Aquí, son pequeñitas ayudas pero en los Mercados Municipales se ofrece unos puestos a los parados o a gente que ya no tenga opción al paro.
Es una manera de ir dando poco a poco soluciones.
"Era un tipo callado, de barrio, normal. Siempre hacía bromas",
apunta Gregorio, un vecino del hombre que permanece hospitalizado tras
tirarse desde el balcón de su piso en Burjassot (Valencia).
Este varón de 53 años estaba en paro desde hace alrededor de cuatro años, según cuenta el mismo vecino, y con una orden de desahucio para este jueves a las diez y media de la mañana.
Momentos antes de que llegase la procuradora, Manuel G. -según informa la prensa local- besó a uno de sus hijos y se lanzó al vacío.
Ahora mismo se encuentra hospitalizado en La Fe fuera de peligro, según la policía.
Al no haber datos oficiales del hospital por intento de suicidio, fuentes policiales afirmaron que cayó de pie y quedó semiinconsciente.
"Creo que salvo la cabeza y los brazos está destrozado", suspira José, uno de los dueños de la frutería de debajo de la casa. "Yo oí un ruido y pensé que era un aire acondicionado que se había caído", añade una de las dependientas, "pero me quedé muerta".
En esta frutería, un día después del suceso aún se habla del tema.
"Mi marido es el que vio todo", anuncia una cliente, "para una vez que viene él a comprar y le toca el marrón". Según las explicaciones de sus vecinos, Manuel "era jovial". Tiene un hijo y una hija de 19 y 23 años y su mujer llevaba tiempo con depresión.
"Esto era lo que le faltaba", comentan en el barrio Nucli Antic del municipio.
Su mujer, según cuentan, se encontraba medicada en la cama cuando Manuel se tiró. La hija no estaba.
"Yo solo vi a su hijo, que estaba pálido", relata María José.
"Y las caras que hacían los bomberos y la policía: de indignación". "Porque la gente está caliente con esto de los desahucios", prosigue, "no se entiende cómo pueden quitar el piso y el dinero
. La banca es la que manda en este país". "Y además no perdona", introduce Gregorio.
"Era muy jovial", describe Marisa, una administrativa de Net, la empresa de limpieza donde Manuel fue operario.
"Yo hace mucho que no lo veo, porque él dejó de trabajar antes del ERE", explica refiriéndose al ajuste que hubo en este negocio de unas 25 personas.
"La culpa de todo la tienen los bancos", arremete de nuevo.
Este drama ha supuesto una profunda conmoción en el barrio. En la calle del domicilio, Maestro Fernando Martín, casi todos los vecinos que pasan se arremolinan en corros para hablar sobre ello.
Nadie se lo esperaba. Aunque sabían que estaba en paro no imaginaban una situación económica tan trágico.
La familia no había contactado con ninguna de las plataformas de afectados por desahucios para pedir asesoramiento.Es lo 1º que se debe hacer.
La noticia se suma a encuentro de ayer en Granada. Allí fue hallado el cadáver de un hombre de 53 años en un patio interior de un inmueble de la ciudad una hora antes de que fuera desahuciado de su vivienda, por la que había formalizado una hipoteca en 2007 de 240.000 euros.
Una vida no vale una muerte.
Este varón de 53 años estaba en paro desde hace alrededor de cuatro años, según cuenta el mismo vecino, y con una orden de desahucio para este jueves a las diez y media de la mañana.
Momentos antes de que llegase la procuradora, Manuel G. -según informa la prensa local- besó a uno de sus hijos y se lanzó al vacío.
Ahora mismo se encuentra hospitalizado en La Fe fuera de peligro, según la policía.
Al no haber datos oficiales del hospital por intento de suicidio, fuentes policiales afirmaron que cayó de pie y quedó semiinconsciente.
"Creo que salvo la cabeza y los brazos está destrozado", suspira José, uno de los dueños de la frutería de debajo de la casa. "Yo oí un ruido y pensé que era un aire acondicionado que se había caído", añade una de las dependientas, "pero me quedé muerta".
En esta frutería, un día después del suceso aún se habla del tema.
"Mi marido es el que vio todo", anuncia una cliente, "para una vez que viene él a comprar y le toca el marrón". Según las explicaciones de sus vecinos, Manuel "era jovial". Tiene un hijo y una hija de 19 y 23 años y su mujer llevaba tiempo con depresión.
"Esto era lo que le faltaba", comentan en el barrio Nucli Antic del municipio.
Su mujer, según cuentan, se encontraba medicada en la cama cuando Manuel se tiró. La hija no estaba.
"Yo solo vi a su hijo, que estaba pálido", relata María José.
"Y las caras que hacían los bomberos y la policía: de indignación". "Porque la gente está caliente con esto de los desahucios", prosigue, "no se entiende cómo pueden quitar el piso y el dinero
. La banca es la que manda en este país". "Y además no perdona", introduce Gregorio.
"Era muy jovial", describe Marisa, una administrativa de Net, la empresa de limpieza donde Manuel fue operario.
"Yo hace mucho que no lo veo, porque él dejó de trabajar antes del ERE", explica refiriéndose al ajuste que hubo en este negocio de unas 25 personas.
"La culpa de todo la tienen los bancos", arremete de nuevo.
Este drama ha supuesto una profunda conmoción en el barrio. En la calle del domicilio, Maestro Fernando Martín, casi todos los vecinos que pasan se arremolinan en corros para hablar sobre ello.
Nadie se lo esperaba. Aunque sabían que estaba en paro no imaginaban una situación económica tan trágico.
La familia no había contactado con ninguna de las plataformas de afectados por desahucios para pedir asesoramiento.Es lo 1º que se debe hacer.
La noticia se suma a encuentro de ayer en Granada. Allí fue hallado el cadáver de un hombre de 53 años en un patio interior de un inmueble de la ciudad una hora antes de que fuera desahuciado de su vivienda, por la que había formalizado una hipoteca en 2007 de 240.000 euros.
Una vida no vale una muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario