pantalla los pensamientos de la pareja: “Como muchos filósofos, creo en ese ideal en que lo que piensas, sientes y dices tienen que estar alineados”.
Con Ayer no termina nunca’ comienza esta noche la sección oficial a concurso del certamen.
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