Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 jul 2012

Esther Tusquets. Gregorio Peces-Barba. Muerte de las bibliotecas

Decía Leopold Sedar-Senghor, el escritor africano, que cuando moría un viejo se quemaba una biblioteca. Dos bibliotecas hemos perdido ahora, Esther Tusquets, Gregorio Peces-Barba. He escrito un largo post sobre ambos, y la blogosfera se lo tragó. Resumo lo que quise decir:
Esther: moderna, capaz de convencer a la historia de que el libro está vivo, supo decir No cuando el monstruo editorial quiso que fuera parte de su cola, y prefirió ser ratón de su propia biblioteca.
 Forma parte de una generación de grandes editores, la generación del glamour, Barral, Castellet, Herralde, Beatriz de Moura, Mario La Cruz... Ingenua y reservada, era también, está en sus memorias, audaz hasta el martillazo.
Gregorio: ingenuo también, se despojo de su vestido institucional y en los últimos años de su vida fue un saludable verso suelto de su partido, el socialista, y un azote de la componenda nacional, a través de sus artículos y de sus entrevistas.
 Se declaró a sí mismo ingenuo, pero sus latigazos eran los de un atrevido ciudadano que no quería comprometerse con la nada cotidiana. Sus últimos meses fueron los de un hijo devoto que quería restaurar la memoria que su madre y él tuvieron de la lucha del padre, un eminente abogado, por salir de la cárcel de Franco.
 Puso al Rey en su sitio, con las palabras adecuadas a su manera de ser, y hoy, cuando muere, deja atrás un legado emocionante de servicio civil a su país.
Dos bibliotecas más que nos faltan.
Y cierro y publico, por si la blogosfera reclama mi texto para su propia deglución otra vez.

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