LATIDOS
Ahora que ya sabemos medir verso con verso
ahora que ya podemos unir circunferencias
o incluso hacer que diez y tres sumen catorce,
vamos a celebrar que el horizonte sigue siendo igual de inalcanzable,
a veces, pequeñito,
y otras veces tan grande que hacen falta muchísimos zapatos
no solo para andar por sus espaldas
sino para sentirnos hermanados en esa dimensión de las gaviotas según se llega al sur a la derecha pasando por los menos cuatro puentes y vuelva a preguntar si no la encuentra.
Vamos a celebrarnos
también
diente
por diente
el cálido tremor de nuestro cuerpos.
De suerte que si miras por un lado se vea una hermosa patria sin banderas.
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