Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 nov 2012

Aznar I El Sabio

Hay un dicho Canario "Ya el conejo me riscó la perra", riscarse viene a ser como tirarse por un precipicio, y que es una acción mala.
Pues Aznar, al que cada vez soporto menos ver "Su careto", y que viene y va de la sede de su Partido como Pedro por su casa, y nos dice, no sé si para decir que todo podía ser peor o vayan ustedes que quiere decir, desde su acento Tejano y que no mueve el labio de arriba se le entiende todo, es decir, nada.
ël no ha hecho nada, salvo lucrarse y lucrar a sus amigos y a su yerno, casar a su hija en el Escorial como si fuera una princesa para sentirse él un Rey.
Hombre mal encarado y acomplejado por ser tan feo, tan inutil, tan ignorante, tan, tan, tan, y como tal montar una guerra. Así como jugando con los play movils, que debe ser lo más cercano que ha tenido a mano.
Reconozco que me tiene harta y que cada vez le odio más, bueno odiarle, no sé pero me produce repugnancia. Y va este "señor" y nos suelta que antes que a Rajoy quería nombrar a RATO, a Rato, ha dicho, no sé si para decir podían darme las gracias que Rato no fuera Presidente, y que lo sea un mandaado, Rajoy.
Total de cabeza al pozo donde no olvidemos nos metió ese "señorín" llamado Aznar I el Sabio.
EFE
El 15 de noviembre de 2002, José María Aznar subió a un Boeing 707 de la Fuerza Aérea junto a su esposa, Ana Botella, y un grupo de colaboradores de confianza para participar en la XII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebraba en Republica Dominicana.
En otro avión viajaban los Reyes y la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio.
 Durante la travesía, el Boeing sufrió una avería, una pérdida de líquido hidráulico que podía paralizar el tren de aterrizaje.
 Entonces el exjefe del Ejecutivo llamó a Don Juan Carlos para comunicarle dos cosas: “Primero, que nos adelantaran porque teníamos un problema mecánico potencialmente grave.
 Y, segundo, que si nos ocurría algo, en la cartera que llevaba conmigo en el avión había un cuaderno azul en el que estaba apuntado el nombre de la persona que en mi opinión debía hacerse cargo de la situación.
No le dije nada más.
Es tonto, tonto de remate, se estrella un avión y antes que nada hay que buscar un Cuaderno Azul, no una agenda ni una tableta digital, un cuaderno, seguramente de cuadritos que haga juego con su cerebro cuadrado.
 Como si fuese fácil encontrar los restos de un cuaderno azul en un avión siniestrado...”.
Aznar asegura que sabría recordar “el momento exacto” en el que ya tuvo claro que su sucesor al frente del PP y como candidato a la Presidencia del Gobierno sería Mariano Rajoy. Sin embargo, ese día de noviembre de 2002 “su nombre ya estaba escrito” en un cuaderno azul.
 Así lo relata el exjefe del Ejecutivo entre 1996 y 2004 en el primer volumen de sus memorias, que la editorial Planeta publicará el próximo día 27, en las que repasa en primera personas algunas de sus decisiones más controvertidas de su carrera política. Lo que sí deja claro es que Rodrigo Rato lo rechazó dos veces.
Sin referencias a los atentados del 11-M o a la intervención española en Irak, los extractos adelantados hoy por Planeta recogen la versión de Aznar sobre los pactos de estabilidad, la entrada en el euro y la política antiterrorista en la segunda mitad de los noventa. Incluida “la única reunión” entre representantes del Gobierno y la dirección de ETA mantenida en Suiza el 19 de mayo de 1999.
“La fecha”, cuenta Aznar, “se fijó por mediación de monseñor Juan María Uriarte, que entonces era obispo de Zamora y luego lo fue de San Sebastián. Hubo un intercambio previo de comunicaciones para acordar el formato del encuentro”.
 “Para nosotros”, agrega, ¡la finalidad de la reunión estaba muy clara. Se trataba de comprobar si la tregua era o no un cese definitivo de la violencia”. “Para eso la autoricé y para nada más”, afirma antes de asegurar que “el encuentro no formó parte de ninguna negociación ni en él se negoció nada”.
 A su regreso, Javier Zarzalejos, Ricardo Martí Fluxá, entonces secretario de Estado de Seguridad, y Pedro Arriola informaron a Aznar del encuentro, que “había constatado la diferencia insalvable entre las posiciones del Gobierno y de ETA”
. “Aunque se dejó abierta la posibilidad de un segundo encuentro, ETA desistió al comprobar que no podía obtener ninguna de sus pretensiones”, que incluían cambios en la política penitenciaria que ahora, con formas y significados distintos, siguen sobre la mesa un año después del anuncio de cese definitivo de la violencia de la banda.
Quien es hoy responsable último de estas decisiones, Mariano Rajoy, era entonces ministro de Educación, y no fue hasta el 23 de agosto de 2003 que Aznar le comunicó su decisión.
 “A última hora pedí a Mariano Rajoy que viniera a verme a mi despacho”, relata Aznar. Rajoy dijo: ¡Presidente, prefiero que no me digas lo que intuyo que me vas a decir. Pero quiero que sepas que siempre te estaré agradecido. Nunca olvidaré que me has hecho cinco veces ministro y, además, vicepresidente del Gobierno. Con esto, todas mis aspiraciones políticas están más que colmadas”.  Parece un cuento de esclavos y amos, la respuesta-pregunta de Rajoy y Respuesta de Aznar, tomo nota.“Gracias”, le contestó el exjefe del Ejecutivo, “pero te lo voy a decir.
Creo que tú eres la persona adecuada”
. A lo que añadió: Esta conversación es solo entre nosotros, porque la convocatoria con los demás, incluido tú mismo, será mañana”. Entonces Rajoy preguntó: “¿Ni siquiera a mi padre?”. “Ni siquiera a tu padre”, zanjó Aznar.
El expresidente explica cuáles fueron sus criterios para tomar esa decisión: garantizar una continuidad básica de las políticas desarrolladas por el PP, preservar la jerarquía interna del partido, “sin rupturas generacionales innecesarias”, y también que esa persona no “pudiese ser vista por nadie como una prolongación personal” de su antecesor.
 Años antes, asegura Aznar, le propuso lo mismo a Rodrigo Rato, con el que tras el nombramiento de Rajoy se enfriaron las relaciones, y este planteó objeciones “por motivos personales”. “No volvimos a hablar del asunto hasta el verano de 2003, unos días antes de marcharnos de vacaciones”, añade el exjefe del Ejecutivo.
“Entonces fue Rodrigo quien puso el tema sobre la mesa. Me anunció que había cambiado de opinión y que ahora”, tras la decisión de Aznar de renunciar a revalidar un tercer mandato, “sí quería ser el candidato del PP a las elecciones generales previstas para el mes de marzo siguiente”. Le contestó: “Tú me has dicho dos veces que no”, a lo que él respondió: “Pero ahora te digo que sí”. Aznar no replicó. “Sólo tomé nota”.
Más o menos como San Pedro, que negó tres  veces Rato dos antes de hundir la fragata Bankia.

2 comentarios:

Utopazzo dijo...

Este personaje, es sencillamente detestable. No soporto su figura; aunque si tiramos de historia, en esta España que padecemos, es así por la misma idiosincrasia del españolito en general: así ha sido siempre, y así será... si no lo remediamos, que me da que no...

Besos, Carla.

CARLA BRUNI dijo...

Gracias Utopazzo por tu comentario y disculpa la tardanza en ponerlo, algo en la moderación no me salía bién. Un Abrazo