Pero aquel ,como otros muchos cuentos tenían algo de májico de su extremo Oriente, eran joyas espectaculares, Esmeraldas de Brillo superior, tejidos de seda, preciosidades, maravillas de Tesoros, y ese afán narrativo como lo demuestra Sherezade, El Cuento de las mil y una noches, un mecanismo femenino para que no hubiera violencia de género, porque los Califas y Visires mataban a las mujeres que no les gustasen, y la inteligencia nata de las mujeres ,era sortearla sin fuerza, sino siendo muy bellas, y muy luminosas, complaciendo al Califa para que no pudiera prescindir de ella.
Era una forma de poder existir, si lloraban, sus lágrimas eran perlas, su boca era rubi, sus ojos esmeraldas, sus túnicas voluptiosas que intuía su cuerpo, descalzas, un pie precioso y muchas pulseras, en los tobillos, en las muñecas, una mágnifica melena, su pelo era otro adorno, aceites de olor embriagador, pero aqui en Occidente, aparece un señor sin encanto ninguno, sin piedras preciosas y se va a Suiza, u otro pais que guarden, sin decirlo a nadie un montón de papeles, dinero negro dicen, cuando nunca un negro, creo yo, que ha ido a Suiza a limpiar cristales o vender Kleenex, ese adjetivo negro lo dice
todo. Pues tenemos un montón de ladrones, que encima a sus reponsables no les gusta que se hable de ellos. Porque esos ladrones no son 40, ni 50 sino un montón, y van y vienen, y se dan sobres con esos papeles, ni siquiera son doblones de oro. ni se lo dan en Cofres grabados, sobres, y luego viene otro señor que hace lo contrario de Robin Hood le quita dinero a los pobres para darlos a los ricos.
Pero no crean que la vida es un cuento. Es una novela "negra" mal escrita porque desde el principio sabemos quien es el Ladrón.
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