La baronesa Thyssen visita a su hijo, que acaba de ser padre por tercera vez y cuenta a EL PAÍS cómo fue la visita
- La baronesa Thyssen se convierte en abuela por tercera vez
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Han pasado casi tres años desde que Carmen Cervera y su hijo Borja
hablaron por última vez. Después de incontables descalificaciones
mutuas, denuncias en los tribunales y varios juicios, madre e hijo se
reencontraron el miércoles por la noche en un despacho de la madileña
clínica Rúber. El pretexto era el nacimiento del tercer hijo de Borja, Enzo.
La baronesa Thyssen se encontraba en Madrid rematando los últimos
actos del veinte aniversario del museo Thyssen y alguien le contó que
acababa de ser abuela por tercera vez. Decidió sobre la marcha que el
chófer la llevara al hospital en el que su nuera, Blanca Cuesta, estaba
ingresada. Precedida de un ramo de flores de felicitación enviada a la pareja, Carmen Thyssen
llegó poco antes de las nueve de la noche y salió pasadas las diez. No
vio ni a su nuera ni al bebé aunque por fin pudo hablar a solas con
Borja.
¿De qué hablaron tanto tiempo?. “De los temas que tenemos pendientes entre nosotros.
Estuvo todo muy bien. Yo estoy muy contenta del encuentro
. Creo que él
también”. Carmen declina comentar si su hijo estuvo o no cariñoso con
ella después de tanto tiempo sin verse.
El mismo silencio prefiere
guardar sobre el hecho de no entrar a la habitación para conocer en
persona al nuevo nieto y saludar a su nuera.
En los últimos meses, Borja Thyssen ha recibido dos duros reveses en
la guerra que mantiene frente a su madre.
Por un lado, los tribunales
desestimaron su reclamación sobre la propiedad de dos cuadros (Una mujer
y dos niños junto a una fuente, de Goya, y El bautismo de Cristo,
atribuido a Giaquinto) y por otro, él y su esposa han sido imputados
por un presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos en la
Audiencia Provincial de Madrid. "Con esos asuntos seguirán nuestros
respectivos abogados", precisa la baronesa.
"Yo lo que quería era ver a
mi hijo y estoy contenta".
Espera ver en otra ocasión al bebé y a sus dos hermanos mayores
(Sacha y Eric, de cuatro y dos años respectivamente) y reconoce que no
le llevó ningún regalo a la clínica. "No me dio tiempo. He estado muy
ocupada con la exposición de Gauguin y el aniversario del museo
. Tampoco
estaba previsto que pudiera venir al hospital. Ya habrá tiempo". Carmen
no sabe que comentará su hijo del encuentro. Pero ella confiesa
sentirse muy contenta.
“Hemos podido hablar entre nosotros de todos los
problemas que nos separa. Estuvo bien. Espero que todo siga su curso”.
¿Hay fecha para un nuevo encuentro”.
“Eso espero”, concluye Cervera.
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