Hasta su última hora celebraba
el gran secreto a voces de la vida:
vivir fue levantarse con la herida
y ser fiel a la voz que le llamaba.
el gran secreto a voces de la vida:
vivir fue levantarse con la herida
y ser fiel a la voz que le llamaba.
La libertad era lo que más amaba:
fue el aire de su tierra prometida.
No quería el corazón para la huida.
Su paz era la luz que no buscaba.
fue el aire de su tierra prometida.
No quería el corazón para la huida.
Su paz era la luz que no buscaba.
La muerte ya en su sangre ardía,
en el centro de su cuerpo oscurecido:
era el agua de otro río que latía;
en el centro de su cuerpo oscurecido:
era el agua de otro río que latía;
la sombra de un reino desconocido
donde el sol es noche sombría
y el corazón ya carne sin latido.
donde el sol es noche sombría
y el corazón ya carne sin latido.
2 comentarios:
Qué tristes son la vejez y la muerte. Son algo que veo que se va acercando, que "la edad ligera" ya pasó y que esto es lo que hay. Y me jode. Vaya si me jode.
Un abraz, Dumi
Gracias Alberto Muchas Gracias
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