Las nubes pasan. Muchas veces se quedan, o debido al calor pierden color y volumen. Otras avanzan sin dejar una huella.
Las Encendidas, sí saben acoger de pronto un relámpago bermejo, un destello de oro, un olor de jardines a lo lejos, sonido de olas que tocan el horizonte, y todo contentas se sumergen en los mares del cielo, ahora lila, ahora a punto para recibir la noche.
A veces, las nubes a lo lejos se encienden, y se apagan.
Unamuno lo decía de esta otra manera:
Tiemblo de terminar estos renglones
que no parezcan
extraño testamento,
más bien presentimiento misterioso
del allende sombrío,
dictados por el ansia
de vida eterna.
Los terminé y aún vivo.
Unamuno lo decía de esta otra manera:
Tiemblo de terminar estos renglones
que no parezcan
extraño testamento,
más bien presentimiento misterioso
del allende sombrío,
dictados por el ansia
de vida eterna.
Los terminé y aún vivo.
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