Frozen planet es más que un documental de animales. En un genero tan trillado y que ha puesto banda sonora a tantas siestas, la BBC ha creado otra cosa.
La serie (seis capítulos de 50 minutos y dos especiales que hoy comienza a emitir Canal +) descubre los polos, los glaciares, la tundra, la taiga y demás ecosistemas polares de una forma que le habría quitado a Scott las ganas de salir de casa.
El documental muestra grabaciones imposibles.
Como esa en la que un grupo de orcas genera olas en aguas antárticas para voltear un bloque de hielo sobre el que descansa una incauta foca.
O como esa en el Parque Nacional de Wood Buffalo, en Canadá, en la que un búfalo y una loba combaten durante una hora a vida o muerte. Luego sabremos que las orcas incluso intentaron volcar la zodiac en la que les grababan a solo unos metros, y que el cámara que fue testigo de la pelea fue dejado en medio de la nada en helicóptero.
"Tuvimos hasta 50 operadores de cámara trabajando, debajo y sobre el hielo en volcanes", ha afirmado Vanessa Berlowitz, productora de la serie.
La multimillonaria serie se rodó antes de 2011 con helicópteros, barcos, cámaras submarinas y condiciones de trabajo por debajo de los 40 grados. En muchos casos la limitación fue la resistencia al frío de los cámaras.
El secreto del rodaje -al menos parte de él- se desvela en capítulos de 10 minutos sobre la producción de la serie.
Allí, cuentan que un equipo de la BBC pasó cuatro meses en Cabo Corzier (en la Antártida) rodeado de pingüinos y tormentas de vientos helados.
“Nos dijeron que cuando viéramos viento en aquella colina saliéramos corriendo”, cuenta en la grabación un cámara. “Por supuesto, vamos a seguir grabando. ¿Y sabes por qué? Porque somos la BBC”, prosigue. La siguiente escena, claro, es ese mismo tipo buscando refugio colina arriba en medio de una tormenta antártica.
La narración es de sir David Attenborough, con lo que no puede ser más británica.
La serie incluye un extra, Sobre hielo frágil, sobre el impacto del cambio climático en los polos, aunque cadenas de Estados Unidos prefirieron no emitir para evitar polémicas y críticas del Tea Party.
El programa fue polémico cuando se estrenó en el Reino Unido, en octubre de 2011, por tener trampa. En uno de los momentos más emocionantes, muestra el nacimiento de dos osos polares en primer plano. La narración no lo dice, pero la escena fue rodada en un zoo en Holanda.
Los productores se defendieron alegando que habría sido imposible grabar eso en el Ártico en pleno invierno sin molestar a los osos y que fueron ellos mismos los que lo hicieron público en la web del programa.
Pese al truco, que en un lugar del mundo quede una televisión pública como la BBC, capaz de hacer estos programas, de emitirlos en horario de máxima audiencia y de obtener un 29% del share, da que pensar. Y envidia.
La serie (seis capítulos de 50 minutos y dos especiales que hoy comienza a emitir Canal +) descubre los polos, los glaciares, la tundra, la taiga y demás ecosistemas polares de una forma que le habría quitado a Scott las ganas de salir de casa.
El documental muestra grabaciones imposibles.
Como esa en la que un grupo de orcas genera olas en aguas antárticas para voltear un bloque de hielo sobre el que descansa una incauta foca.
O como esa en el Parque Nacional de Wood Buffalo, en Canadá, en la que un búfalo y una loba combaten durante una hora a vida o muerte. Luego sabremos que las orcas incluso intentaron volcar la zodiac en la que les grababan a solo unos metros, y que el cámara que fue testigo de la pelea fue dejado en medio de la nada en helicóptero.
"Tuvimos hasta 50 operadores de cámara trabajando, debajo y sobre el hielo en volcanes", ha afirmado Vanessa Berlowitz, productora de la serie.
La multimillonaria serie se rodó antes de 2011 con helicópteros, barcos, cámaras submarinas y condiciones de trabajo por debajo de los 40 grados. En muchos casos la limitación fue la resistencia al frío de los cámaras.
El secreto del rodaje -al menos parte de él- se desvela en capítulos de 10 minutos sobre la producción de la serie.
Allí, cuentan que un equipo de la BBC pasó cuatro meses en Cabo Corzier (en la Antártida) rodeado de pingüinos y tormentas de vientos helados.
“Nos dijeron que cuando viéramos viento en aquella colina saliéramos corriendo”, cuenta en la grabación un cámara. “Por supuesto, vamos a seguir grabando. ¿Y sabes por qué? Porque somos la BBC”, prosigue. La siguiente escena, claro, es ese mismo tipo buscando refugio colina arriba en medio de una tormenta antártica.
La narración es de sir David Attenborough, con lo que no puede ser más británica.
La serie incluye un extra, Sobre hielo frágil, sobre el impacto del cambio climático en los polos, aunque cadenas de Estados Unidos prefirieron no emitir para evitar polémicas y críticas del Tea Party.
El programa fue polémico cuando se estrenó en el Reino Unido, en octubre de 2011, por tener trampa. En uno de los momentos más emocionantes, muestra el nacimiento de dos osos polares en primer plano. La narración no lo dice, pero la escena fue rodada en un zoo en Holanda.
Los productores se defendieron alegando que habría sido imposible grabar eso en el Ártico en pleno invierno sin molestar a los osos y que fueron ellos mismos los que lo hicieron público en la web del programa.
Pese al truco, que en un lugar del mundo quede una televisión pública como la BBC, capaz de hacer estos programas, de emitirlos en horario de máxima audiencia y de obtener un 29% del share, da que pensar. Y envidia.
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