Como la mayoría de las mujeres, Tina Hines tiene su talla y una lista
de ropa que realmente le sienta bien: los bolsillos laterales están
descartados (hacen que sus caderas parezcan demasiado anchas) y las
blusas con el cuello halter son difíciles (necesita llevar sujetador).
Pero, cuando compra a través de Internet, se siente desconcertada. Las modelos suelen ser delgadas como palillos y de pecho plano, a diferencia de ella. “Alguien que tiene una copa A no me ayuda, porque está claro que la ropa le va a quedar de una forma un poco distinta”, dice Hines, de 44 años, que es asesora sobre asuntos personales y profesionales en Franklin Park, Nueva Jersey.
Ahora, el portal de comercio electrónico Rent the Runway ofrece una solución: sustituir a las modelos por mujeres normales y permitir que los visitantes busquen mujeres de determinada edad, altura, peso e incluso talla de pecho para ver cómo le queda ese vestido a alguien similar.
El nuevo enfoque de Rent the Runway es el último ejemplo de minoristas que rechazan la idea de que las mujeres quieren fantasía cuando compran. En lugar de eso, ofrece realidad y se adapta a unas clientas hartas de los retoques con Photoshop, los aerógrafos y el quebradero de cabeza que supone devolver diversas tallas de ropa.
La empresa de nueva creación Me-Ality instala escáneres en los centros comerciales para buscar una correspondencia entre los cuerpos de las mujeres y las marcas de las tiendas. Clothes Horse vende a los minoristas un algoritmo y un cuestionario para que puedan asesorar a los clientes sobre la talla que encajará con la ropa de la tienda.
Rent the Runway, sin embargo, va un paso más allá. Las usuarias del sitio web ya pueden subir fotos suyas llevando la ropa de la tienda (el portal alquila vestidos y accesorios de vestir durante unos cuantos días, a alrededor del 10 % del precio de venta).
Y las mujeres pueden incluir su altura, peso y talla de pecho en las
reseñas.
Las visitantes pueden realizar búsquedas para encontrar mujeres como ellas, hacer preguntas a otras y optar por ver solo personas corrientes en lugar de modelos.
Rent the Runway ha descubierto que el porcentaje de conversión en el caso de las compradoras que hicieron clic en fotos reales era el doble que el de las que hicieron clic en fotos de modelos.
“Las mujeres son inteligentes: una sabe que, aunque (la modelo) Gisele (Bundchen) sea guapa,no todas tenemos su aspecto”, opina Jennifer Hyman, consejera delegada y cofundadora de Rent the Runway, que tiene la sede en Nueva York y fue creada en 2009.
La tendencia a usar imágenes reales, sin embargo, podría no gustar a algunas de las marcas de lujo que venden a Rent the Runway. “Las marcas de lujo, en mi opinión, no quieren ser accesibles; se trata de un sueño, de una aspiración”, explica Marc Beckman, fundador de Designers’ Management Agency-, que ha negociado acuerdos para los diseñadores Oscar de la Renta y Stella McCartney.
Aun así, la moda de alta costura se está volviendo más inclusiva: Ralph Lauren va a mostrar una modelo de tallas grandes en una campaña publicitaria y Lanvin usa personas normales en una serie de anuncios. A pesar de ello, Hyman recuerda, a propósito de las mujeres de Lanvin:
“Las seleccionan, las editan, las retocan; no son reales”.
Casi 300 mujeres con todo tipo de cuerpos han subido fotos suyas a Rent the Runway llevando un vestido dorado sin tirantes de Badgley Mischka que se alquila por 125 dólares.
Entre ellas se encuentra una invitada a un baile de la Marina, otra que posa en una fiesta de la universidad y una tercera que lleva el vestido al Baile Zulú de Nueva Orleans.
“Al vérselo puesto a chicas de verdad, una puede hacerse una mejor idea de cómo va a quedarle el vestido, porque no es una fotografía perfecta ni una modelo perfecta”, indica Laura Sartori, de 24 años, planificadora de mercancías en Bentonville, Arkansas.
En el sito de Rent the Runway, las usuarias pueden hacer preguntas sobre las maniquíes reales: ¿llevaba una faja con eso?, ¿se podrá usar como vestido premamá?
Sin embargo, todo esto podría restar distinción a un artículo de lujo. “No se trata de la chica de al lado, que vive cerca de nosotros y lleva una chaqueta de Gucci, tiene un martini en la mano y está fumando un cigarrillo; se trata de una supermodelo en París, retratada por el mejor fotógrafo posible”, explica Beckman.
Kylie Murray, de 25 años, tuvo sus reservas cuando estaba a punto de alquilar un vestido de lentejuelas de DVF y encontró tantas fotos de otras mujeres con el mismo vestido.
“Había una parte de mí que estaba un poco desilusionada”, dice, “porque si cualquiera podía llevarlo, entonces ¿qué lo hacía tan especial?”.
Aun así, Murray, que trabaja en la comercialización de productos en Nueva York, dice que las fotos de mujeres de talla pequeña con el vestido le resultaron útiles y ahora evita los vestidos de Rent the Runway que no tienen muchas reseñas de fotos.
Pero, cuando compra a través de Internet, se siente desconcertada. Las modelos suelen ser delgadas como palillos y de pecho plano, a diferencia de ella. “Alguien que tiene una copa A no me ayuda, porque está claro que la ropa le va a quedar de una forma un poco distinta”, dice Hines, de 44 años, que es asesora sobre asuntos personales y profesionales en Franklin Park, Nueva Jersey.
Ahora, el portal de comercio electrónico Rent the Runway ofrece una solución: sustituir a las modelos por mujeres normales y permitir que los visitantes busquen mujeres de determinada edad, altura, peso e incluso talla de pecho para ver cómo le queda ese vestido a alguien similar.
El nuevo enfoque de Rent the Runway es el último ejemplo de minoristas que rechazan la idea de que las mujeres quieren fantasía cuando compran. En lugar de eso, ofrece realidad y se adapta a unas clientas hartas de los retoques con Photoshop, los aerógrafos y el quebradero de cabeza que supone devolver diversas tallas de ropa.
La empresa de nueva creación Me-Ality instala escáneres en los centros comerciales para buscar una correspondencia entre los cuerpos de las mujeres y las marcas de las tiendas. Clothes Horse vende a los minoristas un algoritmo y un cuestionario para que puedan asesorar a los clientes sobre la talla que encajará con la ropa de la tienda.
Rent the Runway, sin embargo, va un paso más allá. Las usuarias del sitio web ya pueden subir fotos suyas llevando la ropa de la tienda (el portal alquila vestidos y accesorios de vestir durante unos cuantos días, a alrededor del 10 % del precio de venta).
Casi 300 mujeres con todo tipo de cuerpos han subido fotos suyas a Rent the Runway llevando un vestido dorado sin tirantes de Badgley Mischka que se alquila por 125 dólares.
Las visitantes pueden realizar búsquedas para encontrar mujeres como ellas, hacer preguntas a otras y optar por ver solo personas corrientes en lugar de modelos.
Rent the Runway ha descubierto que el porcentaje de conversión en el caso de las compradoras que hicieron clic en fotos reales era el doble que el de las que hicieron clic en fotos de modelos.
“Las mujeres son inteligentes: una sabe que, aunque (la modelo) Gisele (Bundchen) sea guapa,no todas tenemos su aspecto”, opina Jennifer Hyman, consejera delegada y cofundadora de Rent the Runway, que tiene la sede en Nueva York y fue creada en 2009.
La tendencia a usar imágenes reales, sin embargo, podría no gustar a algunas de las marcas de lujo que venden a Rent the Runway. “Las marcas de lujo, en mi opinión, no quieren ser accesibles; se trata de un sueño, de una aspiración”, explica Marc Beckman, fundador de Designers’ Management Agency-, que ha negociado acuerdos para los diseñadores Oscar de la Renta y Stella McCartney.
Aun así, la moda de alta costura se está volviendo más inclusiva: Ralph Lauren va a mostrar una modelo de tallas grandes en una campaña publicitaria y Lanvin usa personas normales en una serie de anuncios. A pesar de ello, Hyman recuerda, a propósito de las mujeres de Lanvin:
“Las seleccionan, las editan, las retocan; no son reales”.
Casi 300 mujeres con todo tipo de cuerpos han subido fotos suyas a Rent the Runway llevando un vestido dorado sin tirantes de Badgley Mischka que se alquila por 125 dólares.
Entre ellas se encuentra una invitada a un baile de la Marina, otra que posa en una fiesta de la universidad y una tercera que lleva el vestido al Baile Zulú de Nueva Orleans.
“Al vérselo puesto a chicas de verdad, una puede hacerse una mejor idea de cómo va a quedarle el vestido, porque no es una fotografía perfecta ni una modelo perfecta”, indica Laura Sartori, de 24 años, planificadora de mercancías en Bentonville, Arkansas.
En el sito de Rent the Runway, las usuarias pueden hacer preguntas sobre las maniquíes reales: ¿llevaba una faja con eso?, ¿se podrá usar como vestido premamá?
Sin embargo, todo esto podría restar distinción a un artículo de lujo. “No se trata de la chica de al lado, que vive cerca de nosotros y lleva una chaqueta de Gucci, tiene un martini en la mano y está fumando un cigarrillo; se trata de una supermodelo en París, retratada por el mejor fotógrafo posible”, explica Beckman.
Kylie Murray, de 25 años, tuvo sus reservas cuando estaba a punto de alquilar un vestido de lentejuelas de DVF y encontró tantas fotos de otras mujeres con el mismo vestido.
“Había una parte de mí que estaba un poco desilusionada”, dice, “porque si cualquiera podía llevarlo, entonces ¿qué lo hacía tan especial?”.
Aun así, Murray, que trabaja en la comercialización de productos en Nueva York, dice que las fotos de mujeres de talla pequeña con el vestido le resultaron útiles y ahora evita los vestidos de Rent the Runway que no tienen muchas reseñas de fotos.
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