Este domingo cambia la hora. A las 2.00 del domingo, serán las 3.00.
Entra en vigor el horario de verano por lo que adelantaremos los relojes 60 minutos para aprovechar mejor las horas de sol, según la directiva comunitaria que obliga al cambio desde 1981 y que se aplica como norma en los 27 países de la Unión Europea.
Sin embargo, esta variación puede provocar un leve desajuste entre nuestro reloj biológico y la hora real, según la Sociedad Española de Neurología.
Aunque leve, el cambio puede afectar el organismo al producir una sensación de jet-lag, como cuando se viaja entre husos horarios.
“Sus efectos pueden durar entre uno y cinco días”, explica por teléfono Carlos Tejero, de la Sociedad Española de Neurología. Los síntomas se hacen notar sobre todo en las personas mayores y los niños, que son quienes más necesitan un horario regular de sueño
. Estas leves alteraciones del reloj biológico pueden causar una sensación de cansancio, somnolencia y dificultad para conseguir el sueño que se superan pronto.
Entre las medidas que se pueden tomar para adaptar el organismo al cambio horario están el no hacer siestas en el día —para poder tener más sueño por la noche—, y adelantar la rutina de forma progresiva en los días previos.
Según el neurólogo, se sugiere ajustar el reloj en la tarde del sábado para que la cena y la hora de sueño de ese día ya estén adaptadas al nuevo horarioy así evitar o reducir los efectos de este particular jet-lag.
“No es aconsejable utilizar fármacos o remedios naturales por mucho que creamos que nos puede ayudar en la adaptación al cambio.
Hay que afrontarlo de forma progresiva y natural”, comenta Tejero.
Según los datos de 2011 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el cambio de hora permite ahorrar alrededor del 5% del consumo eléctrico en iluminación del país, el equivalente a unos 300 millones de euros; de los cuales, 90 millones corresponden al potencial de los hogares, lo que se traduciría un ahorro de seis euros por cada hogar español.
Entra en vigor el horario de verano por lo que adelantaremos los relojes 60 minutos para aprovechar mejor las horas de sol, según la directiva comunitaria que obliga al cambio desde 1981 y que se aplica como norma en los 27 países de la Unión Europea.
Sin embargo, esta variación puede provocar un leve desajuste entre nuestro reloj biológico y la hora real, según la Sociedad Española de Neurología.
Aunque leve, el cambio puede afectar el organismo al producir una sensación de jet-lag, como cuando se viaja entre husos horarios.
“Sus efectos pueden durar entre uno y cinco días”, explica por teléfono Carlos Tejero, de la Sociedad Española de Neurología. Los síntomas se hacen notar sobre todo en las personas mayores y los niños, que son quienes más necesitan un horario regular de sueño
. Estas leves alteraciones del reloj biológico pueden causar una sensación de cansancio, somnolencia y dificultad para conseguir el sueño que se superan pronto.
Entre las medidas que se pueden tomar para adaptar el organismo al cambio horario están el no hacer siestas en el día —para poder tener más sueño por la noche—, y adelantar la rutina de forma progresiva en los días previos.
Según el neurólogo, se sugiere ajustar el reloj en la tarde del sábado para que la cena y la hora de sueño de ese día ya estén adaptadas al nuevo horarioy así evitar o reducir los efectos de este particular jet-lag.
“No es aconsejable utilizar fármacos o remedios naturales por mucho que creamos que nos puede ayudar en la adaptación al cambio.
Hay que afrontarlo de forma progresiva y natural”, comenta Tejero.
Según los datos de 2011 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el cambio de hora permite ahorrar alrededor del 5% del consumo eléctrico en iluminación del país, el equivalente a unos 300 millones de euros; de los cuales, 90 millones corresponden al potencial de los hogares, lo que se traduciría un ahorro de seis euros por cada hogar español.
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