Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

5 oct 2012

Luis Gómez Llorente, intelectual y maestro socialista


Luis Gómez LLorente. / ULY MARTÍN
Centenares de estudiantes que durante la década de 1960-1970 cursaron en Madrid estudios de Preuniversitario en la Academia Dobao-Díaz Guerra, de la calle de Hermosilla y en el Instituto La Paloma, así como en la Universidad Laboral de Alcalá de Henares, recuerdan a un profesor muy especial, que solía vestir de oscuro con chaleco, fumaba en pipa y se caracterizaba por incitar a pensar, razonar y discutir a sus alumnos, por los que mostró siempre una respetuosa deferencia poco común en otras aulas de aquella época: era Luis Gómez Llorente, profesor de Filosofía, de aspecto machadiano y sonrisa atenta, cuya mirada transparente y dialéctica sobre la Historia del Pensamiento, desde los clásicos greco-romanos hasta el fabianismo, contribuyó a formar en valores y a dotar de perspectiva crítica a una notable cuota de la generación que protagonizaría la Transición de la dictadura de Franco a la democracia constitucional de 1978.

Vocación enseñante

Esta vocación enseñante le acompañaría toda su vida y encarnaría en él mediante aquella técnica formativa socrática consistente en inquirir al educando y educanda con preguntas y celadas lógicas que les fueran pertrechando argumentalmente, haciéndole así manifestarse y recrecer hasta dotarse de la desenvoltura intelectual necesaria para autoconstruirse como personas, como ciudadano o ciudadana.
Nacido en Segovia en 1939, Gómez Llorente procedía de las Juventudes Socialistas; estudió Derecho y Filosofía en la Universidad Complutense, donde se adscribiría a la Asociación Socialista Universitaria, ASU, junto con Ángel Fernández Santos, Miguel Boyer y otros jóvenes con inquietudes políticas.
 Pronto alcanzaría un papel dirigente en el Partido Socialista Obrero Español, de cuya Comisión Ejecutiva formaría parte, y de la Unión General de Trabajadores, más precisamente de la Federación de Enseñanza, sindicato con el cual mantuvo estrechos vínculos hasta su muerte.
 Se le considera uno de los principales artífices del artículo 27 de la Constitución, relativo a la Educación, universo al que consagraría la mayor parte de su actividad intelectual y formativa.

Estudioso del socialismo y el marxismo

Profundamente interesado en la historia del socialismo, adoptó la metodología materialista-histórica y estudió de manera exhaustiva la vida y la obra de pensadoras marxistas como Rosa Luxemburgo y, posteriormente, Marta Harnecker, así como las biografías y trayectorias de dirigentes socialistas españoles como Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro y Pablo Iglesias, por el que mostró desde entonces una actitud de incesante emulación.
 Así lo subrayan sus compañeros de partido y sindicato Antonio Chazarra y Manuel de la Rocha, que destacan “la integridad moral de Gómez Llorente como rasgo fundamental de su personalidad política”.
Para De la Rocha, dirigente de la corriente Izquierda Socialista, “poseía una extraordinaria coherencia moral, que se traducía en pautas de austeridad, solidaridad y autenticidad vinculadas al socialismo clásico predicado por Pablo Iglesias”.
También Antonio Chazarra, ex diputado de la Asamblea de Madrid y amigo del intelectual fallecido, resalta “la firmeza de las convicciones que singularizaron a Luis Gómez Llorente por su defensa del laicismo, entendido como forma suprema de la ética que preconiza la neutralidad estatal ante todas las creencias, desde la racionalidad, el diálogo, la actitud respetuosa y benevolente hacia las concepciones religiosas de los demás”.

Última presencia pública

Como parlamentario, Gómez Llorente fue diputado por Asturias y Vicepresidente del Congreso de los Diputados. Sus relaciones con Felipe González, que encarnaba concepciones político-ideológicas diferentes a las suyas, fueron correctas pero nunca estrechas.
 En 1982, Gómez Llorente decidió abandonar la actividad política desde la primera línea visible del Partido Socialista Obrero Español y se dedicó al estudio y desarrollo de la formación político-sindical de los jóvenes cuadros en la Unión General de Trabajadores.
Asiduo a las manifestaciones reivindicativas, su última presencia pública, recuerdan sus amigos, ha sido el pasado 15 de septiembre, en la convocatoria multitudinaria contra los recortes, jornada en la que, pese a su avanzada enfermedad, esgrimió una bandera de UGT, su sindicato.
 Luis Gómez Lorente estaba casado con Teresa Gil, profesora de la Escuela Oficial de Idiomas y ambos tienen una hija, la abogada laboralista Patricia Gómez Gil.
La capilla ardiente del intelectual y político socialista está instalada en el tanatorio de La Paz, en la carretera de Colmenar, donde esta tarde del viernes, a las ocho, se celebra un acto en memoria del fallecido, que será incinerado el sábado, a primera hora de la mañana, en un acto familiar íntimo.

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