Házmelo al oído
Autora invitada: M. Pepita Lanuit
Sexy talking.
Unos susurros al odio, que te hablen en francés, en catalán o en un idioma desconocido, una voz sugerente, un extranjero hablando tu idioma con su acento natal nos pone malas, malísimas, malérrimas. Y si viene acompañado de un mordisco con premeditación, lujuria y alevosía en el lóbulo, mejor que mejor. Alguien sugirió que “la mejor forma de llegar a los ovarios es por la trompa de Eustaquio”.
Quizá.
Parole. Palabras. Nos envuelven, nos electrifican, nos liberan, nos dulcifican, nos empoderan, nos enternecen, incluso nos hacen volar. En el sexo y en la cama, al oído, esas canciones, esas palabras que vienen de la persona adecuada funcionan, y vaya si funcionan.
Para estas semanas en estos meses de la cuesta de enero y febrero y de marzo os propongo un poco de sexo al oído, un poco de sexy talking, aunque no siempre los labios que más hablan son los de la boca.
Sexy talking.
Unos susurros al odio, que te hablen en francés, en catalán o en un idioma desconocido, una voz sugerente, un extranjero hablando tu idioma con su acento natal nos pone malas, malísimas, malérrimas. Y si viene acompañado de un mordisco con premeditación, lujuria y alevosía en el lóbulo, mejor que mejor. Alguien sugirió que “la mejor forma de llegar a los ovarios es por la trompa de Eustaquio”.
Quizá.
Parole. Palabras. Nos envuelven, nos electrifican, nos liberan, nos dulcifican, nos empoderan, nos enternecen, incluso nos hacen volar. En el sexo y en la cama, al oído, esas canciones, esas palabras que vienen de la persona adecuada funcionan, y vaya si funcionan.
Para estas semanas en estos meses de la cuesta de enero y febrero y de marzo os propongo un poco de sexo al oído, un poco de sexy talking, aunque no siempre los labios que más hablan son los de la boca.
Lanzad una convocatoria de
dos para una sesión de Skype o una menos moderna pero igualmente eficiente
conversación telefónica.
Se trata de probar un poquito de eso que llaman sexo telefónico, pero con tu chico y contando con el aliciente de que cuando deis por clausurada la sesión, en la habitación de al lado, apenas a unos metros e ti, está el objeto de tu deseo, ese hombre que te pone con los tacones mirando pal techo.
Os sugiero que para ir calentando motores, de eso se trata siempre, empecéis por la mañana, sin previo aviso, que le pille de sopetón.
Podéis comenzar con un sutil mensaje bien tempranito, cuando lleguéis a trabajar y él también acabe de llegar al trabajo. Podéis lanzarle una misiva sexual, una frase picante, grabar tu voz y enviarle un texto que despierte inminentemente su deseo. Una proposición indecente que no podrá rechazar. ¡Así estará calentito todo el día!
Dresscode: Nunca olvidemos y subestimemos la importancia del dresscode adecuado. Como siempre, el estilismo es básico y para esta sesión hay poca tela, bien en ropa interior, un conjuntito mono y sexy, un tanguita o una batita o directamente desnuda. ¡Nada de franelas y lanas por favor!
No querrás ser la próxima ARRGG del Cuore. Sólo seda, satén y raso.
Se os hará más largo que un día sin pan, pero quando arriva a casa se merece un premio... y no, no será una marca de café o capuccino.
La idea es que ya en casa cada uno estéis en lugares distintos, aunque poco a poco podéis ir acercándoos, eso lo dejo a vuestro criterio. Descorchad una botella de vino o champagne y servíos una copa, dad un sorbito y brindad a solas por el homenaje que os vais a dar.
Soltaos la melena, coquetead, seducid, pero recordad siempre los límites de la elegancia.
No sois un 902, 908, 999 ni tenéis que hablar como fulanillas. La idea es empezar una conversación sugerente, sensual que paulatinamente vaya cobrando fuerza y pasión. Para esto no podéis ser remilgadas o monjiles, la conversación debe ser de alto voltaje sexual, una bomba, para ponerse de cero a mil en cuestión de nanosegundos.
Ya en materia, imaginad que estáis alejados y de nuevo dejad volar la imaginación.
Derrochad vuestras fantasías: os separa un océano o miles de kilómetros. Echaos de menos temporalmente y poneos en la piel de una pareja que hace tiempo que no se ve y está deseando el próximo encuentro, harta de mojarse las ganas en el café.
Decid dirty things, sed un poco malas, utilizad vuestra genialidad verbal para encenderle.
Sed insolentes, pero con gusto
. Decirle cositas calientes, gorrinadas básicamente, a vuestro hombre incrementará su ego, y eso es bueno, para él, para los dos. Se sentirá deseado, pletórico, pleno y tú también. Confiésale lo mucho que te gusta como te toca, el sabor de su piel, el tacto de sus manos, su cuerpo rozando el tuyo, dile cuánto te enloquece su olor.
Es muy probable que durante estos preliminares empieces a encenderte, así que siempre es buena idea que tengas tu juguetito a mano. Mientras os deis placer, no alejéis el teléfono de la boca, todo lo contrario, siempre cerca
. Imagina que el teléfono es su oído y que él está junto a tu boca, compartid vuestros gemidos, vuestros jadeos, vuestras respiraciones entrecortadas, incluso esos silencios cargados de tensión sexual
. El sonido del sexo es muy poderoso y atravesará ipso facto las paredes que os separan.
No todo van a ser palabras subidas de tono, que también, por supuesto, pero intercalad recuerdos y momentos estelares de vuestra historia, anécdotas románticas, apasionadas, la primera vez que hicisteis el amor.
Pronunciad vuestros nombres, confesaos que os sugiere a cada uno el nombre del otro
. Canta, cantad los dos La música aviva los corazones y si están ardientes más todavía.
Pídele que se describa físicamente, que te describa, que te cuente cómo os conocisteis, vuestra primera cita. Conversad sobre vosotros, sin prisas, con toda la calma del mundo.
Seducíos con la voz, ruborizaos a través de la palabra, sugeríos a través de una conversación sin rostro. La voz, la fuerza de la palabra, recordar vuestras historias os traerán recuerdos que despertarán unos sentimientos que ay amiga, valdrán la pena.
Eso sí, por favor, os pido una cosa, terminantemente prohibido veros las caras.
Que no haya estimulación visual, sólo auditiva, así que no os veáis, cada uno por su lado. Tranquilas, que luego ya os arrejuntaréis, pero todo a su tiempo, que no por mucho madrugar amanece más temprano.
A medida que la conversación vaya llegando a su fin, puedes fingir estar quedándote sin batería y solicitar un vis a vis.
Obviamente llegará ese momento en que esta forma de hacer el amor con el oído os sepa a poco y queráis pasar a la acción
. Ahora sí, encontraos, miraos y saciaos el uno del otro. Aprovechad todo ese deseo contenido, esas ganas de más y dadlo todo, como siempre, espero.
¿Te atreves a descolgar el teléfono o te has quedado sin batería? Un poco de sexo telefónico y que se corra la voz. ¡Feliz amor y feliz sexo!
Se trata de probar un poquito de eso que llaman sexo telefónico, pero con tu chico y contando con el aliciente de que cuando deis por clausurada la sesión, en la habitación de al lado, apenas a unos metros e ti, está el objeto de tu deseo, ese hombre que te pone con los tacones mirando pal techo.
Os sugiero que para ir calentando motores, de eso se trata siempre, empecéis por la mañana, sin previo aviso, que le pille de sopetón.
Podéis comenzar con un sutil mensaje bien tempranito, cuando lleguéis a trabajar y él también acabe de llegar al trabajo. Podéis lanzarle una misiva sexual, una frase picante, grabar tu voz y enviarle un texto que despierte inminentemente su deseo. Una proposición indecente que no podrá rechazar. ¡Así estará calentito todo el día!
Dresscode: Nunca olvidemos y subestimemos la importancia del dresscode adecuado. Como siempre, el estilismo es básico y para esta sesión hay poca tela, bien en ropa interior, un conjuntito mono y sexy, un tanguita o una batita o directamente desnuda. ¡Nada de franelas y lanas por favor!
No querrás ser la próxima ARRGG del Cuore. Sólo seda, satén y raso.
Se os hará más largo que un día sin pan, pero quando arriva a casa se merece un premio... y no, no será una marca de café o capuccino.
La idea es que ya en casa cada uno estéis en lugares distintos, aunque poco a poco podéis ir acercándoos, eso lo dejo a vuestro criterio. Descorchad una botella de vino o champagne y servíos una copa, dad un sorbito y brindad a solas por el homenaje que os vais a dar.
Soltaos la melena, coquetead, seducid, pero recordad siempre los límites de la elegancia.
No sois un 902, 908, 999 ni tenéis que hablar como fulanillas. La idea es empezar una conversación sugerente, sensual que paulatinamente vaya cobrando fuerza y pasión. Para esto no podéis ser remilgadas o monjiles, la conversación debe ser de alto voltaje sexual, una bomba, para ponerse de cero a mil en cuestión de nanosegundos.
Ya en materia, imaginad que estáis alejados y de nuevo dejad volar la imaginación.
Derrochad vuestras fantasías: os separa un océano o miles de kilómetros. Echaos de menos temporalmente y poneos en la piel de una pareja que hace tiempo que no se ve y está deseando el próximo encuentro, harta de mojarse las ganas en el café.
Decid dirty things, sed un poco malas, utilizad vuestra genialidad verbal para encenderle.
Sed insolentes, pero con gusto
. Decirle cositas calientes, gorrinadas básicamente, a vuestro hombre incrementará su ego, y eso es bueno, para él, para los dos. Se sentirá deseado, pletórico, pleno y tú también. Confiésale lo mucho que te gusta como te toca, el sabor de su piel, el tacto de sus manos, su cuerpo rozando el tuyo, dile cuánto te enloquece su olor.
Es muy probable que durante estos preliminares empieces a encenderte, así que siempre es buena idea que tengas tu juguetito a mano. Mientras os deis placer, no alejéis el teléfono de la boca, todo lo contrario, siempre cerca
. Imagina que el teléfono es su oído y que él está junto a tu boca, compartid vuestros gemidos, vuestros jadeos, vuestras respiraciones entrecortadas, incluso esos silencios cargados de tensión sexual
. El sonido del sexo es muy poderoso y atravesará ipso facto las paredes que os separan.
No todo van a ser palabras subidas de tono, que también, por supuesto, pero intercalad recuerdos y momentos estelares de vuestra historia, anécdotas románticas, apasionadas, la primera vez que hicisteis el amor.
Pronunciad vuestros nombres, confesaos que os sugiere a cada uno el nombre del otro
. Canta, cantad los dos La música aviva los corazones y si están ardientes más todavía.
Pídele que se describa físicamente, que te describa, que te cuente cómo os conocisteis, vuestra primera cita. Conversad sobre vosotros, sin prisas, con toda la calma del mundo.
Seducíos con la voz, ruborizaos a través de la palabra, sugeríos a través de una conversación sin rostro. La voz, la fuerza de la palabra, recordar vuestras historias os traerán recuerdos que despertarán unos sentimientos que ay amiga, valdrán la pena.
Eso sí, por favor, os pido una cosa, terminantemente prohibido veros las caras.
Que no haya estimulación visual, sólo auditiva, así que no os veáis, cada uno por su lado. Tranquilas, que luego ya os arrejuntaréis, pero todo a su tiempo, que no por mucho madrugar amanece más temprano.
A medida que la conversación vaya llegando a su fin, puedes fingir estar quedándote sin batería y solicitar un vis a vis.
Obviamente llegará ese momento en que esta forma de hacer el amor con el oído os sepa a poco y queráis pasar a la acción
. Ahora sí, encontraos, miraos y saciaos el uno del otro. Aprovechad todo ese deseo contenido, esas ganas de más y dadlo todo, como siempre, espero.
¿Te atreves a descolgar el teléfono o te has quedado sin batería? Un poco de sexo telefónico y que se corra la voz. ¡Feliz amor y feliz sexo!
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