La Casa del Rey aconsejó a Urdangarin abandonar sus cargos en Nóos cuando la oposición en el Parlamento balear empezó a preguntar por los negocios de este instituto con el Gobierno autónomo.
Un asesor jurídico de don Juan Carlos obligó al esposo de la infanta Cristina a desligarse de su actividad privada como paso previo a su traslado a Estados Unidos.
Los datos recogidos en el sumario ponen en duda que Urdangarin cortase totalmente su presencia en esos negocios.
Según se desprende de la documentación aportada por la Brigada Policial de Delincuencia Económica, tras analizar el material intervenido en los registros de las sedes de Nóos y su grupo de Barcelona, la relación de Urdangarin con estas sociedades se mantuvo.
Hay anotaciones manuscritas de pagos y recibos matrices con su nombre en iniciales o abreviaturas (“I U”, “Iñak Urdan”) sobre cobros recibidos y talones por miles de euros en distintas fechas.
En la primavera de 2006, semanas antes de renunciar Urdangarin a sus cargos societarios, él y su socio Diego Torres armaron sendas fundaciones de vocación altruista, Areté (sin apenas actividad) y la Fundación del Deporte, Cultura e Integración Social, que también logró importantes ayudas de alguna administración pública, como el Ayuntamiento de Madrid, que pagó 144.000 euros entre 2007 y 2008.
La Fundación del Deporte, Cultura e Integración Social fue usada para adquirir una sociedad pantalla para la supuesta ocultación de fondos en paraísos fiscales, De Goes Center For Stakeholder Management, que traspasó cerca de 500.000 euros a Londres.
En el sumario están el apoderamiento llegado del exterior para Torres y el registro de ingresos.
Además de rastros documentales, hay una comunicación clave
Nace de una declaración de un imputado.
A finales de la primavera de 2007, el yerno del Rey reclamó a un amigo, el que fue director general de Deportes José Luis Ballester, el pago de una factura pendiente de 117.000 euros por el último evento organizado por Nóos, el segundo Fórum Illes Balears 2006.
Hacía un año que, formalmente, Urdangarin estaba fuera de Nóos y sus actividades.
En anotaciones internas de las empresas y en las reseñas de pagos observados se deduce que el duque enmascaró con otras fórmulas —las dos nuevas fundaciones— su participación en el que era un exitoso negocio de captación de patrocinios y organización de eventos para organismos oficiales.
Tres años después de que Urdangarin cesara como presidente del Instituto Nóos, y cuando todavía no había estallado el escándalo de las supuestas irregularidades en la gestión de esa entidad, el duque de Palma se desvinculó definitivamente de España al trasladarse a Washington para trabajar como directivo de Telefónica. Pero durante esos tres años, la investigación judicial ha permitido reconstruir algunas gestiones del duque de Palma que le vinculan a su socio en Nóos, Diego Torres.
En alguno de los registros practicados por orden
judicial, la policía halló documentación sobre pagos hechos supuestamente a Iñaki Urdangarin, identificado con las iniciales de su nombre y apellido en esos escritos.
Un asesor jurídico de don Juan Carlos obligó al esposo de la infanta Cristina a desligarse de su actividad privada como paso previo a su traslado a Estados Unidos.
Los datos recogidos en el sumario ponen en duda que Urdangarin cortase totalmente su presencia en esos negocios.
Según se desprende de la documentación aportada por la Brigada Policial de Delincuencia Económica, tras analizar el material intervenido en los registros de las sedes de Nóos y su grupo de Barcelona, la relación de Urdangarin con estas sociedades se mantuvo.
Hay anotaciones manuscritas de pagos y recibos matrices con su nombre en iniciales o abreviaturas (“I U”, “Iñak Urdan”) sobre cobros recibidos y talones por miles de euros en distintas fechas.
En la primavera de 2006, semanas antes de renunciar Urdangarin a sus cargos societarios, él y su socio Diego Torres armaron sendas fundaciones de vocación altruista, Areté (sin apenas actividad) y la Fundación del Deporte, Cultura e Integración Social, que también logró importantes ayudas de alguna administración pública, como el Ayuntamiento de Madrid, que pagó 144.000 euros entre 2007 y 2008.
La Fundación del Deporte, Cultura e Integración Social fue usada para adquirir una sociedad pantalla para la supuesta ocultación de fondos en paraísos fiscales, De Goes Center For Stakeholder Management, que traspasó cerca de 500.000 euros a Londres.
En el sumario están el apoderamiento llegado del exterior para Torres y el registro de ingresos.
Además de rastros documentales, hay una comunicación clave
Nace de una declaración de un imputado.
A finales de la primavera de 2007, el yerno del Rey reclamó a un amigo, el que fue director general de Deportes José Luis Ballester, el pago de una factura pendiente de 117.000 euros por el último evento organizado por Nóos, el segundo Fórum Illes Balears 2006.
Hacía un año que, formalmente, Urdangarin estaba fuera de Nóos y sus actividades.
En anotaciones internas de las empresas y en las reseñas de pagos observados se deduce que el duque enmascaró con otras fórmulas —las dos nuevas fundaciones— su participación en el que era un exitoso negocio de captación de patrocinios y organización de eventos para organismos oficiales.
Tres años después de que Urdangarin cesara como presidente del Instituto Nóos, y cuando todavía no había estallado el escándalo de las supuestas irregularidades en la gestión de esa entidad, el duque de Palma se desvinculó definitivamente de España al trasladarse a Washington para trabajar como directivo de Telefónica. Pero durante esos tres años, la investigación judicial ha permitido reconstruir algunas gestiones del duque de Palma que le vinculan a su socio en Nóos, Diego Torres.
En alguno de los registros practicados por orden
judicial, la policía halló documentación sobre pagos hechos supuestamente a Iñaki Urdangarin, identificado con las iniciales de su nombre y apellido en esos escritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario