Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

29 nov 2012

Damas en edad de merecer Por: Anne Cé | 27 de noviembre de 2012

 Del Blog EROS.


Damas en edad de merecer

Por: | 27 de noviembre de 2012
Me encanta ver a señoras con chicos más jóvenes en la calle, así, en plan romántico y a los arrumacos. Es cierto que uno se cruza menos con ese tipo de parejas por aquí que, digamos, en Berlín, por poner el caso de un lugar que he caminado bastante.
Leandro lamas
Por Leandro Lamas.
La escena me encanta, para mí y para las demás. Confesado queda.
Más allá de las distancias geográficas y los prejuicios que intuimos con menor incidencia en algunas ciudades del norte, hoy quiero hablar de esa diferencia de edad y no de cualquier otra. Quiero instalarme justamente allí, en la tibieza de esa distancia abstracta que se mide en cifras de uno o dos dígitos y que atrae a la vez que separa a la mujer mayor de su pareja (o ligue) bastante más joven. Y no me refiero a cualquier mujer mayor, sino precisamente la dama que está en las fronteras de la edad fértil.
Divina postal infinita: una mujer, en cuya esencia está el cuidado del otro, y un hombre y su devoción.
Diane keanu
Diane Keaton y Keanu Reeves en 'Cuando menos te lo esperas', de Nancy Meyers. Tras el rodaje, los rumores de romance.
Me dirán que esto es una frivolidad, que la edad es lo de menos a la hora de compatibilizar caracteres, pieles, afinidades y ternuras. 
Y tendrán razón, pero se me ocurre que podemos abordar un asunto que para las mujeres fue impensable hasta no hace mucho tiempo en nuestra sociedad y que hoy sacan a relucir, con más o menos protagonismo, dos hermosas comedias francesas que están en cartelera en España: En la casa, de François Ozon, sobre libro teatral de Juan Mayorga, y El nombre, otra obra de teatro llevada al cine por La Patellière y Matthieu Delaporte.  
Tráiler de ‘En la casa’ de François Ozon, sobre libro de Juan Mayorga.
Hace poco hablábamos aquí de las MILF, pero esta vez nos proponemos ir un poco más allá de las sensaciones que provoca la imagen de la madurita sexy made in Hollywood (por caso, la infartante Demi Moore) para rozar el territorio del fin de la etapa reproductiva en la mujer (un territorio en el que muy probablemente se mueva Demi en estos días). Y es que se trata de una zona de sombras que suele ser pedregosa, en general, por todo lo que de simbólico tiene la menopausia (y sus alrededores) más que por las molestias físicas del proceso que, al parecer, a veces ni siquiera son perceptibles. 
Las mujeres de la película de François Ozon que turban a un adolescente con ganas de hacer literatura de sus experiencias iniciáticas son, por simples cálculos etarios, damas que se encuentran en fases muy próximas a la de la disminución de estrógenos. Los personajes que encarnan Kristin Scott Thomas, una actriz nacida en el 60, y Emmanuelle Seigner, nacida en el 66, están llenas de vida pero bastante hartas de sus respectivos cónyuges y más aburridas que los que tienen asignado el palco preferente para cada desfile del 12 de octubre. Entonces, un guiño sensible, una mirada especial o un oído atento a sus deseos puede que muy pronto las hagan caer en la tentación.

Tráiler de ‘El nombre’ de Alexandre de La Patellière y Matthieu Delaporte. 
En el caso de la película El nombre, la dama en cuestión es una señora en los sesentaytantos o setenta la que desea y es deseada por un hombre mucho más joven, también la que genera celos e incomprensiones familiares.
 ¿Hay un límite para las diferencias? ¿Quién es el encargado de establecer las fronteras o de hacer el recuento de estrógenos y progesterona?
Hablaba días atrás con mujeres que están transitando los primeros pasos de este natural proceso de cambios hormonales y con otras que los dejaron atrás hace un buen tiempo
. Algunas dicen haber sentido cosas, nada que no fuera pasajero y tolerable; otras, que nunca le hicieron caso al tema y que así como vino (lo que tuviera que venir) se fue.
 Cabe señalar que no encontré a nadie que confesara haber sentido una disminución del apetito sexual (algunas hablan de todo lo contrario, de la liberación que significa el perder el miedo a un embarazo). Y hubo una señora que fue tajante: "esto de situar a la mujer que no sangra en un escalón de menos femineidad viene únicamente de una recalcitrante mirada masculina, ¿me ves acaso menos femenina porque me acerco a los 60?", me desafió.
Son, somos Mujeres sin pausa, tal el título del documental francés que recomienda la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia en su página, una película que Televisión Española estrenó el año pasado y que conviene ver, porque recorre el mundo y las culturas, más rurales o bien urbanas, presentando a mujeres que hablan de eso que a veces no quieren nombrar para no sentirse infecundas o menos vitales. Y es que no tenemos ningún botón de pausa
. Esta es la naturaleza femenina: moriremos mujeres a las que completa el querer en gerundio, el afecto que damos y no solo el que nos pueden dar, a ratos, o por temporadas.
De ahí la belleza de la imagen del principio, la del amor fecundo en sí mismo que se adivina en las damas que ya han tenido hijos o que ya no los tendrán... deseo despojado de deberes y mandatos de otros, de obligaciones y de terceros.
 Deseo y protección.

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