¿Hubo alguna vez trabajadores?

¿Hubo alguna vez trabajadores?

Por: José María Izquierdo

Hoy es 1º de mayo. Ya me disculpo, ya, que saben que es el día en el que los trabajadores se echan a las calles cual violentos revolucionarios, en lugar de ir a llevar ricas ofrendas al chalé del patrono, que es lo que deberían hacer, según nos han contado en innumerables ocasiones los grandes intelectuales a los que tanto y tanto apreciamos en este rinconcito, o, en su defecto, ir en peregrinación de rodillas hasta La Moncloa para agradecer a Mariano Rajoy Brey su magnífica reforma laboral, que tanta felicidad ha traído al hogar del obrero.
 Que es verdad que a lo mejor se pasa un poco de hambre, pero si es para que doña Angela Merkel -nuestros respetos, ya estamos de pie- siga contenta y con esa sonrisa en la boca, por nosotros su excelencia no se preocupe, que lo primero es lo primero. Usted, señor Rajoy, al déficit. Así que apriete, apriete, que aquí aguantamos mucho.
Y de los sindicatos, ni preocuparse, que ya lo hacen nuestros cornetas, a los que su Gobierno y su partido tanto quieren y tanto deben.
Y en Televisión Españala sigue el nido de rojos. Un asco.

   La Razón, que ya verán qué memorable fachada nos trae, editorializa sobre los sindicatos: “La debilidad sindical se pudo comprobar en el fracaso de su huelga general del 29 de marzo y en la escasísima afluencia a las marchas organizadas el pasado día 29 de abril”
. Bueno, bueno. ¿Y qué ocurrirá hoy? Cualquiera sabe, pero tengan en cuenta que “los dos grandes sindicatos se ven obligados hoy a demostrar mayor poder de convocatoria y para ello cuentan con el apoyo decidido de la oposición política. El PSOE de Rubalcaba unirá hoy sus fuerzas y su mayor capacidad de convocatoria a las de IU para ayudar a Méndez y Toxo a aumentar el número de manifestantes, como ha hecho siempre que le ha sido posible desde que el PSOE perdió las elecciones”. Que de nada servirá, porque “ni aun congregando una masa crítica de asistentes resolverán problema alguno de los trabajadores ni podrán evitar una reforma del mercado laboral que les resta subvenciones y poder político, y los pone en evidencia ante los parados que buscan desesperadamente un puesto de trabajo”. Así que mejor quedarse en casa, que buena gana de perder el tiempo.
Javier González Ferrari le pega a todo lo que suene o huela a sindical, pero ha preferido centrarse en Cándido Méndez. Debe tener un no sé qué el secretario general de UGT que atrae poderosamente al presidente de Onda Cero: “[UGT] ya tiene más que acreditado que no es otra cosa que la correa de transmisión, o el brazo de la agitación callejera del PSOE. Su líder, Cándido Méndez, ha recuperado su aspecto de oso feroz tras siete años y medio de ser un osito de peluche mientras el Gobierno del PSOE dejaba España como la serie de Antena3, con el culo al aire. Verle mitinear en el Congreso de las Juventudes rubalcabianas debería ser más que suficiente para que los que siguen pensando que la solución de sus males pasa por dejar en manos de los sindicatos de casta, más que de clase (…) se cayeran del caballo alado sobre el que llevan cabalgando años y años sin dar un palo al agua quienes han creado una nomenclatura de intocables gracias a nuestros impuestos”.
Hasta Alfonso Ussía se ve impelido a hablar de este día, que las reivindicaciones de los trabajadores, como ustedes saben, ha sido siempre una de sus grandes preocupaciones, casi igual que la caza, la milicia, los cócteles o los toros: “Que Toxo, Méndez y Rubalcaba tengan menos poder de convocatoria que los chimpancés del Gabón me parece, como poco, preocupante
. Preocupante para ellos, quiero decir. Mañana -por hoy, 1 de mayo-, se celebrará la tradicional romería, que ha perdido todo su interés. Irán más porque al final se reparten sardinas y cerveza, que siempre suponen un aliciente. Además, que soy partidario de mantener las tradiciones, aunque sean feas.
 Bonito 1 de mayo, el de Corea del Norte. Ahí sí que se reúne una multitud en torno a su sangriento payasete. Tres millones de militares, tres millones de civiles y una coordinación perfecta. Harían bien en acudir un año Toxo, Méndez, Rubalcaba y el sindibanquero a la efeméride coreana”.
No mucho más científico resulta en sus análisis Luis María Anson en El Mundo. Para que se hagan una idea, éste es el título de su artículo de hoy: “Rajoy ha rectificado porque Zapatero mintió”, aseveración que ya no respaldaría ni el mismísimo Mariano. Pero también lleva su parrafito para insultar a los sindicatos, que no es cosa de aparecer desafecto al Régimen: “Aparte de seis meses de política de televisión, ciertamente inaudita y tórpida, el Gobierno no ha sabido articular la comunicación con la opinión pública ni hacer frente en la calle a las manifestaciones hostiles.
 La calle no es de CCOO ni de UGT ni del partido comunista, enmascarado en Izquierda Unida. La calle es de todos. El Partido Popular venció en las urnas y debe hacerlo ahora en la calle
. Ya va siendo hora de que los ciudadanos denuncien con manifestaciones multitudinarias los abusos de los sindicatos y las tropelías de la izquierda radical”.
  Que lleva meses Anson convocando a las masas rajoyanas a salir a las calles y éstas tal que si oyeran llover. Un feo. Le están haciendo un feo. Pero usted no ceje, Anson, que la perseverancia es una gran virtud. En el editorial, Pedro José ha descubierto, menudo es él, que no hay "lugar a dudas de que la estrategia socialista es echarse a la calle contra las medidas del Gobierno y confluir así con los sindicatos”.
Salvador Sostres, hoy es un buen día para traerle a este Ojo, nos cuenta una emocionante historia: “Mi abuela no buscó trabajo. Creó su empresa gastronómica. Eso sí, durante los primeros años no tenia para pagar el alquiler de la tienda y además el de una vivienda, de modo que dormía en la cocina, con mi abuelo y con mi madre
. Ni festivos ni fines de semana: sólo cerraba, por respeto a su padre, en Viernes Santo.
 Hoy, muchos jóvenes rechazan nuestra oferta de trabajo porque implica trabajar los sábados enteros y los domingos hasta las 14.00 horas, y tener su día de fiesta entre semana”. De lo que deduce nuestro hombre que “falta sentido del honor” y “hombría en su acepción más contundente y profunda”. Incluso “falta musculatura, faltan héroes”.
 Y sigue con este párrafo, que les dejo para hacer la cita capícua en cuanto a prosa llena de ternura, primero la abuela y ahora el amor. Lean: “Faltan personas que se tomen en serio su tiempo y que decidan vivirlo de un modo intenso y emocionante, haciendo de cada jardín el jardín del Edén y de cada amor el amor de su vida”. Ahí le duele.
LAS FACHADAS


Quisiera que vieran la fachada de La Razón.
Una vez. Y luego otra. Y otra vez más. Y amplíen formato hasta que puedan leer todo el texto o pinchen aquí. Incluso que se la guarden en un archivo en el disco duro donde conservan las fotos de sus hijos, nietos, amigos e incluso las de sus seres queridos, que decían Tip y Coll.
 Quizá algún día, dentro de algunos años, alguien les pregunte por el tipo de periodismo que se hacía en España a primeros de mayo del año 2012. Entonces sacan ustedes esta primera página y la leen.
 Se reirán como con El maquinista de la General de Buster Keaton. Hilarante.
 ¿No les han llegado por correo las portadas de Hermano Lobo de los años 1975 o 1976, que andan circulando por la red?
Pues tal cual. El Mundo varía el tiro, que ya ven que abre con Urdangarin. El resto, prescindible. Incluso la referida al 1º de mayo: “El PSOE llama a echarse hoy a la calle en contra de la reforma laboral”. ¿A usted no le gustaría tener la sonrisa de felicidad de Luis de Guindos, esa que nos muestra Abc? ¡Y es que nos ha felicitado el ministro de Finanzas de Alemania, el señor le tenga en su gloria!
 Y aviso a navegantes
. O mejor a circulantes: “El Gobierno estudia cobrar peaje por el uso de las autovías”. ¿Hay mapas y gepeses de caminos de cabras? En La Gaceta van con un poco de retraso, que ya ven lo que dice de las autonomías, el mismo día que Montoro ha dicho que no se van a intervenir, pero da igual. Es más bonita la careta de abajo: “Rubalcaba excita a toda la izquierda para revolucionar España”.
 ¿No es un título fantástico?