Hillary Clinton, en una foto de noviembre. / SAUL LOEB (AFP)
El coágulo de sangre que se le ha detectado a Hillary Clinton
después de su desmayo y caída de hace dos semanas se halla entre el
cerebro y el cráneo, según han revelado hoy los médicos que la tratan
mientras se halla ingresada en el hospital Prebyterian de Nueva York,
donde está en observación por un periodo de 48 horas. A la Secretaria de
Estado norteamericana le están administrando anticoagulantes y su
condición no es grave, según esos mismos doctores.
“Se le dará el alta cuando se haya establecido cuáles son las dosis adecuadas de medicación”, han dicho los doctores Lisa Bardack y Gigi El-Bayoumi. “En todos los demás aspectos de su recuperación, la Secretaria está avanzando de forma excelente y estamos convencidos de que se recuperará de forma total. Se halla en buen estado de ánimo, en contacto con sus médicos, su familia y su equipo de trabajo”.
El coágulo se halla en una vena situada a la altura de la oreja derecha. Clinton no ha sufrido derrame alguno, y las pruebas que se le han efectuado no han detectado daños neurológicos.
La jefa de la diplomacia norteamericana fue admitida el domingo en el hospital en el que está siendo atendida, después de que se detectara el coágulo. Este es una masa que se forma cuando la sangre se endurece y se solidifica.
Si la obstrucción ocurre en una arteria, el oxígeno podría tener dificultad para llegar a los tejidos, lo que provocaría una isquemia, que puede ocasionar graves daños. Cuando la obstrucción ocurre en una vena, como sucede en el caso de Clinton, el máximo daño que suele ocasionar es hinchazón y acumulación de líquido.
Clinton, de 65 años, se desmayó el 15 de diciembre, y sufrió una contusión en la cabeza. Había pasado los últimos días descansando en su residencia en Nueva York. Previamente había sufrido un virus estomacal, que le había provocado una deshidratación que pudo ser la causa del desmayo. Aquel virus le obligó a cancelar una visita oficial a Marruecos.
“Está siendo tratada con anticoagulantes en el hospital Presbyterian de Nueva York, para que se pueda controlar el efecto que tiene en ella la medicación en las próximas 48 horas”, dijo el domingo Philippe Reines, su portavoz, en un comunicado. “Los médicos seguirán controlando su evolución, incluidos los aspectos relacionados con la contusión.
Ellos determinarán si es necesario tomar medidas ulteriores”.
En Marruecos, Clinton debería haber participado en una conferencia en la que se iba a reconocer formalmente como interlocutora a la oposición siria
. Además, canceló una comparecencia en el Senado, programada para el pasado 19 de diciembre, en la que debería haber testificado sobre el ataque al consulado de Bengasi, en Libia, en el que fallecieron cuatro norteamericanos.
Clinton tiene previsto abandonar su puesto en las próximas semanas.
La sustituirá el actual senador por Massachusetts John Kerry, candidato demócrata a la presidencia en 2004.
Aun no hay fecha exacta para el relevo. Clinton se presentó a las primarias demócratas de 2008, y hasta ahora ha negado que tenga intención de volver a presentarse en 2016, el año en que Barack Obama abandonará la presidencia.
“Se le dará el alta cuando se haya establecido cuáles son las dosis adecuadas de medicación”, han dicho los doctores Lisa Bardack y Gigi El-Bayoumi. “En todos los demás aspectos de su recuperación, la Secretaria está avanzando de forma excelente y estamos convencidos de que se recuperará de forma total. Se halla en buen estado de ánimo, en contacto con sus médicos, su familia y su equipo de trabajo”.
El coágulo se halla en una vena situada a la altura de la oreja derecha. Clinton no ha sufrido derrame alguno, y las pruebas que se le han efectuado no han detectado daños neurológicos.
La jefa de la diplomacia norteamericana fue admitida el domingo en el hospital en el que está siendo atendida, después de que se detectara el coágulo. Este es una masa que se forma cuando la sangre se endurece y se solidifica.
Si la obstrucción ocurre en una arteria, el oxígeno podría tener dificultad para llegar a los tejidos, lo que provocaría una isquemia, que puede ocasionar graves daños. Cuando la obstrucción ocurre en una vena, como sucede en el caso de Clinton, el máximo daño que suele ocasionar es hinchazón y acumulación de líquido.
Clinton, de 65 años, se desmayó el 15 de diciembre, y sufrió una contusión en la cabeza. Había pasado los últimos días descansando en su residencia en Nueva York. Previamente había sufrido un virus estomacal, que le había provocado una deshidratación que pudo ser la causa del desmayo. Aquel virus le obligó a cancelar una visita oficial a Marruecos.
“Está siendo tratada con anticoagulantes en el hospital Presbyterian de Nueva York, para que se pueda controlar el efecto que tiene en ella la medicación en las próximas 48 horas”, dijo el domingo Philippe Reines, su portavoz, en un comunicado. “Los médicos seguirán controlando su evolución, incluidos los aspectos relacionados con la contusión.
Ellos determinarán si es necesario tomar medidas ulteriores”.
En Marruecos, Clinton debería haber participado en una conferencia en la que se iba a reconocer formalmente como interlocutora a la oposición siria
. Además, canceló una comparecencia en el Senado, programada para el pasado 19 de diciembre, en la que debería haber testificado sobre el ataque al consulado de Bengasi, en Libia, en el que fallecieron cuatro norteamericanos.
Clinton tiene previsto abandonar su puesto en las próximas semanas.
La sustituirá el actual senador por Massachusetts John Kerry, candidato demócrata a la presidencia en 2004.
Aun no hay fecha exacta para el relevo. Clinton se presentó a las primarias demócratas de 2008, y hasta ahora ha negado que tenga intención de volver a presentarse en 2016, el año en que Barack Obama abandonará la presidencia.
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