Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

24 ene 2013

Un nuevo director para el mayor ballet de Francia


El bailarín francés radicado en Nueva York, Benjamín Millepied, con su esposa, Natalie Portman.

Hoy antes de mediodía, en una seria y tensa rueda de prensa en la propia sede, ha sido anunciado que el bailarín francés radicado en Nueva York, Benjamín Millepied (Burdeos, 1977) será el nuevo director artístico del Ballet de la Ópera de París a partir de 2014; tomará posesión el 15 de octubre de ese año y el placet ha venido de la mano de Aurélie Filippetti, ministra de Cultura y de la Comunicación de Francia.
 El anuncio fue hecho por la actual directora saliente Brigitte Lefèvre, acompañada del director general de la casa parisiense Nicolas Joel (que también acaba su mandato en la temporada 2013-2014) y de Stéphane Lissner, que asumirá el puesto de Joel en 2015.
Milliepied no era el candidato en primera opción de Lefèvre, pero Lissner tenía la prerrogativa de escoger, pues él será quien lidie con la muy jerarquizada compañía de más de 300 personas de las cuales 157 son bailarines. El Ballet de la Ópera de París realiza una media de 150 funciones al año repartidas entre sus dos sedes, el Palacio Garnier y la nueva Ópera de la Bastilla, además de giras interiores por el territorio francés y ocasionalmente, al extranjero
. El nombramiento de Millepied (calificado ya por algunos medios franceses entre signos de admiración como una revolución), contra todo pronóstico, no ha recaído en ninguno de los tres primeros favoritos de la quiniela que auguraba la prensa francesa estos días: Laurent Hilaire (de 50 años, asistente de Lefevre estos años), Manuel Legris (de 49 años, actualmente director del Ballet de la Ópera de Viena) y Nicolas le Riche (de 43 y primer bailarín de la misma casa); otros nombres que repetidamente mostraba la prensa y que optaban al cargo eran Charles Jude (ex bailarín favorito de Rudolf Nureyev y director del Ballet de la Ópera de Burdeoos) y Sylvie Guillem, la estrella que abandonó de un sonoro portazo la Ópera de París hace un decenio.
Millepied, que fue hasta el 26 de octubre de 2011 bailarín principal del New York City Ballet, está casado con la actriz cinematográfica Natalie Portman con la que tiene un hijo: Aleph, y saltó a la fama al redactar las partes de danza y actuar en el filme Cisne negro (2009-2010) de Darren Aronofsky.
Sus otras dos notorias intervenciones en la gran pantalla han sido en El lago de los cines de Barbie en 2003, donde hacía de príncipe para las capturas de la película de dibujos animados y en Barbie en el Cascanueces, del mismo género y productora.
La relación de este exitoso artista mediático con el ballet académico ha sido lateral y limitada a algunos roles en las versiones del gran repertorio dentro del New York City Ballet [NYCB] y al discutible rigor del filme de Aronofsky. El resto de su carrera y las 21 coreografías que luce a hoy día su catálogo, se centran en el ballet moderno y contemporáneo del que depende también su formación.
Benjamin Millepied empezó a estudiar danza moderna con su madre a los siete años, de nombre Catherine, que tenía una escuela privada y pasó parte de sus primeros años de vida en Dakar (Senegal), como el mismo expresó “aprendiendo a andar sobre la tierra roja”
. Al demostrar aptitudes, la madre le llevó al aula de Michael Kahn, en el Conservatorio Nacional de Lyón entre los 13 y los 16, donde no se laureó y obtuvo la codiciada beca Lavoisier para completar su formación en la School of American Ballet de Nueva York.
Un golpe de suerte le coloca frente al coreógrafo Jerome Robbins, que lo adopta artísticamente y a quien Millepied imitó con devoción es sus primeras obras de corte más neoacadémico, como la muy aplaudida Without (Chopin). En 1994 es premiado en el certamen de Lausana y en 1995 entra en el cuerpo de baile del NYCB. Tres años más tardes, asciende a solista y en 2002 lo hacen figura principal.
Brigitte Lefèvre, después de 20 años de reinado en la Ópera de París (el mandato más dilatado en la historia moderna de la magna casa francesa de la música y la danza), pasa el testigo a alguien menor de 40 años y a quien ella misma ha encargado dos coreografías: Amoveo (2006) y Triade (2008).
 Ninguna de las dos ha sido un éxito reseñable, pero es sabido que a los bailarines les encanta trabajar con él. Mejor fortuna tuvo The part of darkness encargada por Yorgos Loukos para el Ballet de la Ópera de Lyón. Loukos reintrodujo a Millepied en el panorama europeo al invitarle con su compañía privada al Festival de Danza de Cannes en 2009 y donde demostraba su capacidad emprendedora y empuje, reuniendo a una treintena de los mejores artistas del NYCB y el American Ballet Theatre. En Cannes se mostró pletórico y se le vio más libre e inspirado, rozando lo genial en piezas corales y comprometidas en la dinámica como Ánima (Bach) o el fantástico dúo Closer (Glass).
Actualmente Millepied lidera u proyecto personal en Los Ángeles (LA Dance), con el que debutó el pasado septiembre en un teatro californiano y que ya ha dicho que no abandonará. En 2010 recibió la Orden de Caballero de las Artes y las Letras de Francia, lo que también llamó la atención por su juventud e inexperiencia. Lauren Fleishman en The New York Times relataba ayer mismo que Stéphane Lissner -actual director artístico del Teatro alla Scala de Milán que sucederá a Joel en el puesto de París en enero de 2015- le contactó en noviembre pasado y que Millepied opinó que “también sabía que no tenía candidatos de dentro de la compañía.
 Me sorprendió, pero me entendí rápidamente que él y el diálogo artístico entre nosotros fue muy emocionante
. Después de un tiempo sentí que había una buena posibilidad para mí y que podría obtener el puesto. Aquello hizo que la cabeza me diera vueltas”.
Millepied heredará una de las mayores compañías clásicas del mundo y con un considerable peso estético e histórico en el panorama del ballet mundial.
 El puesto está marcado por la polémica desde que lo ocupó el ruso Serge Lifar, que estuvo acusado de colaboracionista en los tiempos de Vichy. John Taras, Violette Verdy y Patrick Dupond pasaron fugazmente por el cargo. Rudolf Nureyev duró algo más de seis agitados años y revitalizó la institución con grandes y opulentos montajes clásicos.
Ahora llega este joven que ha coreografiado para los chicos del coro de Madonna y para el sexagenario Mijail Barshnikov, al que le une una buena amistad.
 En septiembre pasado tuvo uno de sus habituales encontronazos con la prensa rosa cuando se le preguntó si estaba interesado en el puesto de director de París.
 Entonces Millepied contestó airado: “Es un trabajo demasiado prestigioso para mí”.

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