NACER POR POCO
A veces pienso que nací por poco,
por nada, por nacer, por la costumbre.
No como hay que nacer: a grito en pecho,
a corazón batiente, a dentelladas,
sino más bien bajito y asustado
como para morir en un suspiro.
A veces pienso que nací de noche
para garantizar que el sol dormía
y no me iba a morder antes de tiempo
el débil corazón del que colgaba.
A veces pienso que nací esquinado,
circunspecto, dispuesto a regresarme,
como si la cabeza una vez fuera
ya no encontrara su retorno alegre.
A veces pienso que nací por poco
y mientras más lo pienso más me miro
no vaya a ser que de cintura abajo
esté medio enterrado en otro mundo.
A veces pienso que nací por poco,
por nada, por nacer, por si las moscas.
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