Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

27 mar 2013

No te miran.....no ves......

La Peripatética me sonríe cuando pasa.
 Debe de ser la única que lo hace en esta ciudad, al revés de lo que sucede -no conmigo: con cualquiera- en Sevilla y en Estocolmo, en Oporto y en Jerusalem, por no pensar en Buenos Aires y en el galanteo de la mirada.
Eso de que no te mire nadie, en la época en que me tenía por tímido, tiene sus ventajas.
A La Peripatética hubo un tiempo en que no la vi. Un día, mientras me atendían en una farmacia, entró acompañada de su madre. Por un momento dejó de ser peripatética, y sentí alivio por ella; al fin se detenía, con su abriguito, su bufanda, la tremenda indefensión que arrastra su cara de niña vieja. La madre es áspera. Vestía también abrigo, un abrigo si no de los años 40 como la hija, otro de dos décadas atrás. Ruda. Una de esas amenazas, una de esas mazas mortales para el desarrollo de una criatura en este mundo.
Cuando me ve, La Peripátetica abandona el cobijo de las fachadas y se desvía, sin dejar de sujetar el bolso, hacia mi lado. Entonces sonríe y continúa.
Aquí la gente parece que no te mira. Dejo para otro día en qué consiste la inversión del galanteo, la indiferencia, la frialdad aparente. Te miran, claro que te miran, pero de otra manera. Con una sutileza invertida, a veces mortificante. Aunque ya estás acostumbrado. El tráfico de indiferentes no cesa nunca. Es como temer mojarse bajo una lluvia tropical.
La Peripatética se acerca y sonríe. Ya lo sé. Pensará: Ahí va otro peripatético.
 
 
Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño

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