Este árbol..., este árbol... Cada vez que paso a lo lejos, intimidado,
escondiéndome detrás de los matorrales. Qué elevación. Qué palabra le
estará ofreciendo al cielo. ¿Partida, como la copa que ya no existe?
Nosotros somos hijos de una ausencia parecida, ramas que miran a la
tierra distante, inabordable el cielo, el aire sin voces en torno al
árbol que se mantiene, contra todo pronóstico.
Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño
No hay comentarios:
Publicar un comentario