¿Es Importante la Navidad?

IMPORTANCIA DE LA NAVIDAD

La navidad, vista así, debería ser, idealmente, un espacio de adoración y agradecimiento ante el gran acontencimiento de la encarnación del hijo de Dios; un momento para detenerse y reverenciarlo con oración, armonía y generosidad, lo cual puede hacerse visible en los rituales navideños de desear paz y felicidad a todos, reunirse apaciblemente con la familia, los amigos y los compañeros de estudio o trabajo, para de manera unitaria, honrar a quien nos ha creado a través de la simbología de su hijo muerto y resucitado. En realidad, las fechas de navidad, deberían ser para nosotros, más que feriados, días sagrados de reflexión y búsqueda.
Para Yogananda, uno de los líderes espirituales más importantes que han vivido, la navidad es un evento de paz, y no un contexto para obsequiar armas u otros regalos que impliquen violencia, pues esto contraría los mensajes de Jesús. "Se le debería honrar de acuerdo con lo que fue su vida, su obra y su mensaje, es decir, con meditación, oraciones, alabanzas y en todo caso aunque no es necesario regalar, con regalos útiles que recuerden a Dios".

Es por esto que para los cristianos el nacimiento de Jesús es o debería ser un hecho de gran significado, pues nos recuerda el verdadero sentido de la vida, perdido en medio del mar de ateísmo, materialismo y superficialidad que inunda nuestra cotidianidad. Y es que si nos atenemos a los hechos, es evidente que la mayoría de las personas que celebran la navidad, se han acostumbrado a relacionar la sagrada fecha, con vacaciones, cobro de utilidades, compra e intercambio de regalos, comidas, bebidas, música, arbolitos y mini representaciones escenográficas del nacimiento.
Poco a poco, según parece, se ha puesto de lado la trascendencia de este tiempo que nos impulsa a regresar a Dios, a vivir por encima de lo mundano, sirviéndonos del apoyo de un gurú, un maestro, un guía, papel que simbólicamente desempeña Jesús en esta trama.

Esta importante fecha ha generado polémica pues al parecer Jesús habría nacido verdaderamente un mes de marzo, pero por varias razones los antiguos cristianos tomaron las fechas de celebración de las llamadas saturnales de los romanos, la fiesta invernal de los britanos paganos que se hacían los 25 de diciembre; y la fiesta romana en honor de Mitra, dios del Sol, para celebrar ese día el nacimiento del Hijo de Dios.
Más allá de la veracidad o falsedad de estos datos, lo cierto es que esta fiesta tiene para quienes la siguen, un sentido básicamente religioso y familiar. La razón es que se celbra el nacimiento de un niño en el seno de una familia, y ese niño sería conocido como Jesús de Nazareth, el Hijo de Dios, un ser Iluminado, con formación y poderes particulares que habría venido a transmitir mensajes de alto poder espiritual vinculados con el amor, la tolerancia, el perdón, la fe, la búsqueda de Dios en nuestro interior, la igualdad de todos los hombres a los ojos del Creador, la convicciónde que somos más que un cuerpo prescindible, y la importancia de vivir una vida sencilla dedicada a la evolución y el mejoramiento de la vida de todos los seres.

La verdad es que lo adecuado sería iniciar el nuevo año con una nueva manera de ver la vida en que manifestáramos nuevas formas de pensar, sentir y actuar. Ese es el mensaje que desde la muerte la época de Jesús, se nos ha transmitido, por espacio de 800 generaciones.
En esta dirección, más coherente y productivo sería buscar en medio del bullicio, un momento de silencio, y crear una conexión con Dios, y pedirle, más que dinero, que llene nuestra existencia con las mejores cualidades de sus mensajeros. ¿No han sido acaso positivos para la humanidad personajes como: Krisna, Buda, Jesús, Babaji, Gandhi, Sai Baba, Yogananda y muchos otros? Busca entonces ese momento de paz y declara: "La Paz de Cristo está en mi y en todos los seres, como salud, como paz y como prosperidad". "La luz de Cristo vive en mi como Verdad, amor y paz."
La navidad es una parte del año que debe ir más allá de lo mundano, transitorio y efímero; debemo rescatar de ella su verdadera dimensión espiritual como escenario para proclamar la existencia de Dios a través del recuerdo de su Hijo, y para difundir el mensaje de Dios, que es similar en todas las religiones.
Cada navidad viene a nuestras vidas una chispa de luz que nos recuerda que podemos y debemos vivir a través de preceptos espirituales dignificantes, que en el caso de la Biblia se resumen como Mandamientos, y que pueden enseñarnos que este mundo de dolor, de enfermedades y tragedias, sólo puede cambiar si nosotros cambiamos y nos hacemos mejores seres, gradualmente, hasta alcanzar algún día la talla de Jesús y poder decir como él: "Mi padre y yo, somos uno". Gracias por leerme. Espero haberlos ayudado a superarse. Feliz Navidad, Feliz año, Feliz vida