La Fundación Juan March dedica una pequeña muestra a este género pictórico que cultivaron Velázquez, Cézanne o Van Gogh.
El bodegón, el género pictórico dedicado a las
llamadas naturalezas muertas consagrado por las escuelas italianas en el
XVI, tiene su origen en los maestros flamencos.
Mirado con un recelo
histórico por algunos puristas, es, sin embargo, un género en el que han
explayado su arte autores como Caravaggio, Zurbarán, Velázquez,
Cézanne, Van Gogh, Juan Gris o Picasso
. Son composiciones en las que los
alimentos tienen un protagonismo absoluto y que alcanzaron su máxima
expresión entre los grandes artistas flamencos y holandeses del siglo
XVII. Osias Beert, Pieter Claesz., Willem Claesz Heda, Floris Claesz van
Dijck, Jan Davidsz de Heem y Clara Peeters, son algunos de estos
grandes artistas cuya obra está representada en la exposición De la vida doméstica abierta el 8 de febrero al público en la sede madrileña de la Fundación Juan March.
Situada en la senda de las pequeñas (11 obras) y
selectas exposiciones (Tiépolo, Morandi) que la Fundación incluye en su
programa anual, la muestra quiere incidir y dar a conocer la importancia
que el bodegón tuvo en el norte de Europa. Teresa Posada, conservadora
de pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado, ha sido la
encargada de organizar esta exposición formada, en su mayor parte, por
obras prestadas por coleccionistas particulares.
“Son un tipo de
cuadros”, explica la comisaria,”muy cotizados en su momento por las
familias ricas del norte de Europa. Había un mercado muy fuerte.
Servían
para adornar las salas principales de viviendas lujosas.
A través de
estos cuadros, intento que se pueda contemplar como fue evolucionando el
género”.
Junto a alimentos comunes como los frutos secos
(castañas, nueces, avellanas), estos artistas cubren las mesas (al
principio desnudas, luego con mantel) con productos exóticos como las
granadas o las uvas
. El delicado cristal de las copas y vasos servía
para reflejar la luz y el paisaje exterior y los cubiertos daban la
perspectiva.
Estos bodegones, explica Teresa Posada, surgen en el
área de los Países Bajos a principios del XVII.
La división política que
se produce en 1581 hace que el género tenga una evolución más rica que
en el resto gracias a que la iconoclasta del reformismo calvinista
fomentaba el que los artistas realizaran un tipo de pintura muy
descriptiva y doméstica.
El iniciador del género es Osias Beert, de
quien se expone un óleo titulado Bodegón con nautilus y frutas en un plato wan-li
(hacia 1610).
Vienen después tres obras de Clara Peters, una de las
pocas mujeres cuya obra ha trascendido y una de las primeras en
introducir alimentos comunes (panecillos, arenques) en sus
composiciones.
Los restantes cuadros colgados en la sala van mostrando
el enriquecimiento de un género en el que los artistas volcaron sus más
profundos conocimientos sobre como pintar texturas y calidades.
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