10 destinos para hacer el amor
Adivinanza: ¿Qué se puede hacer en las islas Maldivas aparte de leer, bucear o pasear descalzos? Una pista: en Maldivas solo se pueden hacer cuatro cosas.
Hay lugares especialmente propicios para el intercambio de confidencias, caricias, besos y fluidos. Marcos incomparables, incluso alguna playa de ensueño con aguas cristalinas donde podéis dejar sueltas (o bien sujetas, si acabáis de leer 50 sombras de Grey) las bridas de vuestra pasión (juntar tres latiguillos y una frase cursi en el mismo párrafo no es tan fácil).
1.- Maldivas
"Poner el pie en una isla es como atravesar una pasarela de embarque: te posee la misma sensación de mágica suspensión, parece que nada malo ni vulgar pueda ocurrirte" escribió Truman Capote. Algo que se cumple a rajatabla en Maldivas, donde un centenar de diminutas islas-hotel, desde spas de lujo hasta aquellas que sólo cuentan con modestos bungalós, prometen tranquilidad y maravillosos fondos marinos.
Piscina infinita del hotel Velassaru, en Maldivas.
2.- Laponia (Finlandia)
Entre los japoneses corre la leyenda de que achucharse a la luz de las auroras boreales trae buena suerte, y que los hijos frutos del achuchón boreal se salen del percentil. Por eso, muchas parejas niponas eligen países como Canadá, Noruega o Finlandia para celebrar en invierno su luna de miel. En el norte de Finlandia, el hotel Kakslauttanen propone dormir en iglús acristalados, para ver las auroras boreales (o hacer lo que tengáis que hacer, si sois japoneses) tumbados y calentitos.
El hotel Kakslauttanen de Finlandia, propone dormir en iglús acristalados, para ver las auroras boreales tumbados y calentitos.
3.- Portofino (Italia)
La joya de la costa de Liguria a media hora de Génova (Italia), esconde refugios exquisitos y discretos donde recalaron Byron, Truman Capote, Kandinski o Ava Gardner. Os han puesto el listón muy alto.
Bahía de Portofino, en la costa de Liguria (Italia). / Santi Burgos
4.- Jaipur (India)
“Sé que volverás para llevarme al Palacio de los Vientos", le dice Kristin Scott Thomas a Ralph Fiennes en una emocionante escena (ella muere) de la película El paciente inglés. En Jaipur (India), y no lejos del Hawa Mahal, el Palacio de los Vientos, donde las cortesanas disfrutaban de la brisa en las calurosas tardes de verano, se alza el Samode Haveli, una de las fabulosas residencias de los príncipes del Rajastán, hoy hotel de lujo. Un caprichito.
Una de las suites del hotel Samode Haveli en Jaipur (India).
5.- Jericoacoara (Brasil)
The Washington Post incluyó Jericoacoara (al noreste de Brasil, a unos 400 kilómetros de Fortaleza, en el Estado de Ceará) en su lista de las 10 playas más bonitas del mundo. Arena, sol, viento y puestas de sol sobre las dunas, en una meca de mochileros y surfistas.
Dunas del parque natural de Jericoacoara, al noreste de Brasil.
6.- Torres del Paine (Patagonia chilena)
La frase “Contigo, hasta el fin del mundo” se acuñó para este remoto lugar de la Patagonia chilena donde es posible vivir las cuatro estaciones del año en un solo día. Las ventanas panorámicas del hotel Explora Salto Chico se abren a un paisaje de glaciares, témpanos, cascadas y picachos de granito negro que invitan a acurrucarse bajo el edredón.
El hotel Explora Salto Chico, integrado en el paisaje de lagos y glaciares del parque nacional Torres del Paine.
7.- Isla de Espíritu Santo, Baja california Sur (México)
Las islas del Mar de Cortés esconden bahías como Ensenada Grande, en el archipiélago de Espíritu Santo (Baja California Sur, México). Allí no hay cocoteros ni hoteles, solo una media luna de arena formada por conchas de madreperlas, entre el desierto espinoso y un mar de color esmeralda. Se trata de un espacio protegido, aunque se puede visitar con guías autorizados como los Fun Baja, que organizan pequeños campamentos ecológicos. Para mirar las estrellas (Baja California es uno de los mejores lugares para ver el firmamento) antes de ponerse tiernos y pasar a mayores.
Ensenada Grande, una de las calas de la isla Espíritu Santo, en Baja California Sur (México). / Isidoro Merino
8.- Habitación 007 del Goldeneye Resort (Jamaica)
En la Room 007, una de las tres habitaciones de Goldeneye, la villa del escritor y ex espía británico Ian Fleming en la costa del norte de Jamaica (convertida en hotel e integrada en un resort de lujo), se conserva el sobrio escritorio de madera donde Fleming escribió todas sus novelas sobre James Bond. Os recomiendo la cama, es más cómoda.
La habitación 007 de la villa de Ian Fleming en el norte de Jamaica, Goldeneye,
9.- Ubud (Bali, Indonesia)
Muchos turistas pasan de puntillas por esta isla de algo más de 5.500 kilómetros cuadrados y tres millones de habitantes --la mayoría, de religión hinduista-- sin apenas ver más allá de playas masificadas como Kuta Beach y Nusa Dua. En el interior, en un paisaje de volcanes, templos, bosques tropicales y terrazas de arrozales, se encuentra Ubud. Desde que, en 1927, el pintor alemán Walter Spies descubriera el universo creativo de Bali --un talento para convertir en arte las tareas y objetos más insignificantes, como las cometas que construyen y vuelan los niños, o los banderines y ofrendas con que se adornan los templos--, Ubud ha vivido una eclosión de museos y galerías, que hoy se cuentan por docenas, y de hoteles que ofrecen masajes ayurvédicos y yoga, como el Alila Ubud. El sexo tántrico lo ponéis vosotros.
Piscina infinita del hotel Alila Ubud, en la isla indonesia de Bali.
10.- Singita Grumeti Reserves (Tanzania)
Alfombras persas, cortinas de seda y antiguos muebles de viaje adornan una tienda de campaña con más metros cuadrados que tu piso y el mío juntos. Podéis hacer un trío, en plan Mogambo.
Uno de los campamentos de Singita Grumeti Reserves en el parque nacional de Serengueti, en Tanzania.
PD._ Ya lo cantaron Los Inhumanos, para hacer el amor no hace falta ir hasta Waikiki, basta con un Simca 1000. Pero soñar no cuesta.
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