Con la retransmisión de ‘La bohème’ a 380 cines de 18 países, el coliseo lírico barcelonés cierra hoy sus actividades audiovisuales por recortes.
Para el equipo audiovisual del Teatro del Liceo de Barcelona este martes será muy largo.
Es día de retransmisión y eso significar empezar hacia las ocho de la mañana y finalizar pasadas la una o las dos de la madrugada. La función de La bohème, que empezará a las 20.00 y que protagonizan la soprano italiana Foirenza Cedolins y el tenor mexicano Ramón Vargas, será retransmitida en directo a 380 cines de 18 países —87 de ellos en España y 184 en Estados Unidos— distribuida por Rising Alternative y Emerging Pictures.
Será la última retransmisión de estas características que realizará el coliseo lírico de Barcelona después de que su director general, Joan Francesc Marco, anunciara el pasado 1 de febrero la suspensión de las actividades audiovisuales sujetas al cobro de los derechos de imagen en su comercialización para ahorrar.
La incertidumbre que pesa sobre el futuro del departamento audiovisual del Liceo, teatro pionero junto al Metropolitan de Nueva York en la grabación y difusión internacional de sus producciones líricas, no se percibe en la sala de realización del coliseo de La Rambla, donde este lunes se ultimaban los detalles de una retransmisión muy ensayada, planificada y fijada en un storyboard del que tienen copia los cámaras y la mayor parte del equipo que participará en la retransmisión, unas 35 personas que estarán bajo las órdenes del realizador Pietro d’Agostino, quien se alterna con Xavi Bové en la dirección de las emisiones del Liceo.
Para retransmitir la ópera en alta definición, abandonarán la sala de realización, en el piso -1 del teatro, para trabajar en la unidad móvil aparcada en la calle de la Unió.
“Para los cines es necesario transmitir la imagen en alta definición, de lo contrario, la calidad no es suficientemente buena, y como el teatro no dispone de cámaras de este tipo, tenemos que alquilar todo el material”, explica D’Agostino, quien ha grabado desde el primer ensayo de la obra en el escenario para tener toda la información y no dejar hoy nada al azar.
“Cuanto más preparada está la retransmisión, mejor se puede abordar cualquier imprevisto”, asegura Bové.
Entre los dos realizadores han construido un lenguaje cinematográfico para las producciones del Liceo, cuya primera retransmisión a un cine se remonta a diciembre de 2001, cuando se proyectó en sistema digital en una sala de Barcelona La traviata, experiencia que se repitió al año siguiente.
“La ópera es un espectáculo creado para representarse en un teatro y nosotros debemos dotarla de un lenguaje narrativo cinematográfico para que el espectador de una gran pantalla disfrute con la obra”, explica Pietro d’Agostino, quien coincide con Bové al afirmar que cada vez más los directores de escena conciben sus producciones para que puedan tener también vida cinematográfica.
Incluso los cantantes, en otra época recelosos con las cámaras, se interesan cada vez más por si las óperas en las que van a participar se retransmiten en cine, asegura Gemma Felius, jefa del departamento audiovisual.
“Lo del audiovisual en el mundo de la ópera todavía está por definir.
Justo hemos empezado y por delante tenemos todavía mucho camino para innovar”, señala D’Agostino, quien está convencido de que el cine le sienta bien a la ópera. “Le devuelve la espectacularidad y se erige como una alternativa a la sala de teatro, donde se puede disfrutar del sonido sin mediación, mientras que la gran pantalla te permite deleitarte con el detalle que desde la butaca del Liceo resulta imposible apreciar”.
Para Bové, el cine es el medio que le permite al coliseo lírico barcelonés llegar realmente a todo el mundo. “Parte del prestigio de que goza el Liceo se lo ha ganado mostrando lo que programa al mundo a través de las pantallas de cine y del medio centenar de DVD que tiene editados.
Se puede ser un buen teatro sin tener producciones audiovisuales, pero actualmente es imposible llegar a ser un teatro internacional sin tener un proyecto audiovisual”.
Es día de retransmisión y eso significar empezar hacia las ocho de la mañana y finalizar pasadas la una o las dos de la madrugada. La función de La bohème, que empezará a las 20.00 y que protagonizan la soprano italiana Foirenza Cedolins y el tenor mexicano Ramón Vargas, será retransmitida en directo a 380 cines de 18 países —87 de ellos en España y 184 en Estados Unidos— distribuida por Rising Alternative y Emerging Pictures.
Será la última retransmisión de estas características que realizará el coliseo lírico de Barcelona después de que su director general, Joan Francesc Marco, anunciara el pasado 1 de febrero la suspensión de las actividades audiovisuales sujetas al cobro de los derechos de imagen en su comercialización para ahorrar.
La incertidumbre que pesa sobre el futuro del departamento audiovisual del Liceo, teatro pionero junto al Metropolitan de Nueva York en la grabación y difusión internacional de sus producciones líricas, no se percibe en la sala de realización del coliseo de La Rambla, donde este lunes se ultimaban los detalles de una retransmisión muy ensayada, planificada y fijada en un storyboard del que tienen copia los cámaras y la mayor parte del equipo que participará en la retransmisión, unas 35 personas que estarán bajo las órdenes del realizador Pietro d’Agostino, quien se alterna con Xavi Bové en la dirección de las emisiones del Liceo.
Para retransmitir la ópera en alta definición, abandonarán la sala de realización, en el piso -1 del teatro, para trabajar en la unidad móvil aparcada en la calle de la Unió.
“Para los cines es necesario transmitir la imagen en alta definición, de lo contrario, la calidad no es suficientemente buena, y como el teatro no dispone de cámaras de este tipo, tenemos que alquilar todo el material”, explica D’Agostino, quien ha grabado desde el primer ensayo de la obra en el escenario para tener toda la información y no dejar hoy nada al azar.
“Cuanto más preparada está la retransmisión, mejor se puede abordar cualquier imprevisto”, asegura Bové.
Escena del primer acto de La Bohème en la que la soprano Fiorenza Cedolins canta la célebre aria Mi chiamano Mimi.
“La ópera es un espectáculo creado para representarse en un teatro y nosotros debemos dotarla de un lenguaje narrativo cinematográfico para que el espectador de una gran pantalla disfrute con la obra”, explica Pietro d’Agostino, quien coincide con Bové al afirmar que cada vez más los directores de escena conciben sus producciones para que puedan tener también vida cinematográfica.
Incluso los cantantes, en otra época recelosos con las cámaras, se interesan cada vez más por si las óperas en las que van a participar se retransmiten en cine, asegura Gemma Felius, jefa del departamento audiovisual.
“Sin un proyecto audiovisual, hoy es imposible ser un teatro internacional”, afirma el realizador Xavi Bové
Justo hemos empezado y por delante tenemos todavía mucho camino para innovar”, señala D’Agostino, quien está convencido de que el cine le sienta bien a la ópera. “Le devuelve la espectacularidad y se erige como una alternativa a la sala de teatro, donde se puede disfrutar del sonido sin mediación, mientras que la gran pantalla te permite deleitarte con el detalle que desde la butaca del Liceo resulta imposible apreciar”.
Para Bové, el cine es el medio que le permite al coliseo lírico barcelonés llegar realmente a todo el mundo. “Parte del prestigio de que goza el Liceo se lo ha ganado mostrando lo que programa al mundo a través de las pantallas de cine y del medio centenar de DVD que tiene editados.
Se puede ser un buen teatro sin tener producciones audiovisuales, pero actualmente es imposible llegar a ser un teatro internacional sin tener un proyecto audiovisual”.
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