De la fachada del Palacio milanés que alberga la sede de Emilio Pucci
salen cuatro enormes tentáculos negros. Son los cables que conectan al
palacio con los enormes camiones con grupos electrógenos que aparcan en
la acera sin ningún complejo. La prueba de hasta qué punto la moda es el
motor de esta ciudad. En la semana de la moda, todo se consiente.
En el interior, los salones barrocos albergan la presentación de la
colección que Peter Dundas diseña para la tradicional casa florentina.
Con un obvio paseo por Indochina y Vietnam, que revisa desde el kimono
al
quipao, la chaqueta corta, el chaleco con túnica, el cuello
Mao, los cierres de cintas, las flores bordadas al estilo mantón de
Manila y los dragones y los tigres dibujados con hilos metalizados,
Dundas puso sobre la pasarela una mujer elegante y sensual a la que, sin
embargo, faltó ese punto de electricidad roquera que el noruego
administra con mano de maestro.
Luz como aire, en palabras del
diseñador, era lo que emanaban las modelos en las primeras salidas,
dedicadas por completo al color blanco.
Con un sugerente juego de
superposiciones y transparencias, los bordados al tono o las
aplicaciones de cristal parecían tatuajes sobre el cuerpo, por el efecto
crisálida de una capa de gasa de seda superpuesta. Después llegó el
color, y con él las obviedades como los dragones chinos bordados en oro y
rojo sobre loneta caqui o los kimonos de seda acolchados.
Con la tendencia fuertemente escorada hacia la decoración y el lujo,
Marni optó por lo contrario. Consuelo Castiglioni ha trabajado una
colección sobria en los acabados pero intensa en la búsqueda de una
silueta nueva y diferente, basada en volúmenes que se despegan del
cuerpo con grandes fuelles, pliegues y
godets que se disparan
en todas direcciones.
Unas veces es la cadera la que flota y revolotea;
otras la espalda, como un moderno polisón, y en muchas siluetas el
volumen se abre en varios planos, dando una sensación tridimensional a
la que contribuye el cuerpo de los tejidos como la gabardina o la
organza tecnificada.
Por una vez, las joyas estuvieron ausentes de la
pasarela y los estampados fueron relegados a su mínima expresión
–cuadros y enormes e interesantes flores- para dar valor a una paleta de
tonos neutros y sobrios.
Sobre la pasarela del teatro Metropol, enormes tinajas con chumberas sitúan en Taormina la colección del dúo Dolce&Gabbana.
Mare Sole Amore
es el lema que da nombre a un desfile que saca de paseo a una mujer
joven que disfruta de Sicilia mientras luce la artesanía tradicional de
la zona. Con una puesta al día llena de frescura, moderna y alegre, los
sicilianos crean maravillosas piezas de cestería que convierten en
corsés o miriñaques los arabescos de la cestería tradicional; estampan
la organza con las figuras de sus famosos teatrillos ambulantes, o tejen
en rafia femeninos trajes sastre de ganchillo.
La línea en forma de A, con volúmenes que se alejan de la silueta,
convive con túnicas y minivestidos rectos que beben de los sesenta -como
la banda sonora, la canción
Meraviglioso, de Domenico Modugno-
y revisa los cincuenta cuando flotan sobre la pasarela los vestidos de
organza estampada de cintura marcada y generosa falda, con grandes
mangas balón. Rafia, saco, paja, brocado, lino y algodón completan los
materiales con los que se construyen no solo prendas, sino atractivos y
divertidos accesorios como cestos, sandalias planas, alpargatas, o
zapatos con plataformas tan decoradas como un bodegón de frutas frescas.
Giorgio Armani presentó anoche su colección junto a una muestra de
sus creaciones más excéntricas. Por supuesto, entre ellas ocupan un
lugar destacado las que ha ideado para Lady Gaga. Un derroche de
fantasía que contrasta con la refinada elegancia que caracteriza al
veterano modisto, cuya máxima es "la elegancia no es ser llamativo, sino
ser recordado".
Ángela Missoni describe sus propuesta como "un haz de luz
refractario, una ilusión óptica, un rayo fluorescente de luz", y entrega
una colección que se sostiene en las superposiciones. Con estructuras
orientales que dan una silueta en geometría, las prendas interiores
dejan pasar el color al exterior gracias a modernas filigranas de encaje
y troquelados. La colección es, efectivamente, luminosa.
Si las
propuestas de los grandes diseñadores italianos se venden bien, la
próxima primavera será un resplandor.
http://youtu.be/8NyzWl8gwRs
No hay comentarios:
Publicar un comentario