Si nunca falta un modelo Christian Dior en la alfombra roja, la historia de amor entre el costurero y fundador de la firma francesa de moda va mucho más allá que la de vestir a las grandes estrellas tanto en la gran pantalla como en la vida.
La relación entre Dior y el cine se remonta de hecho a sus inicios.
Antes incluso de fundar su firma mundialmente conocida en 1946, el diseñador trabajaba ya como encargado de vestuario para los grandes estudios
. Desde entonces ha contado con grandes mitos de la época entre sus incondicionales, como Marlène Dietrich, Grace Kelly o Marilyn Monroe, a las que suceden hoy otras como Nathalie Portman, Charlize Theron o Marion Cotillard.
El museo del diseñador en Granville, su ciudad natal, en el norte de Francia, prepara una gran retrospectiva sobre la relación de Dior con el séptimo arte que se inaugura a mediados de mayo en la que rescata las glamorosas imágenes de las grandes divas en sus modelos más elegantes, acompañadas por documentos sobre las películas a las que se remiten.
El proyecto se completa con un libro que recoge unas 250 imágenes de la editora Rizzoli, una suerte de viaje visual al particular universo del creador.
Indisociable del nombre de Dior, se encuentra primero el de la gran Marlène Dietrich. Incondicional del costurero desde sus inicios —asistió a su primer desfile en febrero de 1947—, la actriz y cantante impuso sin rodeos al cineasta Alfred Hitchcock el vestuario del francés como condición para protagonizar Pánico en la escena (1950). Utilizó entonces una fórmula directa y convertida en legendaria en la casa de moda:
“No Dior, no Dietrich”.
La muerte prematura del diseñador en 1957, víctima de un paro cardiaco mientras se encontraba de descanso en Italia, no cesó la atracción del mundo del cine por las creaciones de las que se fueron haciendo cargo sus sucesores. Así lucen sus modelos desde Sofia Loren en La condesa de Hong Kong (1957) de Charlie Chaplin, Elisabeth Taylor en Ceremonia secreta (1968) de Joseph Losey, hasta Penélope Cruz en Los abrazos rotos (2007) de Pedro Almodovar.
En total, la marca Dior está presente en más de 90 películas.
El propio modisto ha sido el responsable del vestuario de proyectos de grandes cineastas como Vittorio de Sica o Marcel Carné.
Las estrellas visten Dior en el cine, pero también fuera de la pantalla.
Entre las fotografías rescatadas por el proyecto, se puede admirar por ejemplo una instantánea de Marilyn en su última sesión fotográfica en el Hotel de Bel Air en Los Ángeles, retratada con un vestido negro con la espalda al descubierto por el fotógrafo Bert Stern.
Otra capta la visita de Kim Novak a una perfumería Dior parisiense.
No podían faltar la actual representante de Miss Dior Chérie, Nathalie Portman, o Charlize Theron, una de las grandes protagonistas de la muestra, imagen del perfume J'adore Dior.
La relación entre Dior y el cine se remonta de hecho a sus inicios.
Antes incluso de fundar su firma mundialmente conocida en 1946, el diseñador trabajaba ya como encargado de vestuario para los grandes estudios
. Desde entonces ha contado con grandes mitos de la época entre sus incondicionales, como Marlène Dietrich, Grace Kelly o Marilyn Monroe, a las que suceden hoy otras como Nathalie Portman, Charlize Theron o Marion Cotillard.
El museo del diseñador en Granville, su ciudad natal, en el norte de Francia, prepara una gran retrospectiva sobre la relación de Dior con el séptimo arte que se inaugura a mediados de mayo en la que rescata las glamorosas imágenes de las grandes divas en sus modelos más elegantes, acompañadas por documentos sobre las películas a las que se remiten.
El proyecto se completa con un libro que recoge unas 250 imágenes de la editora Rizzoli, una suerte de viaje visual al particular universo del creador.
Indisociable del nombre de Dior, se encuentra primero el de la gran Marlène Dietrich. Incondicional del costurero desde sus inicios —asistió a su primer desfile en febrero de 1947—, la actriz y cantante impuso sin rodeos al cineasta Alfred Hitchcock el vestuario del francés como condición para protagonizar Pánico en la escena (1950). Utilizó entonces una fórmula directa y convertida en legendaria en la casa de moda:
“No Dior, no Dietrich”.
La muerte prematura del diseñador en 1957, víctima de un paro cardiaco mientras se encontraba de descanso en Italia, no cesó la atracción del mundo del cine por las creaciones de las que se fueron haciendo cargo sus sucesores. Así lucen sus modelos desde Sofia Loren en La condesa de Hong Kong (1957) de Charlie Chaplin, Elisabeth Taylor en Ceremonia secreta (1968) de Joseph Losey, hasta Penélope Cruz en Los abrazos rotos (2007) de Pedro Almodovar.
En total, la marca Dior está presente en más de 90 películas.
El propio modisto ha sido el responsable del vestuario de proyectos de grandes cineastas como Vittorio de Sica o Marcel Carné.
Las estrellas visten Dior en el cine, pero también fuera de la pantalla.
Entre las fotografías rescatadas por el proyecto, se puede admirar por ejemplo una instantánea de Marilyn en su última sesión fotográfica en el Hotel de Bel Air en Los Ángeles, retratada con un vestido negro con la espalda al descubierto por el fotógrafo Bert Stern.
Otra capta la visita de Kim Novak a una perfumería Dior parisiense.
No podían faltar la actual representante de Miss Dior Chérie, Nathalie Portman, o Charlize Theron, una de las grandes protagonistas de la muestra, imagen del perfume J'adore Dior.
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