Un Blues

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19 ene 2013

El crimen que sacude a los Mascaró

Joan Mascaró fue asesinado con un arma blanca en plena calle el jueves en Menorca

Era miembro de una poderosa familia de zapateros. Su abuelo cofundó una empresa que se convertiría en referente mundial, pero el fallecido ya no estaba vinculado a ella.

 


Joan Mascaró Florit, el empresario del calzado menorquín asesinado el jueves en Ferreries. / JAVIER COLL

Joan Mascaró, un exindustrial menorquín del sector del calzado de 67 años, fue atropellado por un coche y posteriormente acuchillado el jueves en plena calle en la localidad menorquina de Ferreries, cerca de donde vivía. Cuando los agentes de la policía llegaron al lugar de los hechos, este ya había fallecido.
El presunto agresor es Cristóbal C. T., de 52 años, quien supuestamente había mantenido una relación sentimental con una mujer que era la actual pareja de Mascaró.
El impacto de la noticia sumó enseguida una alerta global en la red porque la víctima pertenecía a una de las familias de zapateros más importantes de España. Fundada por los hermanos Antonio y Pedro, Mestre Perico, Mascaró (padre y tío del fallecido, respectivamente), Zapatillas Ferreries fue la pequeña compañía que, en 1918, inició una exitosa saga de artesanos e industriales.
Un negocio basado en la fabricación de clásicas zapatillas de baile que todavía hoy representan una referencia en el sector. En la Menorca del siglo XIX nació la histórica industria del calzado orientada a las exportaciones coloniales a Cuba y Filipinas.
En su capital, Mahón, se hicieron también bolsos y monederos de plata, pero el negocio acabaría hundiéndose debido a los impagos de compradores alemane
s. Los Mascaró, sin embargo, armaron un negocio que triunfa prácticamente un siglo después. Aunque en el camino los hijos de uno y otro fundador acabarían separándose.
Jaime, hijo de Pedro, creó en 1980 la compañía Jaime Mascaró, SA, actual estandarte global del calzado menorquín.
 El recién fallecido Joan, apodado Pipo, mantuvo Zapatillas Ferreries, rebautizada Calzados Ferreries, hasta que se jubiló con 60 años. Todo el negocio de la compañía pasó a ser finalmente absorbido por la famosa empresa de su primo.
Además de pertenecer a una de las familias de referencia de la isla, Pipo también era conocido en su juventud por su faceta de futbolista y, posteriormente, por presidir el club CE Ferreries.
 En una ocasión declaró: “Nunca hemos sido dueños de nuestro propio destino, aunque supimos, casi de la nada, crear una industria modélica que por diferentes motivos se ha derrumbado”.
Los agentes de la Guardia Civil, en la escena del crimen, en Ferreries (Menorca). / MYRIAM TRAID VALERA (EFE)

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