Gran Hermano, el reality más famoso de la
televisión, se viste de crisis en su decimocuarta edición, que comienza
esta noche (22.00 horas) en Telecinco
. Su conductora, la sempiterna Mercedes Milá, lucirá vestidos low cost o de segunda mano, el presupuesto del programa ha sufrido un “tajo brutal”, y hasta se financia con tarjetas rasca-rasca.
Pero pese a que los responsables del concurso quieren acercarse a la penuria que sufren muchos de sus potenciales telespectadores, hay algo por lo que no están dispuestos a pasar: dejar que entre un parado en la casa de Guadalix de la Sierra.
Ninguno de sus concursantes, de entre 20 a 35 años, está desempleado, aunque en esa franja de edad más de la mitad de los españoles sea visitante forzoso del INEM, según la última Encuesta de Población Activa. A espaldas de esa realidad, los jóvenes de GH14 son anti ni-nis (todos “estudian o trabajan”), idealistas, deportistas, y les ha movido apuntarse al show el afán de superación y aprendizaje, y no el vulgar egoísmo de hacerse con los 300.000 euros reservados al ganador
. Esa es al menos la versión que nos venden sus responsables.
“Queremos que la gente deje fuera todas sus preocupaciones, que se siente, y se evada”, dice Jaime Guerra, productor ejecutivo del programa.
Además de hacendosos, los habitantes de la casa deben ser educados.
Siguiendo la estela de la edición anterior, se mantiene la figura del “responsable de las buenas maneras”, que hará valer unas mínimas normas de convivencia: realizar la compra en conjunto, comer siempre en la cocina y evitar los tacos o enseñar una teta mientras hacen la colada.
Y esta vez habrá hasta libros, aunque la mayoría se destinarán a rellenar las estanterías de atrezzo de la casa, que se queda sin piscina aunque mantenga el jacuzzi.
En el fondo, el programa estrella de Telecinco quiere huir de la imagen chabacana de otros seriales de telerrealidad, más acordes con el mileurismo de la época, cuyos concursantes, poligoneros tatuados hasta las cejas y malhabladas chonis, que nos traen a la memoria a los primeros participantes de GH (¿se acuerdan de Carlos, el Yoyas?). La MTV se ha hecho una marca en este segmento con sus realities para adolescentes, desplazando incluso a la música como principal producto de la cadena. Jersey Shore o Embarazada a los 16 son algunos de sus top, aunque el producto nacional Gandia shore es el que goza de más tirón, con un icono como Ylenia, una rubia de bote casi incapaz de intercalar algún vocablo trisílabo en el vómito de palabrotas con que le relata a su colega del alma, con más pelos que señales, su última juerga sexual.
“Hacemos un seguimiento de los participantes de esos concursos y los excluimos de los casting cuando se presentan. Se mueven por exhibicionismo y eso no le interesa a nuestro público”, reconoce Guerra, director general de Zeppelin, que produce junto a Telecinco el programa.
En el proceso de selección de GH14 participaron casi 60.000 aspirantes, de los que saldrán entre 12 y 14 concursantes, aunque este año y como novedad, el casting seguirá abierto durante el concurso. Se realizó en noviembre, y a toda prisa, porque la cadena adelantó a febrero la edición prevista para otoño, tal vez para sorprender a la competencia y remontar la audiencia.
De hecho, el estreno coincide con la gala final del concurso Tu cara me suena, de Antena 3 que se ha hecho con el liderazgo de los lunes, con más del 24% de pantalla.
Como es habitual, Mediaset explotará al máximo el formato en su parrilla: las galas irán los lunes y los debates los miércoles (sin Jordi González), con resúmenes diarios en La Siete, conexiones en directo en Nueve y el 24 horas de Mitele, así como en otros programas de Telecinco.
Bajo el lema “Siente el vértigo”, que dicen que se les hará sentir hasta físicamente a los concursantes, arranca Gran Hermano, el concurso más longevo de la televisión que, como su presentadora no disimula las arrugas, y que, de vez en cuando, como la propia Milá, nos enseña el trasero.
. Su conductora, la sempiterna Mercedes Milá, lucirá vestidos low cost o de segunda mano, el presupuesto del programa ha sufrido un “tajo brutal”, y hasta se financia con tarjetas rasca-rasca.
Pero pese a que los responsables del concurso quieren acercarse a la penuria que sufren muchos de sus potenciales telespectadores, hay algo por lo que no están dispuestos a pasar: dejar que entre un parado en la casa de Guadalix de la Sierra.
Ninguno de sus concursantes, de entre 20 a 35 años, está desempleado, aunque en esa franja de edad más de la mitad de los españoles sea visitante forzoso del INEM, según la última Encuesta de Población Activa. A espaldas de esa realidad, los jóvenes de GH14 son anti ni-nis (todos “estudian o trabajan”), idealistas, deportistas, y les ha movido apuntarse al show el afán de superación y aprendizaje, y no el vulgar egoísmo de hacerse con los 300.000 euros reservados al ganador
. Esa es al menos la versión que nos venden sus responsables.
“Queremos que la gente deje fuera todas sus preocupaciones, que se siente, y se evada”, dice Jaime Guerra, productor ejecutivo del programa.
Además de hacendosos, los habitantes de la casa deben ser educados.
Siguiendo la estela de la edición anterior, se mantiene la figura del “responsable de las buenas maneras”, que hará valer unas mínimas normas de convivencia: realizar la compra en conjunto, comer siempre en la cocina y evitar los tacos o enseñar una teta mientras hacen la colada.
Y esta vez habrá hasta libros, aunque la mayoría se destinarán a rellenar las estanterías de atrezzo de la casa, que se queda sin piscina aunque mantenga el jacuzzi.
En el fondo, el programa estrella de Telecinco quiere huir de la imagen chabacana de otros seriales de telerrealidad, más acordes con el mileurismo de la época, cuyos concursantes, poligoneros tatuados hasta las cejas y malhabladas chonis, que nos traen a la memoria a los primeros participantes de GH (¿se acuerdan de Carlos, el Yoyas?). La MTV se ha hecho una marca en este segmento con sus realities para adolescentes, desplazando incluso a la música como principal producto de la cadena. Jersey Shore o Embarazada a los 16 son algunos de sus top, aunque el producto nacional Gandia shore es el que goza de más tirón, con un icono como Ylenia, una rubia de bote casi incapaz de intercalar algún vocablo trisílabo en el vómito de palabrotas con que le relata a su colega del alma, con más pelos que señales, su última juerga sexual.
“Hacemos un seguimiento de los participantes de esos concursos y los excluimos de los casting cuando se presentan. Se mueven por exhibicionismo y eso no le interesa a nuestro público”, reconoce Guerra, director general de Zeppelin, que produce junto a Telecinco el programa.
En el proceso de selección de GH14 participaron casi 60.000 aspirantes, de los que saldrán entre 12 y 14 concursantes, aunque este año y como novedad, el casting seguirá abierto durante el concurso. Se realizó en noviembre, y a toda prisa, porque la cadena adelantó a febrero la edición prevista para otoño, tal vez para sorprender a la competencia y remontar la audiencia.
De hecho, el estreno coincide con la gala final del concurso Tu cara me suena, de Antena 3 que se ha hecho con el liderazgo de los lunes, con más del 24% de pantalla.
Como es habitual, Mediaset explotará al máximo el formato en su parrilla: las galas irán los lunes y los debates los miércoles (sin Jordi González), con resúmenes diarios en La Siete, conexiones en directo en Nueve y el 24 horas de Mitele, así como en otros programas de Telecinco.
Bajo el lema “Siente el vértigo”, que dicen que se les hará sentir hasta físicamente a los concursantes, arranca Gran Hermano, el concurso más longevo de la televisión que, como su presentadora no disimula las arrugas, y que, de vez en cuando, como la propia Milá, nos enseña el trasero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario