TIEMPOS CONVULSOS
Hoy lleva sangre tempranera el río,
es sangre que ya está crucificada,
sangre de muerte lenta en los rincones,
sangre de corazones desbrozados.
Y no habrá otra elección que el alba o pena,
pena como corrientes que se arriman,
alba como el final de una batalla
a calle limpia, a pecho descubierto.
Ya no habrá otra elección sino los bueyes
cercenados por yugos, o la vida
vistiendo dignamente una mirada,
de frente a frente, sin temor, sin llanto.
Hoy lleva sangre tempranera el río,
o el pájaro se escapa de la jaula
y con las alas rotas va y se eleva,
o morirá sin pico entre el alpiste.
No sobra corazón para pañuelos,
ni muro para hincarse avergonzados,
el aire tiene esencia innegociable:
o lo respiras o te quedas mudo.
Hoy lleva sangre tempranera el río,
es sangre que ya está crucificada,
sangre de muerte lenta en los rincones,
sangre de corazones desbrozados.
Y no habrá otra elección que el alba o pena,
pena como corrientes que se arriman,
alba como el final de una batalla
a calle limpia, a pecho descubierto.
Ya no habrá otra elección sino los bueyes
cercenados por yugos, o la vida
vistiendo dignamente una mirada,
de frente a frente, sin temor, sin llanto.
Hoy lleva sangre tempranera el río,
o el pájaro se escapa de la jaula
y con las alas rotas va y se eleva,
o morirá sin pico entre el alpiste.
No sobra corazón para pañuelos,
ni muro para hincarse avergonzados,
el aire tiene esencia innegociable:
o lo respiras o te quedas mudo.
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