Soldados franceses y malienses han tomado este lunes el aeropuerto de
la histórica ciudad de Tombuctú, unos 900 kilómetros al noreste de la
capital, Bamako
. Al menos 1.000 efectivos franceses y 200 malienses han ocupado esta noche el aeródromo, situado a pocos kilómetros de la ciudad, con el apoyo de una unidad de paracaidistas.
Según fuentes militares, las tropas, que han rodeado la localidad para evitar la huida de los yihadistas, están llevando a cabo operaciones de rastreo para eliminar cualquier posible foco de resistencia de los grupos armados que la controlaban desde el pasado mes de abril.
En su huida los rebeldes islamistas han incendiado un edificio que albergaba manuscritos antiguos, ha señalado France Presse, citando a fuentes de seguridad y al alcalde de Tombuctú, Ousmane Halle Cissé, que se encuentra en Bamako
. “Los islamistas han quemado el centro Ahmed Baba donde se encuentran manuscritos de gran valor”, ha denunciado Cissé, que ha tildado el acto de "crimen cultural".
El Instituto Ahmed Baba de Altos Estudios e Investigación Islámica tiene entre 60.000 y 100.000 manuscritos, según el ministerio maliense de la Cultura, alugnos de los cuales datan de la era preislámica.
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, ha alertado esta mañana del riesgo de que los islamistas radicales que controlaban la ciudad se hayan escondido en el desierto, a la espera de una nueva oportunidad de entrar en Tombuctú.
Al mismo tiempo, los habitantes de Gao, ciudad que fue recuperada el pasado sábado de las manos del grupo terrorista Muyao lo celebran en las calles. Abdoulaye Yunusa, vecino de Gao, asegura por teléfono que “la gente ha salido de sus casas y grita viva Malí, viva Francia.
Hay banderas de ambos países por todas partes
. Al fin somos libres otra vez”. Sin embargo, ha confirmado también que aún se escuchan disparos y que se está tratando de localizar a los miembros de Muyao “puerta a puerta”.
La operación Serval francomaliense para recuperar el control del norte del país ha ido más rápido de lo que en principio se podía pensar
. En sólo dos semanas, la fuerza combinada de ambos ejércitos ha logrado no sólo frenar el avance de los salafistas hacia el sur, sino plantarse en dos de los principales ciudades ocupadas por los grupos yihadistas, Gao y Tombuctú, en donde se están llevando a cabo operaciones de “rastreo” para localizar a posibles combatientes escondidos entre la población.
Esto ha tenido lugar sin que se hayan producido apenas combates pues la mayor parte de los miembros de estos grupos armados habían emprendido hace días una retirada hacia sus posiciones en el norte de la región de Kidal.
Mientras tanto, en Gao, las tropas francesas y malienses han contado con la inmediata ayuda de varios cientos de soldados de Chad y Níger que llegaron en avión y que desde este domingo patrullan la ciudad. Según Yunusa, “se escuchan disparos todavía porque se está procediendo a identificar a los miembros de Muyao o simpatizantes que han colaborado con ellos casa por casa
. Pero la gente ya se siente libre”.
. Al menos 1.000 efectivos franceses y 200 malienses han ocupado esta noche el aeródromo, situado a pocos kilómetros de la ciudad, con el apoyo de una unidad de paracaidistas.
Según fuentes militares, las tropas, que han rodeado la localidad para evitar la huida de los yihadistas, están llevando a cabo operaciones de rastreo para eliminar cualquier posible foco de resistencia de los grupos armados que la controlaban desde el pasado mes de abril.
En su huida los rebeldes islamistas han incendiado un edificio que albergaba manuscritos antiguos, ha señalado France Presse, citando a fuentes de seguridad y al alcalde de Tombuctú, Ousmane Halle Cissé, que se encuentra en Bamako
. “Los islamistas han quemado el centro Ahmed Baba donde se encuentran manuscritos de gran valor”, ha denunciado Cissé, que ha tildado el acto de "crimen cultural".
El Instituto Ahmed Baba de Altos Estudios e Investigación Islámica tiene entre 60.000 y 100.000 manuscritos, según el ministerio maliense de la Cultura, alugnos de los cuales datan de la era preislámica.
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, ha alertado esta mañana del riesgo de que los islamistas radicales que controlaban la ciudad se hayan escondido en el desierto, a la espera de una nueva oportunidad de entrar en Tombuctú.
Al mismo tiempo, los habitantes de Gao, ciudad que fue recuperada el pasado sábado de las manos del grupo terrorista Muyao lo celebran en las calles. Abdoulaye Yunusa, vecino de Gao, asegura por teléfono que “la gente ha salido de sus casas y grita viva Malí, viva Francia.
Hay banderas de ambos países por todas partes
. Al fin somos libres otra vez”. Sin embargo, ha confirmado también que aún se escuchan disparos y que se está tratando de localizar a los miembros de Muyao “puerta a puerta”.
La operación Serval francomaliense para recuperar el control del norte del país ha ido más rápido de lo que en principio se podía pensar
. En sólo dos semanas, la fuerza combinada de ambos ejércitos ha logrado no sólo frenar el avance de los salafistas hacia el sur, sino plantarse en dos de los principales ciudades ocupadas por los grupos yihadistas, Gao y Tombuctú, en donde se están llevando a cabo operaciones de “rastreo” para localizar a posibles combatientes escondidos entre la población.
Esto ha tenido lugar sin que se hayan producido apenas combates pues la mayor parte de los miembros de estos grupos armados habían emprendido hace días una retirada hacia sus posiciones en el norte de la región de Kidal.
Mientras tanto, en Gao, las tropas francesas y malienses han contado con la inmediata ayuda de varios cientos de soldados de Chad y Níger que llegaron en avión y que desde este domingo patrullan la ciudad. Según Yunusa, “se escuchan disparos todavía porque se está procediendo a identificar a los miembros de Muyao o simpatizantes que han colaborado con ellos casa por casa
. Pero la gente ya se siente libre”.
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