Por: Winston Manrique Sabogal06/06/2012
"Es una buena sorpresa saber que por fin se traduce en España Mentira y sortilegio, de Elsa Morante. Tengo ganas de leerla por fin.
Sé que los lectores que en su día leyeron el manuscrito para la editorial que lo publicó en 1948, Einaudi, fueron Natalia Ginzburg y Cesare Pavese. Ginzburg, que confesaba haber sentido una emoción extraordinaria leyendo Mentira y sortilegio, decía que Morante escribe del dolor, pero que lo domina 'por que cuando escribe alcanza la altura de las montañas'.
Y explicaba por qué: Morante no escribía de sí misma, sino de los demás.
En lo que he leído de Morante -La Historia, por ejemplo- me admiraba cómo entrecruza la historia pública, nada menos que la Segunda Guerra Mundial, con la historia privada de sus personajes, familias que intentan sobrevivir íntimamente en medio de una catástrofe general".
Así se refiere el narrador y poeta español Justo Navarro sobre la escritora italiana de quien mañana se publica, por primera vez en España, su primera y premiada novela: Mentira y sortilegio, editada por Lumen.
Un avance de esta obra lo ofrecemos hoy en este blog y la sección de Cultura online, de EL PAÍS.
Con la publicación de este inédito, se rinde homenaje a Morante en el centenario de su nacimiento (18 de agosto de 1912-25 de noviembre de 1985). Italia, como país invitado de la 71ª Feria del Libro de Madrid, y la editorial la recordarán en un acto especial este sábado a la una de la tarde.
Morante obtuvo con esta novela el premio Viareggio en 1948.
La primera persona que leyó el manuscrito en la editorial Einaudi fue Natalia Ginzburg, quien recordaría aquellos días y su amistad con Elsa Morante de la siguiente manera: "Leí Mentira y sortilegio de un tirón y me gustó inmensamente.
No estoy segura de haber tenido en quel momento plena conciencia de su importancia y su esplendor.
Sólo sabía que me fascinaba y que hacía mucho tiempo que no leía nada que me diese tanta vida y felicidad".
Es una novela en la cual Morante recrea parte de su propia existencia a través del personaje de Elisa, una muchacha huérfana para quien la literatura funciona como tabla de salvación y refugio de felicidad.
Un apunte del libro: "Al principio, cuando aún era apenas una chiquilla, parecía solo un juego, o una diversión placentera. Cerrados los libros, me complacía construyendo con la fantasía sucesos e historias inventadas por mí, inspirándome, por supuesto, en mis fábulas preferidas. Y aunque las tramas que imaginaba variasen en función del humor de cada día, los protagonistas, por el contrario, se parecían siempre los unos a los otros o bien eran iguales, y casi estaban unidos por estrechos lazos de parentesco".
Morante convirtió a sus familiares y amigos y a su mundo en personajes literarios universales con una prosa intimista y natural que permite una lectura conmovedora y desenfada al mismo tiempo.
Y escrribe: "Gracias a mi mentira, podía vengarme ahora de los amores no correspondidos, podía saciar mis vanidades más secretas, negras y profundas como infiernos.
Solo mis máscaras, estas hidalgas generosas, eran, como yo, amargas, prepotentes y cruelmente desdeñosas. Eran mi sangre, mis iguales; ninguna compañía era digna de mí, excepto la suya.
Mi mayor gloria consistía en que, aun creyendo en ellas y profesándome hipócritamente su súbdita fiel, me consideraba su emperatriz, y casi su diosa, y no dudaba en sostener entre los dedos el hilo de sus vidas arrogantes.
"Pero aquellos fantasmas se vengaron de mi orgullo, tomándose al mismo tiempo la revancha contra la necia Elisa mediante la razón y la realidad".
Pasajes inolvidables que recuerdan por qué Elsa Morante es de una de las escritoras italianas más importantes del siglo XX.
Sé que los lectores que en su día leyeron el manuscrito para la editorial que lo publicó en 1948, Einaudi, fueron Natalia Ginzburg y Cesare Pavese. Ginzburg, que confesaba haber sentido una emoción extraordinaria leyendo Mentira y sortilegio, decía que Morante escribe del dolor, pero que lo domina 'por que cuando escribe alcanza la altura de las montañas'.
Y explicaba por qué: Morante no escribía de sí misma, sino de los demás.
En lo que he leído de Morante -La Historia, por ejemplo- me admiraba cómo entrecruza la historia pública, nada menos que la Segunda Guerra Mundial, con la historia privada de sus personajes, familias que intentan sobrevivir íntimamente en medio de una catástrofe general".
Así se refiere el narrador y poeta español Justo Navarro sobre la escritora italiana de quien mañana se publica, por primera vez en España, su primera y premiada novela: Mentira y sortilegio, editada por Lumen.
Un avance de esta obra lo ofrecemos hoy en este blog y la sección de Cultura online, de EL PAÍS.
Con la publicación de este inédito, se rinde homenaje a Morante en el centenario de su nacimiento (18 de agosto de 1912-25 de noviembre de 1985). Italia, como país invitado de la 71ª Feria del Libro de Madrid, y la editorial la recordarán en un acto especial este sábado a la una de la tarde.
Morante obtuvo con esta novela el premio Viareggio en 1948.
La primera persona que leyó el manuscrito en la editorial Einaudi fue Natalia Ginzburg, quien recordaría aquellos días y su amistad con Elsa Morante de la siguiente manera: "Leí Mentira y sortilegio de un tirón y me gustó inmensamente.
No estoy segura de haber tenido en quel momento plena conciencia de su importancia y su esplendor.
Sólo sabía que me fascinaba y que hacía mucho tiempo que no leía nada que me diese tanta vida y felicidad".
Es una novela en la cual Morante recrea parte de su propia existencia a través del personaje de Elisa, una muchacha huérfana para quien la literatura funciona como tabla de salvación y refugio de felicidad.
Un apunte del libro: "Al principio, cuando aún era apenas una chiquilla, parecía solo un juego, o una diversión placentera. Cerrados los libros, me complacía construyendo con la fantasía sucesos e historias inventadas por mí, inspirándome, por supuesto, en mis fábulas preferidas. Y aunque las tramas que imaginaba variasen en función del humor de cada día, los protagonistas, por el contrario, se parecían siempre los unos a los otros o bien eran iguales, y casi estaban unidos por estrechos lazos de parentesco".
Morante convirtió a sus familiares y amigos y a su mundo en personajes literarios universales con una prosa intimista y natural que permite una lectura conmovedora y desenfada al mismo tiempo.
Y escrribe: "Gracias a mi mentira, podía vengarme ahora de los amores no correspondidos, podía saciar mis vanidades más secretas, negras y profundas como infiernos.
Solo mis máscaras, estas hidalgas generosas, eran, como yo, amargas, prepotentes y cruelmente desdeñosas. Eran mi sangre, mis iguales; ninguna compañía era digna de mí, excepto la suya.
Mi mayor gloria consistía en que, aun creyendo en ellas y profesándome hipócritamente su súbdita fiel, me consideraba su emperatriz, y casi su diosa, y no dudaba en sostener entre los dedos el hilo de sus vidas arrogantes.
"Pero aquellos fantasmas se vengaron de mi orgullo, tomándose al mismo tiempo la revancha contra la necia Elisa mediante la razón y la realidad".
Pasajes inolvidables que recuerdan por qué Elsa Morante es de una de las escritoras italianas más importantes del siglo XX.
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