Se enreda el mirlo en la espesura.
Como si de repente las ramas, y los arreboles, le recordaran el trino que había prometido al mediodía.
Huye en desasosiego de cintas confundidas.
Viendo la noche venir, sonríe la espesura
. Luego llegan las estrellas, y todo eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario