31 dic 2011
Letizia después de Urdangarin Elvira Lindo
Sus orígenes, su preparación intelectual, su abuelo, su carácter, su masa muscular, sus tensiones emocionales, el complicado encaje en la familia. los periodistas no han dado tregua a la princesa hasta que el 'caso Urdangarin' ha sido ineludible incluso para la prensa rosa más amable.
La escritora Elvira Lindo relata sus encuentros con esta exprofesional del periodismo, obsesionada con el cumplimiento de la tarea que desempeña desde mayo de 2004.
El día 1 de noviembre de 2003, la Casa del Rey anunciaba por sorpresa el compromiso del príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz. A mediados de diciembre del mismo año, este periódico decidía quiénes serían los dos personajes del año: Sadam Husein y la futura princesa. Sadam pasó a la historia y a la posteridad de manera violenta; Letizia pasará a la historia, si el sistema de nuestro país no se resquebraja, como reina de España. El periódico encargó para su especial fin de año a quien esto escribe una semblanza sobre la prometida del Príncipe.
La tarea no resultaba sencilla: el entramado protocolario de La Zarzuela había blindado la relación de Letizia Ortiz con la prensa. Imposible de cualquier manera acceder a la futura princesa que, desde el anuncio de su compromiso, había abandonado su piso del barrio de Valdebernardo y estaba ya viviendo en el palacio.
Por otra parte, era sin duda estimulante ponerse a la tarea de reconstruir la vida de esta joven profesional a la que los monárquicos tradicionalistas habían descrito desde un primer momento como la mujer menos adecuada para acompañar al Príncipe en un proyecto sentimental que, por su rara naturaleza, nunca puede excluir los compromisos de Estad6
Fueron muchos los artículos que leí. Algunos podían alcanzar la denominación de libelos, por no ser más que un encadenamiento de insultos que amparaban su tono denigratorio en una especie de sapiencia monárquica, que en España, donde hay un rey sin corte y donde la monarquía tuvo que reinventarse con la llegada del régimen democrático, resultaba ridícula.
Los expertos torcían el gesto ante la llegada a la familia real de una chica sin experiencia aristocrática y con un divorcio a sus espaldas; por su lado, los informadores maledicentes, esos que todo lo saben, aportaban ese tipo de datos íntimos que solo buscan mancillar la imagen de una persona. Letizia y su pasado: las historias oscuras de su tiempo en México, de su matrimonio fracasado, de otros posibles amantes. Letizia y su familia: el acoso a los abuelos maternos por el simple hecho de que fueran personas humildes, o el cerco a su madre y sus hermanas, que como hemos podido comprobar (incluyendo el episodio trágico de la muerte de su hermana) jamás buscaron sacar provecho de su repentina y no buscada notoriedad. Había, según algún conocedor de ese cogollito endogámico que constituye la aristocracia española, un clamor de indignación materna por no entender que el Príncipe hubiera puesto los ojos en una joven de la clase media.
Por suerte, en aquel diciembre de 2003, Letizia acababa de abandonar la vida periodística y era relativamente sencillo charlar con personas que la hubieran tenido por amiga o compañera.
Sus colegas me ayudaron a construir el retrato creíble de una mujer que podía ser cualquier mujer de su entorno profesional: perfeccionista, periodista vocacional, obsesiva con el trabajo, ambiciosa, algo nerviosa, despierta, con una franqueza que en ocasiones podía resultar cortante, y esa entendible vulnerabilidad de las mujeres guapas que se pasan la vida esforzándose en demostrar su inteligencia.
Aquel retrato vio la luz en un día como hoy. Por supuesto, a la carcundia que la rechazaba por razones de clase no le gustó ver reflejados por escrito los motivos de su descontento, y de la progresía de aire republicano recibí alguna carta en la que me expresaban su sorpresa por no haber sospechado jamás que yo fuera capaz de sentir simpatías hacia la Monarquía. Ay, España. Todo ello por no hacer un retrato amargo, sarcástico o denigratorio de la joven novia del príncipe Felipe, sino, creo, ajustado a la verdad.
A quien sí debió de agradarle fue a la propia Letizia, que, a través de una colega de televisión, me hizo llegar un mensaje de agradecimiento. El mensaje se materializó en una cena que tuvo lugar en el piso que la historiadora y académica Carmen Iglesias, profesora del Príncipe, tiene en el corazón del Madrid de los Austrias. Ahora no es un secreto, entonces sí. La prensa del corazón rastreaba con celo de sabueso los pasos de los novios, y cuando llegamos a la cita ya había dos paparazi haciendo guardia enfrente del portal. De aquella velada, tan astutamente propiciada por Iglesias, ha quedado el recuerdo del envaramiento inicial, que se fue diluyendo poco a poco hasta alcanzar una naturalidad en la cena que ni mi marido ni yo hubiéramos sospechado.
Cuando cruzábamos la ciudad de regreso a casa, compartimos, supongo que con algo de inocencia por nuestra parte, una misma sensación: la de haber creído tener ante nosotros a dos personas que se quieren pero que van a ser para siempre prisioneros de un destino que escriben otros.
Letizia pudo apreciar la dimensión que adquiriría cada una de sus palabras a partir del primer encuentro con la prensa: aquella mañana en que se oficializó el noviazgo, se enseñaron los regalos del prometido a la prometida y viceversa, y en la que la novia, con un grado de naturalidad que luego sería borrado en sus comparecencias públicas, le dijo al Príncipe aquella frase tan común en cualquier pareja y tan extraordinaria entre parejas reales, "déjame hablar". Fue la última vez que Letizia reclamaría públicamente la palabra. No sabemos si de forma traumática o progresiva, aquella joven profesional que hablaba a diario para millones de espectadores aprendió a ser consorte silenciosa en la vida pública, con el sacrificio que eso conlleva para quien disfruta dando su opinión.
La siguiente vez que tuve la oportunidad de ver a la pareja fue en Nueva York. En realidad, los había visto antes, el día de su boda, pero, como todo el mundo sabe, las bodas reales se disfrutan mucho más por televisión. De aquella jornada conservo una imagen de ellos no mayor al tamaño de esos novios de plástico con el que adornan en las pastelerías el piso más alto de la tarta nupcial.
Tras un año de matrimonio, los Príncipes realizaron su primer viaje a Estados Unidos e hicieron acto de presencia en una gala en el Waldorf Astoria, en el Cervantes y en la ONU. Era enternecedor el empeño que Letizia ponía en que sus encuentros fueran productivos y profesionales, y cómo se frustraba al ver que la prensa solo apreciaba el modelito que había elegido para cada evento. Sospecho que ese desencuentro con quienes la juzgan siempre ha sido un motivo de disgusto para ella. Aquellos que valoran su presencia comparándola con una esclava de la moda como es Rania de Jordania no demuestran mucha perspicacia calibrando qué tipo de mujer es la princesa Letizia. Su manera de vestir es la de alguien para quien la ropa está al servicio de los acontecimientos. Sin más. Aunque no deja de ser evidente que durante estos años sí se ha preocupado por suavizar los rasgos angulosos de su rostro, acentuados por una extrema delgadez propia de las personas de carácter nervioso.
Cuando la periodista Letizia le dijo a su prometido "Déjame hablar", lo que deseaba era expresar ante los periodistas su admiración hacia la Reina, la figura que ella había decidido tomar como ejemplo. Hay algo que ha debido aprender de la que (si ocurre como está previsto) será su predecesora: a callar sin que parezca que está callada, a callar de tal manera que dé la impresión de que está interviniendo, a callar manteniendo la sonrisa y el gesto de interés, a callar y a reservarse su opinión para espacios muy íntimos.
Un sábado de aquel viaje a Nueva York, la pareja de príncipes fue a Broadway a ver uno de los clásicos, La calle 42. El frío inconsolable del aire acondicionado del teatro les expulsó a mitad de la obra y fue entonces cuando me sonó el móvil. A la salida, por cierto, del estreno de La mala educación, de Almodóvar. Nos podíamos encontrar, propusieron, para tomar algo.
Como en aquella ciudad no somos nadie, como tampoco sabemos cómo se hace eso de reservar una mesa para los Príncipes de España, optamos por ir al mismo restaurante al que vamos y al que popularmente se va a la salida del Lincoln Center, Fiorello's. Sí, el mismo restaurante en el que cenó Vargas Llosa con su familia al salir de la ópera el día en que le concedieron el Nobel, Fiorello's. Un clásico donde, milagrosamente, siempre se encuentra sitio. Compartimos pizza, vino e intimidad. Si alguien de la clientela que nos rodeaba conoció al Príncipe hizo como que no. Tan solo un camarero mexicano le preguntó si era quien él creía que era y a partir de ahí nos trajo las viandas algo más rápido de lo que suelen. Eso fue todo.
A esas alturas ya se había especulado con posibles embarazos de la Princesa, y la Princesa esperaba impaciente el momento mezclando, imagino, su deseo con la presión a la que era sometida.
Los medios de comunicación ya eran conscientes de la debilidad de Letizia por los medios de comunicación. Por los periódicos, por Internet, por aquello que debía leer y por lo que no. La prensa suele advertir en cualquiera sus aspectos más vulnerables, y en Letizia captó esa tensión transparente por su afán de mostrar una conducta irreprochable y llegar a alcanzar ese grado de "gran profesional" con el que el Rey ha descrito a la Reina
. Esa célebre definición, que denota reconocimiento hacia la consorte, pero también una distancia que ha parecido siempre justificada por el rango, no está presente en la nueva pareja real, que, más de acuerdo con la generación a la que pertenecen, trabajan con una mayor sintonía.
Así me pareció cuando los observaba de cerca en aquel restaurante neoyorquino bullicioso en el que, por su proximidad al Lincoln Center, sirven la comida estudiantes de canto.
Letizia, la princesa, como es natural por su vocación de periodista y por no haber nacido con todo dado, andaba preocupada por las críticas. Felipe, el príncipe Felipe, más sereno ante las reacciones de la opinión pública, más proclive a aceptar lo que el curso de la vida les depare, dijo: "Alguna vez nos criticarán y tendrán razón". Y a mí me pareció de una inteligencia y una dulzura que le han de servir como escudo en un país en el que nada se da por descontado.
De nuevo les dijimos adiós como se dice adiós a quien emprende un viaje que ha de ser por fuerza proceloso.
Y les animamos, en broma, por supuesto, a quitarse de en medio durante un tiempo a un rincón poco turístico de Nueva York
. Qué fácil es recomendar la libertad cuando se tiene.
Por aquellos tiempos, la crónica social se centraba, entre todos los miembros de la Casa del Rey, en Letizia: la ropa, los esperados embarazos, las tensiones, las posibles crisis
. En realidad, los periodistas del corazón o de sociedad no han dado tregua a la Princesa hasta que el caso Urdangarin ha sido ineludible incluso para la prensa más ñoña.
Hubo un conato de colocarla en primera plana con esas fotos en las que mostraba unos brazos esqueléticos en el viaje a Chile, pero el peso del fiasco Urdangarin es insuperable
. Cabe preguntarse, y por qué no decirlo en público, si parte de esa falta de indisimulada sintonía entre la infanta Cristina y la princesa Letizia no era el resultado de una manera de actuar poco ejemplar del duque de Palma que afectaba directamente al futuro de su marido, el Príncipe.
Curioso es que el Rey, en su encuentro con los periodistas en el Congreso el día de la investidura del nuevo Gobierno, y tras el aplauso provocado por un discurso en el que todos entendimos había una valiente referencia a los negocios de su yerno, reprochara a la prensa su tendencia a personalizar las cosas.
Una manera absurda de dilapidar el buen efecto conseguido.
Es cierto que la Monarquía precisa de ritos y gestos un poco irreales para subsistir, pero dado que es un Estado democrático quien ha de servirse de sus desvelos diplomáticos y su presencia conciliadora, no hay por qué sobresaltarse ante la presencia de un heredero que no salvó la democracia pero que estudió en Georgetown, que no se casó con una gran profesional de la monarquía sino con una profesional del periodismo y que la eligió para trabajar a diario con ella, codo con codo
. De momento, dicen los periodistas que les siguen de cerca, la presencia de Letizia ha sido beneficiosa
La escritora Elvira Lindo relata sus encuentros con esta exprofesional del periodismo, obsesionada con el cumplimiento de la tarea que desempeña desde mayo de 2004.
El día 1 de noviembre de 2003, la Casa del Rey anunciaba por sorpresa el compromiso del príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz. A mediados de diciembre del mismo año, este periódico decidía quiénes serían los dos personajes del año: Sadam Husein y la futura princesa. Sadam pasó a la historia y a la posteridad de manera violenta; Letizia pasará a la historia, si el sistema de nuestro país no se resquebraja, como reina de España. El periódico encargó para su especial fin de año a quien esto escribe una semblanza sobre la prometida del Príncipe.
La tarea no resultaba sencilla: el entramado protocolario de La Zarzuela había blindado la relación de Letizia Ortiz con la prensa. Imposible de cualquier manera acceder a la futura princesa que, desde el anuncio de su compromiso, había abandonado su piso del barrio de Valdebernardo y estaba ya viviendo en el palacio.
Por otra parte, era sin duda estimulante ponerse a la tarea de reconstruir la vida de esta joven profesional a la que los monárquicos tradicionalistas habían descrito desde un primer momento como la mujer menos adecuada para acompañar al Príncipe en un proyecto sentimental que, por su rara naturaleza, nunca puede excluir los compromisos de Estad6
Enternecía su empeño en que sus apariciones fueran productivas. le frustraba que solo se apreciara el modelito"
Alguna vez nos criticarán y tendrán razón", dijo el príncipe, más sereno ante las reacciones de la opinión pública
En su presentación a la prensa le dijo al príncipe: "déja-me hablar". fue la última vez quereclamó pública-mente la palabra
Los expertos torcían el gesto ante la llegada a la familia real de una chica sin experiencia aristocrática y con un divorcio a sus espaldas; por su lado, los informadores maledicentes, esos que todo lo saben, aportaban ese tipo de datos íntimos que solo buscan mancillar la imagen de una persona. Letizia y su pasado: las historias oscuras de su tiempo en México, de su matrimonio fracasado, de otros posibles amantes. Letizia y su familia: el acoso a los abuelos maternos por el simple hecho de que fueran personas humildes, o el cerco a su madre y sus hermanas, que como hemos podido comprobar (incluyendo el episodio trágico de la muerte de su hermana) jamás buscaron sacar provecho de su repentina y no buscada notoriedad. Había, según algún conocedor de ese cogollito endogámico que constituye la aristocracia española, un clamor de indignación materna por no entender que el Príncipe hubiera puesto los ojos en una joven de la clase media.
Por suerte, en aquel diciembre de 2003, Letizia acababa de abandonar la vida periodística y era relativamente sencillo charlar con personas que la hubieran tenido por amiga o compañera.
Sus colegas me ayudaron a construir el retrato creíble de una mujer que podía ser cualquier mujer de su entorno profesional: perfeccionista, periodista vocacional, obsesiva con el trabajo, ambiciosa, algo nerviosa, despierta, con una franqueza que en ocasiones podía resultar cortante, y esa entendible vulnerabilidad de las mujeres guapas que se pasan la vida esforzándose en demostrar su inteligencia.
Aquel retrato vio la luz en un día como hoy. Por supuesto, a la carcundia que la rechazaba por razones de clase no le gustó ver reflejados por escrito los motivos de su descontento, y de la progresía de aire republicano recibí alguna carta en la que me expresaban su sorpresa por no haber sospechado jamás que yo fuera capaz de sentir simpatías hacia la Monarquía. Ay, España. Todo ello por no hacer un retrato amargo, sarcástico o denigratorio de la joven novia del príncipe Felipe, sino, creo, ajustado a la verdad.
A quien sí debió de agradarle fue a la propia Letizia, que, a través de una colega de televisión, me hizo llegar un mensaje de agradecimiento. El mensaje se materializó en una cena que tuvo lugar en el piso que la historiadora y académica Carmen Iglesias, profesora del Príncipe, tiene en el corazón del Madrid de los Austrias. Ahora no es un secreto, entonces sí. La prensa del corazón rastreaba con celo de sabueso los pasos de los novios, y cuando llegamos a la cita ya había dos paparazi haciendo guardia enfrente del portal. De aquella velada, tan astutamente propiciada por Iglesias, ha quedado el recuerdo del envaramiento inicial, que se fue diluyendo poco a poco hasta alcanzar una naturalidad en la cena que ni mi marido ni yo hubiéramos sospechado.
Cuando cruzábamos la ciudad de regreso a casa, compartimos, supongo que con algo de inocencia por nuestra parte, una misma sensación: la de haber creído tener ante nosotros a dos personas que se quieren pero que van a ser para siempre prisioneros de un destino que escriben otros.
Letizia pudo apreciar la dimensión que adquiriría cada una de sus palabras a partir del primer encuentro con la prensa: aquella mañana en que se oficializó el noviazgo, se enseñaron los regalos del prometido a la prometida y viceversa, y en la que la novia, con un grado de naturalidad que luego sería borrado en sus comparecencias públicas, le dijo al Príncipe aquella frase tan común en cualquier pareja y tan extraordinaria entre parejas reales, "déjame hablar". Fue la última vez que Letizia reclamaría públicamente la palabra. No sabemos si de forma traumática o progresiva, aquella joven profesional que hablaba a diario para millones de espectadores aprendió a ser consorte silenciosa en la vida pública, con el sacrificio que eso conlleva para quien disfruta dando su opinión.
La siguiente vez que tuve la oportunidad de ver a la pareja fue en Nueva York. En realidad, los había visto antes, el día de su boda, pero, como todo el mundo sabe, las bodas reales se disfrutan mucho más por televisión. De aquella jornada conservo una imagen de ellos no mayor al tamaño de esos novios de plástico con el que adornan en las pastelerías el piso más alto de la tarta nupcial.
Tras un año de matrimonio, los Príncipes realizaron su primer viaje a Estados Unidos e hicieron acto de presencia en una gala en el Waldorf Astoria, en el Cervantes y en la ONU. Era enternecedor el empeño que Letizia ponía en que sus encuentros fueran productivos y profesionales, y cómo se frustraba al ver que la prensa solo apreciaba el modelito que había elegido para cada evento. Sospecho que ese desencuentro con quienes la juzgan siempre ha sido un motivo de disgusto para ella. Aquellos que valoran su presencia comparándola con una esclava de la moda como es Rania de Jordania no demuestran mucha perspicacia calibrando qué tipo de mujer es la princesa Letizia. Su manera de vestir es la de alguien para quien la ropa está al servicio de los acontecimientos. Sin más. Aunque no deja de ser evidente que durante estos años sí se ha preocupado por suavizar los rasgos angulosos de su rostro, acentuados por una extrema delgadez propia de las personas de carácter nervioso.
Cuando la periodista Letizia le dijo a su prometido "Déjame hablar", lo que deseaba era expresar ante los periodistas su admiración hacia la Reina, la figura que ella había decidido tomar como ejemplo. Hay algo que ha debido aprender de la que (si ocurre como está previsto) será su predecesora: a callar sin que parezca que está callada, a callar de tal manera que dé la impresión de que está interviniendo, a callar manteniendo la sonrisa y el gesto de interés, a callar y a reservarse su opinión para espacios muy íntimos.
Un sábado de aquel viaje a Nueva York, la pareja de príncipes fue a Broadway a ver uno de los clásicos, La calle 42. El frío inconsolable del aire acondicionado del teatro les expulsó a mitad de la obra y fue entonces cuando me sonó el móvil. A la salida, por cierto, del estreno de La mala educación, de Almodóvar. Nos podíamos encontrar, propusieron, para tomar algo.
Como en aquella ciudad no somos nadie, como tampoco sabemos cómo se hace eso de reservar una mesa para los Príncipes de España, optamos por ir al mismo restaurante al que vamos y al que popularmente se va a la salida del Lincoln Center, Fiorello's. Sí, el mismo restaurante en el que cenó Vargas Llosa con su familia al salir de la ópera el día en que le concedieron el Nobel, Fiorello's. Un clásico donde, milagrosamente, siempre se encuentra sitio. Compartimos pizza, vino e intimidad. Si alguien de la clientela que nos rodeaba conoció al Príncipe hizo como que no. Tan solo un camarero mexicano le preguntó si era quien él creía que era y a partir de ahí nos trajo las viandas algo más rápido de lo que suelen. Eso fue todo.
A esas alturas ya se había especulado con posibles embarazos de la Princesa, y la Princesa esperaba impaciente el momento mezclando, imagino, su deseo con la presión a la que era sometida.
Los medios de comunicación ya eran conscientes de la debilidad de Letizia por los medios de comunicación. Por los periódicos, por Internet, por aquello que debía leer y por lo que no. La prensa suele advertir en cualquiera sus aspectos más vulnerables, y en Letizia captó esa tensión transparente por su afán de mostrar una conducta irreprochable y llegar a alcanzar ese grado de "gran profesional" con el que el Rey ha descrito a la Reina
. Esa célebre definición, que denota reconocimiento hacia la consorte, pero también una distancia que ha parecido siempre justificada por el rango, no está presente en la nueva pareja real, que, más de acuerdo con la generación a la que pertenecen, trabajan con una mayor sintonía.
Así me pareció cuando los observaba de cerca en aquel restaurante neoyorquino bullicioso en el que, por su proximidad al Lincoln Center, sirven la comida estudiantes de canto.
Letizia, la princesa, como es natural por su vocación de periodista y por no haber nacido con todo dado, andaba preocupada por las críticas. Felipe, el príncipe Felipe, más sereno ante las reacciones de la opinión pública, más proclive a aceptar lo que el curso de la vida les depare, dijo: "Alguna vez nos criticarán y tendrán razón". Y a mí me pareció de una inteligencia y una dulzura que le han de servir como escudo en un país en el que nada se da por descontado.
De nuevo les dijimos adiós como se dice adiós a quien emprende un viaje que ha de ser por fuerza proceloso.
Y les animamos, en broma, por supuesto, a quitarse de en medio durante un tiempo a un rincón poco turístico de Nueva York
. Qué fácil es recomendar la libertad cuando se tiene.
Por aquellos tiempos, la crónica social se centraba, entre todos los miembros de la Casa del Rey, en Letizia: la ropa, los esperados embarazos, las tensiones, las posibles crisis
. En realidad, los periodistas del corazón o de sociedad no han dado tregua a la Princesa hasta que el caso Urdangarin ha sido ineludible incluso para la prensa más ñoña.
Hubo un conato de colocarla en primera plana con esas fotos en las que mostraba unos brazos esqueléticos en el viaje a Chile, pero el peso del fiasco Urdangarin es insuperable
. Cabe preguntarse, y por qué no decirlo en público, si parte de esa falta de indisimulada sintonía entre la infanta Cristina y la princesa Letizia no era el resultado de una manera de actuar poco ejemplar del duque de Palma que afectaba directamente al futuro de su marido, el Príncipe.
Curioso es que el Rey, en su encuentro con los periodistas en el Congreso el día de la investidura del nuevo Gobierno, y tras el aplauso provocado por un discurso en el que todos entendimos había una valiente referencia a los negocios de su yerno, reprochara a la prensa su tendencia a personalizar las cosas.
Una manera absurda de dilapidar el buen efecto conseguido.
Es cierto que la Monarquía precisa de ritos y gestos un poco irreales para subsistir, pero dado que es un Estado democrático quien ha de servirse de sus desvelos diplomáticos y su presencia conciliadora, no hay por qué sobresaltarse ante la presencia de un heredero que no salvó la democracia pero que estudió en Georgetown, que no se casó con una gran profesional de la monarquía sino con una profesional del periodismo y que la eligió para trabajar a diario con ella, codo con codo
. De momento, dicen los periodistas que les siguen de cerca, la presencia de Letizia ha sido beneficiosa
30 dic 2011
Zapatero, Nochevieja familiar en Tánger
Sus hijas le pidieron hacer un viaje al extranjero y él aceptó. El expresidente José Luís Rodríguez Zapatero, de 51 años, pasará la Nochevieja en Tánger (Marruecos) en el hotel Le Mirage.
acompañan su esposa, Sonsoles, sus hijas, Laura y Alba, y su exministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, junto con su compañero sentimental.
La familia Zapatero llegó el 26 de diciembre a Tánger, en vuelo regular de Iberia, y desde entonces dedica gran parte del tiempo a hacer excursiones. Todos ellos pasearon largo y tendido por la Medina, el zoco de Tánger, según el diario marroquí Al Massae que destapó su presencia.
Tienen previsto regresar a Madrid el lunes 2 de enero.
Le Mirage es un hotel de lujo que posee unas vistas impresionantes sobre el Atlántico.
Sus habitaciones están incrustadas en el acantilado. Está situado al sur de Tánger, muy cerca de las Grutas de Hércules y de Cabo Spartel.
Otro expresidente socialista del Gobierno, Felipe González, lo frecuenta asiduamente desde 1996 e incluso empezó a construirse un chalet en la playa situada al pie del establecimiento.
Varios miembros del Ejecutivo de Zapatero, como la propia Trinidad Jiménez o Bernardino león, secretario general de Presidencia del Gobierno, eligieron estos últimos años Le Mirage para sus vacaciones veraniegas. En alguna ocasión se toparon con el rey Mohamed VI pasando por la playa con sus hijos. El palacio real de Tánger está muy cerca del hotel.
A lo largo de sus más de siete años en el Gobierno, Zapatero ha efectuado varios viajes oficiales a Marruecos, pero nunca había estado de vacaciones.
Otro político español, Javier Arenas, de 54 años, pasó hoy por Tánger de regreso a Sevilla. Arenas, vicesecretario del Partido Popular para asuntos territoriales, celebró el miércoles su cumpleaños con su familia en Marraquech. Coincidió en la ciudad más turística de Marruecos con Carla Bruni, la esposa del presidente francés Nicolas Sarkozy, que el viernes 23 festejó allí su 44 cumpleaños acompañada por su bebé, Giulia
. A principios de mes la Infanta Elena también visitó Marraquech.
La ciudad se está poniendo de moda y no solo entre las elites francesas que llevan años frecuentándola en Nochevieja o Semana Santa.
El diario marroquí L'Economiste publicó el jueves una lista de las celebridades que se alojan en estas fechas en Marraquech. Empieza por el emir de Qatar, Hamad Bin Khalifa Al-Thani, y la más célebre de sus esposas, le jequesa Moza, hasta Shakira y Martin Scorsese sin olvidar a los futbolistas Leo Messi y Karim Benzema.
acompañan su esposa, Sonsoles, sus hijas, Laura y Alba, y su exministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, junto con su compañero sentimental.
Tienen previsto regresar a Madrid el lunes 2 de enero.
Le Mirage es un hotel de lujo que posee unas vistas impresionantes sobre el Atlántico.
Sus habitaciones están incrustadas en el acantilado. Está situado al sur de Tánger, muy cerca de las Grutas de Hércules y de Cabo Spartel.
Otro expresidente socialista del Gobierno, Felipe González, lo frecuenta asiduamente desde 1996 e incluso empezó a construirse un chalet en la playa situada al pie del establecimiento.
Varios miembros del Ejecutivo de Zapatero, como la propia Trinidad Jiménez o Bernardino león, secretario general de Presidencia del Gobierno, eligieron estos últimos años Le Mirage para sus vacaciones veraniegas. En alguna ocasión se toparon con el rey Mohamed VI pasando por la playa con sus hijos. El palacio real de Tánger está muy cerca del hotel.
A lo largo de sus más de siete años en el Gobierno, Zapatero ha efectuado varios viajes oficiales a Marruecos, pero nunca había estado de vacaciones.
Otro político español, Javier Arenas, de 54 años, pasó hoy por Tánger de regreso a Sevilla. Arenas, vicesecretario del Partido Popular para asuntos territoriales, celebró el miércoles su cumpleaños con su familia en Marraquech. Coincidió en la ciudad más turística de Marruecos con Carla Bruni, la esposa del presidente francés Nicolas Sarkozy, que el viernes 23 festejó allí su 44 cumpleaños acompañada por su bebé, Giulia
. A principios de mes la Infanta Elena también visitó Marraquech.
La ciudad se está poniendo de moda y no solo entre las elites francesas que llevan años frecuentándola en Nochevieja o Semana Santa.
El diario marroquí L'Economiste publicó el jueves una lista de las celebridades que se alojan en estas fechas en Marraquech. Empieza por el emir de Qatar, Hamad Bin Khalifa Al-Thani, y la más célebre de sus esposas, le jequesa Moza, hasta Shakira y Martin Scorsese sin olvidar a los futbolistas Leo Messi y Karim Benzema.
Una absenta no tan loca
El licor alucinógeno de Poe y Baudelaire se ha puesto ahora de moda y la absenta vuelve a consumirse sin problemas.
La absenta, un aguardiente prohibido durante años y en cuya destilación los valencianos son maestros, se ha puesto de moda. En los territorios del ocio, el golfeo loco de fin de semana, el Carmen, sin ir más lejos, un chupito de este licor alucinógeno sale por dos euros. La peña se pone tibia. Ya estuvo de moda entre los escritores y pintores románticos del siglo XIX, hasta que se prohibió a principios de siglo XX. La UE la vetó porque contenía un componente ilegal
Pese al control, los destiladores ilegales siguen trabajando
Vanessa, 25 años, marchosa como pocas, da una razón al aumento del consumo entre los jóvenes de la litrona: "En un viernes me bebo tres absentas y cuatro birras y el colocón me dura hasta las ocho de la mañana".
Los primeros pasotas del país aún recuerdan la legendaria absenta La Loca, destilada en Pego (Alicante), y que causó furor en los años setenta.
El bodeguero Eduardo Mestre, de 72 años, de una saga de vinateros, recuerda cómo en los viejos tiempos del final del siglo pasado, en pueblos como Benetússer o Alfafar, casa sí y otra no era una destilería.
Como en el sur americano de la prohibición.
"La absenta fue prohibida la por la Unión Europea debido a que contenía un producto nocivo.
Cuando se suprimió el componente, la cosa volvió a su cauce; eso es del hinojo y viene de Francia, pero aquí la mezclan con cazalla".
Carla, amiga de Vanessa, cuenta el ataque de psicosis que le dio tras pasarse con la bebida. "Me fui de la pinza y salí corriendo a la calle a perseguir a una amiga inexistente".
Su novio, otro veinteañero que no se corta los viernes, sentencia: "Lo máximo de chupitos son trece, para no palmar".
Mestre, dueño de varias bodegas en la ciudad, acaba de abrir una nueva en la calle Baja
. Sus escaparates son el sueño de un bebedor.
Las marcas de absenta son incontables.
"Pero hay que tener cuidado.
La cantidad máxima de los barriles es de tres litros y han de llevar un control de Sanidad; me consta que hay gente que la hace casera y luego la comercializa. Eso es un peligro".
Cuando se lo cuento a los chicos les entra la risa. "Mira, nano, aquí en el Carmen hay ciertos garitos en los que se bebe una absenta más ilegal que conducir borracho".
Por el momento esta esencia del hinojo y anís funciona como la reina de la alta graduación alcohólica. Y si lo que mola es ponerse rápido y barato, la malvada pócima de París tiene mucho futuro.
Amazon vende un millón de Kindle semanales en Navidad
La tableta Fire ha sido el producto más deseado. Y la descarga de libros electrónicos también se ha disparado. A pesar de las cifras, la compañía defrauda a los analistas.
Amazon ha vendido un millón de Kindle a la semana en diciembre. La tableta Kindle Fire ha sido el producto más deseado. Y la descarga de libros electrónicos también se ha disparado.
A pesar de las buenas cifras de venta que el gigante estadounidense del comercio electrónico asegura que ha conseguido en esta campaña navideña en un comunicado, a los analistas no les ha convencido: esperaban un crecimiento aún mayor, cercano al 40%, para el cuarto trimestre del año.
En consecuencia, sus acciones fueron castigadas ayer en el mercado bursátil.
A pesar de la vaguedad de los datos, tal y como destaca MG Siegler de TechCrunch en su blog el rango para las ventas totales se situaría entre los 100.0000 y los cuatro millones de unidades.
Amazon puso a la venta su tableta para competir con iPad en noviembre a un precio muy inferior al la de Apple: 199 euros (146 euros). Las primeras críticas al producto destacaron su precio, pero también sus limitaciones y un mes después, ante las quejas de los propios consumidores, la empresa de Jeff Bezos anunció que la retocaría.
Aún así, la compañía asegura que Fire está dando excelentes resultados también fuera del mercado estadounidense, entre ellos destaca Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y España, país donde la tableta empezó a venderse a principios de este mes.
"Estamos muy agradecidos a nuestros cliente por hacer que estas sean las mejores navidades para Kindle" de la Historia. El fundador del gigante del comercio electrónico también ha querido dar las gracias a los autores más vendidos, entre ellos Darcie Chan y Chris Culver.
La descarga de libros también ha sido uno de los grandes regalos navideños con un crecimiento del 175%, según Amazon.
La subida de pensiones prometida por Rajoy se queda en un 1%
El Consejo de Ministros aprobará hoy una subida de las pensiones en un 1%. El Gobierno de Mariano Rajoy cumple así el único compromiso de aumento de gasto público que había alcanzado en su discurso de investidura, hace 10 días. El mismo discurso en el que anunció que recortará el déficit en 16.500 millones de euros. No obstante, esta subida se queda en la mitad de lo que es el objetivo de inflación del Banco Central Europeo para todos los países de la Eurozona, el 2%, porque el Ejecutivo del Partido Popular prevé que la mala situación de la economía española deje el incremento de los precios por debajo de ese porcentaje en 2012. El coste para el erario público de ese 1% se cuantifica en unos 1.200 millones de euros, para los 8,7 millones de pensiones que hay en España.
Si la inflación supera el próximo mes de noviembre el 1% que se van a revalorizar las pensiones, se compensará la desviación con una paga extraordinaria en enero de 2013. Este año la subida del IPC interanual en noviembre fue del 2,9%, y ha cerrado 2011 en el 2,4%. El segundo Consejo de Ministros desde que Rajoy llegase a La Moncloa mantendrá en cambio inalterado el salario mínimo interprofesional en 641,40 euros, que cobran unas 134.000 personas y sirve para establecer baremos de diferentes ayudas públicas. Una medida ya anunciada por el Ministerio de Trabajo este miércoles y que adopta siguiendo el argumento de que creará empleo.
La subida de las pensiones en un 1% es idéntica a la que se aplicó en enero de 2011 a los 3,2 millones de perceptores de pensiones mínimas y no contributivas a las que el anterior Gobierno no incluyó en la congelación de las pensiones, que no apoyó el PP y que sí afectó a los otros 5,6 millones de pensionistas. Esas personas que reciben pensiones de muy baja cuantía (las de viudedad no llegan a los 600 euros de media) recibirán en principio una paga compensatoria en enero para mantener su poder adquisitivo.
Como la inflación interanual de noviembre fue del 2,9%, recibirán el equivalente a esos 1,9 puntos, lo que supondrá un desembolso de 441 millones de euros (unos 136 euros de media) que se consolidarán en la paga de 2012 y, por tanto, añadirán otros 414 millones a los gastos de la Seguridad Social en 2012.
Hasta que el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero decidió en primavera de 2010 congelar la mayoría de las pensiones, incumpliendo por primera vez el Pacto de Toledo, los distintos gobiernos aumentaban los pagos en al menos el 2% de objetivo de inflación prevista por el BCE, y al año siguiente abonaban la diferencia con la inflación.
El presidente está preocupado por cómo recibirá la opinión pública sus primeras malas noticias, que se conocerán tras la reunión ministerial y que también e incluirán congelación de sueldos de funcionarios y medidas simbólicas de ahorro.
El Congreso aprobará las medidas que se presenten este viernes en un pleno el 11 de enero.
Si la inflación supera el próximo mes de noviembre el 1% que se van a revalorizar las pensiones, se compensará la desviación con una paga extraordinaria en enero de 2013. Este año la subida del IPC interanual en noviembre fue del 2,9%, y ha cerrado 2011 en el 2,4%. El segundo Consejo de Ministros desde que Rajoy llegase a La Moncloa mantendrá en cambio inalterado el salario mínimo interprofesional en 641,40 euros, que cobran unas 134.000 personas y sirve para establecer baremos de diferentes ayudas públicas. Una medida ya anunciada por el Ministerio de Trabajo este miércoles y que adopta siguiendo el argumento de que creará empleo.
La subida de las pensiones en un 1% es idéntica a la que se aplicó en enero de 2011 a los 3,2 millones de perceptores de pensiones mínimas y no contributivas a las que el anterior Gobierno no incluyó en la congelación de las pensiones, que no apoyó el PP y que sí afectó a los otros 5,6 millones de pensionistas. Esas personas que reciben pensiones de muy baja cuantía (las de viudedad no llegan a los 600 euros de media) recibirán en principio una paga compensatoria en enero para mantener su poder adquisitivo.
Como la inflación interanual de noviembre fue del 2,9%, recibirán el equivalente a esos 1,9 puntos, lo que supondrá un desembolso de 441 millones de euros (unos 136 euros de media) que se consolidarán en la paga de 2012 y, por tanto, añadirán otros 414 millones a los gastos de la Seguridad Social en 2012.
Hasta que el Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero decidió en primavera de 2010 congelar la mayoría de las pensiones, incumpliendo por primera vez el Pacto de Toledo, los distintos gobiernos aumentaban los pagos en al menos el 2% de objetivo de inflación prevista por el BCE, y al año siguiente abonaban la diferencia con la inflación.
El presidente está preocupado por cómo recibirá la opinión pública sus primeras malas noticias, que se conocerán tras la reunión ministerial y que también e incluirán congelación de sueldos de funcionarios y medidas simbólicas de ahorro.
El Congreso aprobará las medidas que se presenten este viernes en un pleno el 11 de enero.
"¿Soy de veras Pamuk?" Entrevista por Juan Cruz
El premio Nobel turco Orhan Pamuk publica El novelista ingenuo y el sentimental, un libro sobre las lecturas que hay detrás de su vocación literaria. Los entresijos de la ficción son también el motor de los nuevos ensayos de Umberto Eco, Jorge Volpi y Charles Dantzig.
Orhan Pamuk (Estambul, 1952) llega a las tres y media en punto a su despacho en la Universidad de Columbia; lo que pasa es que en esta puerta no está su nombre, está el nombre de un destacado antropólogo amigo suyo que le ha prestado el sitio para que reciba aquí a sus alumnos y para que, de vez en cuando, converse sobre literatura con aquellos periodistas que se lo pidan. Y aquí está, llegando, abriendo la puerta, desprendiéndose de los abrigos a los que obliga Nueva York, y mostrando, orgulloso, cuánto ha adelgazado en los últimos tiempos. Es curioso: las dos veces que le había entrevistado hasta ahora (cuando ganó el Nobel, en 2006; cuando quisimos que nos hablara del porvenir de Europa, en 2009) lo hicimos en su casa de Estambul, su rostro contra el Bósforo, al atardecer. Y ahora, mientras bajaba el languideciente sol de Nueva York, parecía también su rostro recortado ante aquella atmósfera tan suya, y que de manera tan determinante está en dos de sus grandes libros, Estambul y El museo de la inocencia.
En este espacio que ahora ocupa, en una universidad tan lejos de su casa, cerca de espacios míticos del urbanismo sentimental neoyorquino (nos llevó al final al Tom's Diner, que inspiró a Suzanne Vega, a tomar café), dan ganas de preguntarle si es de veras Pamuk, como alguna vez se pregunta a sí mismo en su nuevo libro, El novelista ingenuo y el sentimental (publicado, como los citados, por Mondadori), contando cómo le aborda la gente que ha leído su ficción más reciente, El museo de la inocencia, una romántica historia de amor obsesivo: "Pamuk, ¿es usted el protagonista?". "A veces", me dice, riendo, "yo mismo me pregunto si de veras soy Pamuk".
Así que ahí está, en este rincón universitario, feliz, se le ve feliz consigo mismo, con su vida, esperando con ilusión, sin aspavientos, llegar a una edad que parece central: los sesenta.
Y en ese ambiente conversamos. Empezamos hablando de Internet, porque su libro va sobre la lectura (las novelas que lo hicieron, los libros que le dieron consistencia a su personalidad y por tanto a sus novelas), y por ende es pertinente que le preguntemos por el porvenir del papel en función de la evidente influencia de las nuevas tecnologías en el mundo de los libros.
PREGUNTA. ¿Cómo ve todo esto? Los libros digitales, Internet, la lectura...
RESPUESTA. Internet tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno es que los precios de los libros están bajando, pero eso no implica que bajen los derechos de autor.
Lo malo de los libros digitales es la piratería. Especialmente en Turquía o en China, donde eso no está controlado. De hecho, los Gobiernos de estos países tienden a mirar hacia otro lado y se justifican diciendo que así la gente pobre tiene derecho a la lectura.
En mi país, junto a mi editor y muchos otros, he luchado contra la piratería. Todos mis libros tienen su edición pirata. Pero a los Gobiernos no les interesa controlar la piratería.
P. ¿Usted lee digital?
R. La lectura que hago en Internet es anecdótica. Si quiero leer una novela escojo el libro y lo leo. Me gusta sujetarlo. Pero tampoco soy de esos que prefieren el libro por su olor y esas cosas románticas.
No soy un detractor de Internet ni de los libros electrónicos. Tampoco soy pesimista. La crítica que hago es que los libros en Internet son muy difíciles de controlar. Esto, por supuesto, no es culpa de Internet, sino de las personas
... Ezra Pound dijo que "la literatura es una noticia que permanece noticia". Con Internet la sensación de estar conectado es mayor. Es decir, se crea la ilusión de estar conectado
. Pero la preparación mental que uno hace al leer una novela física está desapareciendo y eso es lo que me preocupa.
No soy un pesimista. He sobrevivido en un país en el que no había hábitos de lectura. Si la gente no lee, me motiva a escribir un libro mejor, por si así leen.
P. Hablando de leer. En su libro se pregunta qué estaría leyendo Ana Karenina en la célebre escena de la novela de Tolstói, en el tren...
R. Sí, se lo explicaré. Escribí cinco capítulos para mis charlas en la Universidad de Harvard y decidí escribir un último capítulo allí mismo.
Durante una de mis charlas, con la sala llena a rebosar, les pregunté qué libro creían ellos que leía Ana Karenina en esa escena. Muchos de ellos eran profesores de literatura rusa y no tenían respuesta. Algunos decían que leía a George Eliot, pero en realidad nadie lo sabe, ni siquiera los eruditos.
P. Estaba leyendo, esa es la realidad. Y este libro suyo es la confesión de un lector entusiasmado, un libro de libros...
R. En mi libro no solo menciono a Ana Karenina, sino a Cabrera Infante, a Cortázar, a García Márquez, a Julian Barnes. Menciono a este grupo por su inventiva y su mirada.
Ellos fueron los que influyeron en mi posmodernidad. Pero mis escritores clásicos, mis héroes, son Tolstói y Proust... Sin embargo, creo que Ana Karenina es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces...; esta misma semana he tenido que volver a leerla para preparar una clase en Columbia.
P. ¿Por qué la ama tanto?
R. Hay tantas razones por las que amo esta novela. Pero esencialmente me encanta porque lo que viene a decir la novela es:
"Sí, sí, la vida es así".
Básicamente, Tolstói hace las preguntas que todas las novelas deberían hacer y estas son: ¿en qué consiste la vida?, ¿qué debo hacer en esta vida?, ¿cuál es el significado de la familia, la amistad, el matrimonio, la sexualidad, la lealtad...? Estas son las grandes preguntas, y Tolstói, de manera generosa, hace que el lector se las haga.
P. Este libro suyo es como un manifiesto a favor de la ficción. Hace 35 años usted decidió dejar la pintura para dedicarse a escribir. Es como pintar, también.
R. Yo tendría 23 años y le dije a mi familia y a mis amigos que no iba a ser el arquitecto o pintor que todos ellos querían, sino un novelista.
Todos me dijeron que no lo hiciera, que yo no tenía ni idea de la vida. Creo que pensaban que iba a escribir una sola novela.
Pero les dije que existían Borges y Kafka, y que ellos tampoco tenían ni idea de la vida... Las novelas, me parece, son una forma inédita de ver la vida. Solo ahora, después de todo este tiempo, confieso que cuando mi familia me dijo que yo no sabía nada de la vida, tenían razón. En ese momento no sabía nada.
P. Decían que usted vive en un mundo aparte... Pero en su actitud, y en sus novelas, muestra mucho interés por el mundo de los demás. Como si la literatura fuera su espejo ante el paisaje...
R. Estoy de acuerdo en que la novela es un espejo en el paisaje. Sin embargo, la espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad. Y es la compasión hacia los demás. La necesidad de entender a los demás
. Eso es lo que nos hace humanos y solamente existe en nosotros. Creo que una novela funciona cuando muestra el mundo desde el punto de vista del personaje. Entendemos cómo se siente Ana Karenina en el tren. Está confusa, se siente melancólica mientras ve cómo nieva al otro lado de la ventana. Esa nieve no está allí porque sí. Es una observación psicológica del personaje.
La novela funciona cuando el novelista se pone en la piel de los personajes, ya sean estos del sexo contrario o pertenecientes a otra época histórica, cultural... Para mí la novela es la manera que tengo de aproximarme a las personas más pobres de Turquía.
Hacer esto, ponerse en la piel de los demás, no es solo un ejercicio respetable sino ético. La humanidad se basa en eso, en la compasión, en entender a los demás.
P. Pero este libro también trata del paso del tiempo, cómo lo detiene la literatura...
R. Los escritores tenemos miles de cosas que contar en una novela. Y esas cosas se parecen a los átomos.
El tiempo en la novela es lo que une todas esas cosas. En ese sentido, los momentos en una novela son como las imágenes de una película. No hay historia sin tiempo.
P. Esa conexión del tiempo y la novela está en El museo de la inocencia porque habla del amor y para el amor no existe el tiempo...
R. En El museo de la inocencia hay ocho objetos que personifican el tiempo.
Es como si el escritor estuviera pensando en unos objetos que más tarde se exhibirían en un museo. Lo escribí así. Sabía de antemano qué objetos iba a utilizar. Cada objeto que guardamos está ligado a un tiempo, a un momento, y si los colocáramos en fila podríamos ver nuestra biografía, nuestra vida.
P. Menciona usted a Proust haciéndose una pregunta que le haría ahora a usted: ¿es usted Pamuk?
R. Me lo pregunté a veces, cuando me preguntaban si yo era el protagonista de ese libro de ficción: ¿soy Pamuk?
Es ficción. Pero sí, yo soy Pamuk, pero no lo tengo en mente al escribir.
No escribo pensando: voy a escribir una novela a lo Pamuk. Para mí, la mejor forma de ser novelista es olvidarse de uno mismo. Tampoco pienso en un estilo al escribir, aunque inevitablemente eso surja de manera natural. Cuando escribo sobre alguien que no es como yo, me esfuerzo en ser otro, en ser el personaje. Lo interesante es escribir sobre los demás, desde su punto de vista y escribir sobre uno como si fuese otro. Volviendo a la pregunta de si soy Pamuk... La respuesta es sí y no.
P. ¿Y eso?
R. Coincido con Schiller en que existen algunos escritores que escriben como si Dios les estuviera dictando las palabras. Existen escritores que son un mero vehículo.
Simplemente escriben, sin preocuparse de lo ético, lo estético, ni de los poderes comunicativos de sus textos... Hay muchos escritores que son así. Pero también existen escritores como yo.
P. ¿Y usted cómo es, en ese sentido?
R. Yo soy como aquellos a los que nos preocupa si el texto está bien, si es creíble, si tiene calidad, si es demasiado político, si hay demasiados detalles... Los escritores como yo son demasiado conscientes de sí mismos. Creo que no es bueno tener demasiada consciencia ni demasiada candidez. Un escritor debería ser ambas cosas. Por un lado debería dejarse llevar y por otro debería de controlar. Es como un conductor que debe saber las reglas de conducción pero también olvidarlas.
P. En el epílogo de su libro usted menciona el miedo que tuvo al presentarse a dar esas conferencias en Harvard...
R. Debo decir que me acogieron muy bien los profesores y académicos. Mis prejuicios sobre ese mundo académico convencional se desvanecieron por completo. Estando allí me dijeron que la esposa de Calvino acusó a Harvard de la muerte de su esposo. Según ella, Calvino murió de un ataque al corazón debido al estrés que le producía tener que ir a Harvard a dar unas conferencias. Pero yo sobreviví. Pero sí, estaba nervioso.
P. ¿Se conoce mejor después de haber escrito ese libro?
R. Sí. Lo más importante que aprendí fue que es mucho más placentero escribir una novela que escribir un libro teórico.
P. El libro también versa sobre la edad. Llama la atención las veces que dice usted que lleva 35 años escribiendo novelas...
R. Me acuerdo perfectamente del momento en que quise ser escritor.
Fue una tarde de marzo o abril, en la primavera de 1973. Agarré un papel y un bolígrafo y me puse a escribir. Así fue. Recuerdo haber leído El extranjero, de Camus, y a pesar de que no influyó en mi escritura pensé que me iba a ayudar a ser escritor...
P. Sorprende la cantidad de escritores en español que menciona entre los que forman parte de sus lecturas... Cortázar, Vargas Llosa, Cabrera Infante...
R. Sí, y debería haber mencionado a Juan Goytisolo. Su manera de escribir y mezclar cosas es parecida a la mía. Sus imágenes son distintas, pero me siento cercano a él.
P. ¿En qué idioma los ha leído?
R. Hablo inglés y leo en inglés. A Borges lo empecé leyendo en inglés. Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Javier Marías... Todos estos escritores los he leído en inglés. El boom latinoamericano me inspiró. Creía que si ellos lo habían conseguido, los turcos también teníamos una posibilidad.
P. Ha escrito usted un libro muy entusiasta sobre la novela en un momento en que algunos vaticinan que los días de la ficción están contados...
R. Estadísticamente o sociológicamente hablando, el arte de la novela no está en vías de extinción. Al contrario.
Tengo un amigo editor en Shanghái que dice que parece que las novelas estén cayendo del cielo. Allí todos están escribiendo, tengan o no libertad de expresión. Y eso pasa en muchos lugares del mundo. En los últimos cincuenta años, todo aquel que ha demostrado interés en la literatura y quiere expresarse lo está haciendo mediante la novela.
P. En su libro hace una comparación entre Ana Karenina y Don Quijote. Dice que la primera está llena de vida, mientras que el personaje de Cervantes está lleno de ficción.
R. Don Quijote se parece a Madame Bovary en el sentido en el que el protagonista se deja llevar por los libros que lee y por las leyendas que escucha. Admiro a Don Quijote, pero no creo que sea una novela tal y como lo interpretamos hoy día. La interpretación de la novela nace en los años 1830 o 1840 y empieza con Dickens, Balzac... Solo existen dos textos excepcionales escritos antes de esa época y son La historia de Genji y el Quijote. Son libros que se asemejan a la novela pero no llegan a serlo. Son icónicos, emblemáticos, largos y llenos de aventura y se merecen todo mi respeto, pero para mí no son novelas.
P. ¿No tiene miedo de convertirse en un Don Quijote con tanta novela como tiene ahora en la cabeza?
R. Ja, ja, ja. Soy un buen lector y haber leído todas estas novelas me ha hecho muy feliz. Siento la misma hambre por leer como los que viven alejados del centro del mundo.
Como Borges. Aunque él por lo menos tenía una biblioteca. En Turquía no existían. Así que leí todo lo que caía en mis manos con ansia, con deseo, con cabreo, con fervor.
P. Habla en su libro del orgullo de lector. ¿Qué libro se ha sentido más orgulloso de leer?
R. Cuando leía Ulises había una vocecita que me susurraba al oído y me decía: "Orhan, Orhan, ¡que estás leyendo Ulises! Aunque no lo entiendas, es igual. Sigue leyendo". Es como cuando vas a un museo. Te sientes orgulloso de estar allí. Ese sentimiento de orgullo también se produce al leer novelas literarias. Y ese orgullo nace del respeto.
P. El año próximo cumplirá sesenta años. ¿Le afecta el cambio del tiempo?
R. Sí. Me doy cuenta de que el tren se va acercando a la última estación. Al mismo tiempo, hay tantos libros que quiero escribir, tantas ventanas por las que quiero mirar... ¿Debo estar preocupado? Sí.
P. Al cumplir los setenta, Vargas Llosa me dijo en una entrevista que su lema era seguir caminando...
R. Tengo casi sesenta y sigo trabajando mucho. Me gusta asumir esa carga. Debería descansar, pero sigo siendo muy ambicioso.
Orhan Pamuk (Estambul, 1952) llega a las tres y media en punto a su despacho en la Universidad de Columbia; lo que pasa es que en esta puerta no está su nombre, está el nombre de un destacado antropólogo amigo suyo que le ha prestado el sitio para que reciba aquí a sus alumnos y para que, de vez en cuando, converse sobre literatura con aquellos periodistas que se lo pidan. Y aquí está, llegando, abriendo la puerta, desprendiéndose de los abrigos a los que obliga Nueva York, y mostrando, orgulloso, cuánto ha adelgazado en los últimos tiempos. Es curioso: las dos veces que le había entrevistado hasta ahora (cuando ganó el Nobel, en 2006; cuando quisimos que nos hablara del porvenir de Europa, en 2009) lo hicimos en su casa de Estambul, su rostro contra el Bósforo, al atardecer. Y ahora, mientras bajaba el languideciente sol de Nueva York, parecía también su rostro recortado ante aquella atmósfera tan suya, y que de manera tan determinante está en dos de sus grandes libros, Estambul y El museo de la inocencia.
En este espacio que ahora ocupa, en una universidad tan lejos de su casa, cerca de espacios míticos del urbanismo sentimental neoyorquino (nos llevó al final al Tom's Diner, que inspiró a Suzanne Vega, a tomar café), dan ganas de preguntarle si es de veras Pamuk, como alguna vez se pregunta a sí mismo en su nuevo libro, El novelista ingenuo y el sentimental (publicado, como los citados, por Mondadori), contando cómo le aborda la gente que ha leído su ficción más reciente, El museo de la inocencia, una romántica historia de amor obsesivo: "Pamuk, ¿es usted el protagonista?". "A veces", me dice, riendo, "yo mismo me pregunto si de veras soy Pamuk".
"Mis héroes son Tolstói y Proust... Creo que 'Ana Karenina' es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces..."
"La espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad"
Y en ese ambiente conversamos. Empezamos hablando de Internet, porque su libro va sobre la lectura (las novelas que lo hicieron, los libros que le dieron consistencia a su personalidad y por tanto a sus novelas), y por ende es pertinente que le preguntemos por el porvenir del papel en función de la evidente influencia de las nuevas tecnologías en el mundo de los libros.
PREGUNTA. ¿Cómo ve todo esto? Los libros digitales, Internet, la lectura...
RESPUESTA. Internet tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno es que los precios de los libros están bajando, pero eso no implica que bajen los derechos de autor.
Lo malo de los libros digitales es la piratería. Especialmente en Turquía o en China, donde eso no está controlado. De hecho, los Gobiernos de estos países tienden a mirar hacia otro lado y se justifican diciendo que así la gente pobre tiene derecho a la lectura.
En mi país, junto a mi editor y muchos otros, he luchado contra la piratería. Todos mis libros tienen su edición pirata. Pero a los Gobiernos no les interesa controlar la piratería.
P. ¿Usted lee digital?
R. La lectura que hago en Internet es anecdótica. Si quiero leer una novela escojo el libro y lo leo. Me gusta sujetarlo. Pero tampoco soy de esos que prefieren el libro por su olor y esas cosas románticas.
No soy un detractor de Internet ni de los libros electrónicos. Tampoco soy pesimista. La crítica que hago es que los libros en Internet son muy difíciles de controlar. Esto, por supuesto, no es culpa de Internet, sino de las personas
... Ezra Pound dijo que "la literatura es una noticia que permanece noticia". Con Internet la sensación de estar conectado es mayor. Es decir, se crea la ilusión de estar conectado
. Pero la preparación mental que uno hace al leer una novela física está desapareciendo y eso es lo que me preocupa.
No soy un pesimista. He sobrevivido en un país en el que no había hábitos de lectura. Si la gente no lee, me motiva a escribir un libro mejor, por si así leen.
P. Hablando de leer. En su libro se pregunta qué estaría leyendo Ana Karenina en la célebre escena de la novela de Tolstói, en el tren...
R. Sí, se lo explicaré. Escribí cinco capítulos para mis charlas en la Universidad de Harvard y decidí escribir un último capítulo allí mismo.
Durante una de mis charlas, con la sala llena a rebosar, les pregunté qué libro creían ellos que leía Ana Karenina en esa escena. Muchos de ellos eran profesores de literatura rusa y no tenían respuesta. Algunos decían que leía a George Eliot, pero en realidad nadie lo sabe, ni siquiera los eruditos.
P. Estaba leyendo, esa es la realidad. Y este libro suyo es la confesión de un lector entusiasmado, un libro de libros...
R. En mi libro no solo menciono a Ana Karenina, sino a Cabrera Infante, a Cortázar, a García Márquez, a Julian Barnes. Menciono a este grupo por su inventiva y su mirada.
Ellos fueron los que influyeron en mi posmodernidad. Pero mis escritores clásicos, mis héroes, son Tolstói y Proust... Sin embargo, creo que Ana Karenina es la mejor novela jamás escrita. La he leído tantas veces...; esta misma semana he tenido que volver a leerla para preparar una clase en Columbia.
P. ¿Por qué la ama tanto?
R. Hay tantas razones por las que amo esta novela. Pero esencialmente me encanta porque lo que viene a decir la novela es:
"Sí, sí, la vida es así".
Básicamente, Tolstói hace las preguntas que todas las novelas deberían hacer y estas son: ¿en qué consiste la vida?, ¿qué debo hacer en esta vida?, ¿cuál es el significado de la familia, la amistad, el matrimonio, la sexualidad, la lealtad...? Estas son las grandes preguntas, y Tolstói, de manera generosa, hace que el lector se las haga.
P. Este libro suyo es como un manifiesto a favor de la ficción. Hace 35 años usted decidió dejar la pintura para dedicarse a escribir. Es como pintar, también.
R. Yo tendría 23 años y le dije a mi familia y a mis amigos que no iba a ser el arquitecto o pintor que todos ellos querían, sino un novelista.
Todos me dijeron que no lo hiciera, que yo no tenía ni idea de la vida. Creo que pensaban que iba a escribir una sola novela.
Pero les dije que existían Borges y Kafka, y que ellos tampoco tenían ni idea de la vida... Las novelas, me parece, son una forma inédita de ver la vida. Solo ahora, después de todo este tiempo, confieso que cuando mi familia me dijo que yo no sabía nada de la vida, tenían razón. En ese momento no sabía nada.
P. Decían que usted vive en un mundo aparte... Pero en su actitud, y en sus novelas, muestra mucho interés por el mundo de los demás. Como si la literatura fuera su espejo ante el paisaje...
R. Estoy de acuerdo en que la novela es un espejo en el paisaje. Sin embargo, la espina dorsal de la novela está basada en una característica humana, algo que solo tiene humanidad. Y es la compasión hacia los demás. La necesidad de entender a los demás
. Eso es lo que nos hace humanos y solamente existe en nosotros. Creo que una novela funciona cuando muestra el mundo desde el punto de vista del personaje. Entendemos cómo se siente Ana Karenina en el tren. Está confusa, se siente melancólica mientras ve cómo nieva al otro lado de la ventana. Esa nieve no está allí porque sí. Es una observación psicológica del personaje.
La novela funciona cuando el novelista se pone en la piel de los personajes, ya sean estos del sexo contrario o pertenecientes a otra época histórica, cultural... Para mí la novela es la manera que tengo de aproximarme a las personas más pobres de Turquía.
Hacer esto, ponerse en la piel de los demás, no es solo un ejercicio respetable sino ético. La humanidad se basa en eso, en la compasión, en entender a los demás.
P. Pero este libro también trata del paso del tiempo, cómo lo detiene la literatura...
R. Los escritores tenemos miles de cosas que contar en una novela. Y esas cosas se parecen a los átomos.
El tiempo en la novela es lo que une todas esas cosas. En ese sentido, los momentos en una novela son como las imágenes de una película. No hay historia sin tiempo.
P. Esa conexión del tiempo y la novela está en El museo de la inocencia porque habla del amor y para el amor no existe el tiempo...
R. En El museo de la inocencia hay ocho objetos que personifican el tiempo.
Es como si el escritor estuviera pensando en unos objetos que más tarde se exhibirían en un museo. Lo escribí así. Sabía de antemano qué objetos iba a utilizar. Cada objeto que guardamos está ligado a un tiempo, a un momento, y si los colocáramos en fila podríamos ver nuestra biografía, nuestra vida.
P. Menciona usted a Proust haciéndose una pregunta que le haría ahora a usted: ¿es usted Pamuk?
R. Me lo pregunté a veces, cuando me preguntaban si yo era el protagonista de ese libro de ficción: ¿soy Pamuk?
Es ficción. Pero sí, yo soy Pamuk, pero no lo tengo en mente al escribir.
No escribo pensando: voy a escribir una novela a lo Pamuk. Para mí, la mejor forma de ser novelista es olvidarse de uno mismo. Tampoco pienso en un estilo al escribir, aunque inevitablemente eso surja de manera natural. Cuando escribo sobre alguien que no es como yo, me esfuerzo en ser otro, en ser el personaje. Lo interesante es escribir sobre los demás, desde su punto de vista y escribir sobre uno como si fuese otro. Volviendo a la pregunta de si soy Pamuk... La respuesta es sí y no.
P. ¿Y eso?
R. Coincido con Schiller en que existen algunos escritores que escriben como si Dios les estuviera dictando las palabras. Existen escritores que son un mero vehículo.
Simplemente escriben, sin preocuparse de lo ético, lo estético, ni de los poderes comunicativos de sus textos... Hay muchos escritores que son así. Pero también existen escritores como yo.
P. ¿Y usted cómo es, en ese sentido?
R. Yo soy como aquellos a los que nos preocupa si el texto está bien, si es creíble, si tiene calidad, si es demasiado político, si hay demasiados detalles... Los escritores como yo son demasiado conscientes de sí mismos. Creo que no es bueno tener demasiada consciencia ni demasiada candidez. Un escritor debería ser ambas cosas. Por un lado debería dejarse llevar y por otro debería de controlar. Es como un conductor que debe saber las reglas de conducción pero también olvidarlas.
P. En el epílogo de su libro usted menciona el miedo que tuvo al presentarse a dar esas conferencias en Harvard...
R. Debo decir que me acogieron muy bien los profesores y académicos. Mis prejuicios sobre ese mundo académico convencional se desvanecieron por completo. Estando allí me dijeron que la esposa de Calvino acusó a Harvard de la muerte de su esposo. Según ella, Calvino murió de un ataque al corazón debido al estrés que le producía tener que ir a Harvard a dar unas conferencias. Pero yo sobreviví. Pero sí, estaba nervioso.
P. ¿Se conoce mejor después de haber escrito ese libro?
R. Sí. Lo más importante que aprendí fue que es mucho más placentero escribir una novela que escribir un libro teórico.
P. El libro también versa sobre la edad. Llama la atención las veces que dice usted que lleva 35 años escribiendo novelas...
R. Me acuerdo perfectamente del momento en que quise ser escritor.
Fue una tarde de marzo o abril, en la primavera de 1973. Agarré un papel y un bolígrafo y me puse a escribir. Así fue. Recuerdo haber leído El extranjero, de Camus, y a pesar de que no influyó en mi escritura pensé que me iba a ayudar a ser escritor...
P. Sorprende la cantidad de escritores en español que menciona entre los que forman parte de sus lecturas... Cortázar, Vargas Llosa, Cabrera Infante...
R. Sí, y debería haber mencionado a Juan Goytisolo. Su manera de escribir y mezclar cosas es parecida a la mía. Sus imágenes son distintas, pero me siento cercano a él.
P. ¿En qué idioma los ha leído?
R. Hablo inglés y leo en inglés. A Borges lo empecé leyendo en inglés. Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Cabrera Infante, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Javier Marías... Todos estos escritores los he leído en inglés. El boom latinoamericano me inspiró. Creía que si ellos lo habían conseguido, los turcos también teníamos una posibilidad.
P. Ha escrito usted un libro muy entusiasta sobre la novela en un momento en que algunos vaticinan que los días de la ficción están contados...
R. Estadísticamente o sociológicamente hablando, el arte de la novela no está en vías de extinción. Al contrario.
Tengo un amigo editor en Shanghái que dice que parece que las novelas estén cayendo del cielo. Allí todos están escribiendo, tengan o no libertad de expresión. Y eso pasa en muchos lugares del mundo. En los últimos cincuenta años, todo aquel que ha demostrado interés en la literatura y quiere expresarse lo está haciendo mediante la novela.
P. En su libro hace una comparación entre Ana Karenina y Don Quijote. Dice que la primera está llena de vida, mientras que el personaje de Cervantes está lleno de ficción.
R. Don Quijote se parece a Madame Bovary en el sentido en el que el protagonista se deja llevar por los libros que lee y por las leyendas que escucha. Admiro a Don Quijote, pero no creo que sea una novela tal y como lo interpretamos hoy día. La interpretación de la novela nace en los años 1830 o 1840 y empieza con Dickens, Balzac... Solo existen dos textos excepcionales escritos antes de esa época y son La historia de Genji y el Quijote. Son libros que se asemejan a la novela pero no llegan a serlo. Son icónicos, emblemáticos, largos y llenos de aventura y se merecen todo mi respeto, pero para mí no son novelas.
P. ¿No tiene miedo de convertirse en un Don Quijote con tanta novela como tiene ahora en la cabeza?
R. Ja, ja, ja. Soy un buen lector y haber leído todas estas novelas me ha hecho muy feliz. Siento la misma hambre por leer como los que viven alejados del centro del mundo.
Como Borges. Aunque él por lo menos tenía una biblioteca. En Turquía no existían. Así que leí todo lo que caía en mis manos con ansia, con deseo, con cabreo, con fervor.
P. Habla en su libro del orgullo de lector. ¿Qué libro se ha sentido más orgulloso de leer?
R. Cuando leía Ulises había una vocecita que me susurraba al oído y me decía: "Orhan, Orhan, ¡que estás leyendo Ulises! Aunque no lo entiendas, es igual. Sigue leyendo". Es como cuando vas a un museo. Te sientes orgulloso de estar allí. Ese sentimiento de orgullo también se produce al leer novelas literarias. Y ese orgullo nace del respeto.
P. El año próximo cumplirá sesenta años. ¿Le afecta el cambio del tiempo?
R. Sí. Me doy cuenta de que el tren se va acercando a la última estación. Al mismo tiempo, hay tantos libros que quiero escribir, tantas ventanas por las que quiero mirar... ¿Debo estar preocupado? Sí.
P. Al cumplir los setenta, Vargas Llosa me dijo en una entrevista que su lema era seguir caminando...
R. Tengo casi sesenta y sigo trabajando mucho. Me gusta asumir esa carga. Debería descansar, pero sigo siendo muy ambicioso.
Ramitas de Jose Miguel Junco Ezquerra
RAMITAS
Si no te fortaleces y aprendes otro idioma el día menos pensado te vas a sentir muda, reseca y sin consuelo.
Es un deber que imponen las fibras al cerebro: hacer una coraza que filtre las pasiones y no te deje apenas clavada en el asombro sin margen ni reflejos que darle a tus sentires.
Si, no es fácil escribirlo, te sigues mostrando igual de vulnerable, te vas a quedar pronto sin voz y sin mejillas, huyendo atormentada a rincones que acogen los cuerpos inocentes.
El truco está en ser luna de largo recorrido y darle perspectiva al mundo y sus estrellas, mirar desde muy alto y verte confundida y absorta pero verte en esa red que forma tu boca con los ojos.
Aquí no gana siempre, más bien es viceversa, quien lleva las razones tan grandes como puños y ama desesperada y lucha y no se dobla. Es necesario y justo blindarse como un río que solamente a veces se sale de su cauce.
Y luego tener alas precisas y entrenadas para pactar con nubes y sábanas muy limpias que procuren que el sueño cansado resucite.
Si no te fortaleces, en esta selva impropia te vas a quedar siempre pendiendo de un naufragio, pendiendo de una rama de un árbol con su nido. Se sabe con los años: vivir es una ciencia.
Si no te fortaleces y aprendes otro idioma el día menos pensado te vas a sentir muda, reseca y sin consuelo.
Es un deber que imponen las fibras al cerebro: hacer una coraza que filtre las pasiones y no te deje apenas clavada en el asombro sin margen ni reflejos que darle a tus sentires.
Si, no es fácil escribirlo, te sigues mostrando igual de vulnerable, te vas a quedar pronto sin voz y sin mejillas, huyendo atormentada a rincones que acogen los cuerpos inocentes.
El truco está en ser luna de largo recorrido y darle perspectiva al mundo y sus estrellas, mirar desde muy alto y verte confundida y absorta pero verte en esa red que forma tu boca con los ojos.
Aquí no gana siempre, más bien es viceversa, quien lleva las razones tan grandes como puños y ama desesperada y lucha y no se dobla. Es necesario y justo blindarse como un río que solamente a veces se sale de su cauce.
Y luego tener alas precisas y entrenadas para pactar con nubes y sábanas muy limpias que procuren que el sueño cansado resucite.
Si no te fortaleces, en esta selva impropia te vas a quedar siempre pendiendo de un naufragio, pendiendo de una rama de un árbol con su nido. Se sabe con los años: vivir es una ciencia.
29 dic 2011
El juez levanta el secreto e imputa a Iñaki Urdangarin
El juez José Castro, titular del juzgado de instrucción número 3 de Palma de Mallorca, ha imputado al yerno del Rey, Iñaki Urdangarin, y le citará a declarar el 6 de febrero.
La citación se formaliza, de acuerdo con el fiscal anticorrupción de Baleares, Pedro Horrach, al alzarse el secreto judicial sobre los 2.700 folios de la investigación por supuestas prácticas delictivas en el conglomerado de empresas del Instituto Nóos,un organismo sin ánimo de lucro que impulsó el duque de Palma como presidente.
El magistrado,además, advierte al duque de Palma que le detendrá si finalmente no comparece sin causa justificada. El texto del auto, como por otro lado suele ser habitual en estos procedimientos, deja claro que "de no comparecer ni alegar justa causa que se lo impida, la orden de citación podría convertirse en orden de detención".
El abogado del duque de Palma ha informado que el juzgado le ha enviado por fax el auto a su domicilio de Washington, donde reside con su esposa, la infanta Cristina, desde el verano de 2009.
Pese a ello, tras dos horas de intentos aún no se había podido comunicar el contenido del auto porque la línea comunicaba.
El juez Castro también ha llamado a declarar el día 5 de enero como imputados al socio de Urdangarin, Diego Torres, así como a otros cargos del Instituto Nóos como Ana M. Tejeiro, Marco Antonio Tejeiro, Miguel Tejeiro y Salvador Trinxet.
Los primeros en declarar como imputados en esta causa serán, sin embargo, el exdirector general de Deportes del Gobierno de las Islas Baleares, José Luis Ballester; el exdirector de la Fundación Illesport, Gonzalo Bernal, y el exgerente del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) Juan Carlos Alía, que han sido citados para el 25 de enero.
El TSJIB ha señalado que cabe recurso de reforma contra el auto dictado hoy por Castro ante el propio juzgado, en un plazo de tres días, y de apelación ante la Audiencia de Palma.
En la causa judicial abierta se rastrean indicios de delito de malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y prevaricación, en una pieza separada del caso Palma Arena, en el que está imputado el expresidente balear Jaume Matas (PP) por adjudicaciones ilegales de un macropolideportivo.
El instituto Nóos organizó dos congresos de fomento turístico de la isla a través del deporte por los que cobró 2,3 millones de euros del Gobierno balear. La investigación ha detectado que más de la mitad de ese dinero fue a parar a empresas con ánimo de lucro del propio Urdangarin o de su socio, Diego Torres, imputado en el caso.
La investigación ha descubierto también las mismas prácticas con tres ediciones de los Summit del deporte en la Comunidad Valenciana por las que el Gobierno de Francisco Camps llegó a pagar casi tres millones de euros. Los eventos con ambos Gobiernos del PP se desarrollaron entre 2004 y 2006.
Las empresas de Urdangarin, según la investigación judicial, no pudieron justificar todos los gastos o lo hicieron de manera irregular. Entre las empresas privadas a las que se derivaron fondos logrados por Nóos figura la sociedad Aizoon, propiedad del duque de Palma y la infanta Cristina. Aizoon facturó varios cientos de miles de euros por su apoyo logístico a los eventos en Baleares. El desvío de fondos, según la investigación, lo maquillaban a través de “la contratación de servicios ficticios a sus propias entidades mercantiles o presumiblemente facturados por importe superior al servicio realmente prestado”.
La infanta Cristina y Carlos García Revenga, asesor de la Casa del Rey, formaron parte de la junta directiva de Nóos hasta junio de 2006, en la que dimitieron al igual que Urdangarin. El juez que investiga el caso considera que ni la infanta ni García Revenga pertenecían al círculo cerrado de toma de decisiones, por lo que no está previsto que sean imputados.
Entre 2003 y 2006, Nóos facturó más de 15 millones de euros, según un informe de la Agencia Tributaria incorporado al sumario. Al menos la mitad de los fondos procedía de los contratos con Administraciones públicas y el resto por sus tratos con compañías privadas, que patrocinaban los eventos.
Cerca de medio millón de euros fueron derivados a una sociedad domiciliada en Londres a través de una de las sociedades de la trama llamada De Goes Center for Stakeholder Management, compañía pantalla comprada a un testaferro de un paraíso fiscal por una de las ramas de Nóos, la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social.
Esta entidad altruista fue creada tras dejar Urdangarin la presidencia de Nóos en junio de 2006, a raíz ade que la Casa del Rey descubriera que en el Parlamento balear, la oposición empezaba a preguntar por los contratos sospechosos del Gobierno autónomo con el duque de Palma.
El juez Castro sospecha que Urdangarin y su mano derecha en el Instituto Nóos, Diego Torres, imputado en la causa, “organizaron un entramado societario utilizando un grupo de sociedades mercantiles, a través de las cuales desviaban los fondos públicos y privados [por patrocinios de empresas] que recibía el Instituto Nóos, apoderándose de los mismos”, según consta en el auto judicial que ordenaba los registros de las empresas de la supuesta trama.
La Casa del Rey apartó de las actividades de la familia real a Iñaki Urdangarin por su conducta no ejemplar. A mediados de 2006 un emisario del Rey gestionó en Barcelona el desenganche del duque de Palma de sus negocios privados. Aunque el duque de Palma abandonó la junta directiva de Nóos en junio de 2006, la investigación sospecha que siguió ligado a la red con sus apoderados.
Entre 2004 y 2006, el PSOE de Baleares preguntó en diferentes ocasiones en el Parlamento regional —“de una manera muy moderada, por respeto a la Corona”, reconocen hoy sus dirigentes— sobre las actividades de la empresa de Urdangarin.
El juez Castro considera que con Nóos se buscó en su día la “cobertura de una asociación que formalmente no perseguía ánimo de lucro, una especie de ONG dedicada a proyectos sociales, a los efectos de aparentar la no persecución de fines lucrativos y rodearse del prestigio social derivado de las actuaciones altruistas a las que presuntamente se dedicaba la asociación”.
La relación privada de Urdangarin con el Gobierno de Matas comenzó a finales de 2003 cuando actuó como intermediario en la venta del equipo ciclista Banesto para que luciera la marca Illes Balears por 18 millones de euros en tres años.
A continuación, Urdangarin gestionó para su grupo tres contratos directos por 300.000 euros de 2004. Los investigadores analizan esos contratos al sospechar que fueron ficticios, sin expediente y por trabajos simulados.
La citación se formaliza, de acuerdo con el fiscal anticorrupción de Baleares, Pedro Horrach, al alzarse el secreto judicial sobre los 2.700 folios de la investigación por supuestas prácticas delictivas en el conglomerado de empresas del Instituto Nóos,un organismo sin ánimo de lucro que impulsó el duque de Palma como presidente.
El magistrado,además, advierte al duque de Palma que le detendrá si finalmente no comparece sin causa justificada. El texto del auto, como por otro lado suele ser habitual en estos procedimientos, deja claro que "de no comparecer ni alegar justa causa que se lo impida, la orden de citación podría convertirse en orden de detención".
El abogado del duque de Palma ha informado que el juzgado le ha enviado por fax el auto a su domicilio de Washington, donde reside con su esposa, la infanta Cristina, desde el verano de 2009.
Pese a ello, tras dos horas de intentos aún no se había podido comunicar el contenido del auto porque la línea comunicaba.
El juez Castro también ha llamado a declarar el día 5 de enero como imputados al socio de Urdangarin, Diego Torres, así como a otros cargos del Instituto Nóos como Ana M. Tejeiro, Marco Antonio Tejeiro, Miguel Tejeiro y Salvador Trinxet.
Los primeros en declarar como imputados en esta causa serán, sin embargo, el exdirector general de Deportes del Gobierno de las Islas Baleares, José Luis Ballester; el exdirector de la Fundación Illesport, Gonzalo Bernal, y el exgerente del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) Juan Carlos Alía, que han sido citados para el 25 de enero.
El TSJIB ha señalado que cabe recurso de reforma contra el auto dictado hoy por Castro ante el propio juzgado, en un plazo de tres días, y de apelación ante la Audiencia de Palma.
En la causa judicial abierta se rastrean indicios de delito de malversación de caudales públicos, falsedad documental, fraude a la Administración y prevaricación, en una pieza separada del caso Palma Arena, en el que está imputado el expresidente balear Jaume Matas (PP) por adjudicaciones ilegales de un macropolideportivo.
El instituto Nóos organizó dos congresos de fomento turístico de la isla a través del deporte por los que cobró 2,3 millones de euros del Gobierno balear. La investigación ha detectado que más de la mitad de ese dinero fue a parar a empresas con ánimo de lucro del propio Urdangarin o de su socio, Diego Torres, imputado en el caso.
La investigación ha descubierto también las mismas prácticas con tres ediciones de los Summit del deporte en la Comunidad Valenciana por las que el Gobierno de Francisco Camps llegó a pagar casi tres millones de euros. Los eventos con ambos Gobiernos del PP se desarrollaron entre 2004 y 2006.
Las empresas de Urdangarin, según la investigación judicial, no pudieron justificar todos los gastos o lo hicieron de manera irregular. Entre las empresas privadas a las que se derivaron fondos logrados por Nóos figura la sociedad Aizoon, propiedad del duque de Palma y la infanta Cristina. Aizoon facturó varios cientos de miles de euros por su apoyo logístico a los eventos en Baleares. El desvío de fondos, según la investigación, lo maquillaban a través de “la contratación de servicios ficticios a sus propias entidades mercantiles o presumiblemente facturados por importe superior al servicio realmente prestado”.
La infanta Cristina y Carlos García Revenga, asesor de la Casa del Rey, formaron parte de la junta directiva de Nóos hasta junio de 2006, en la que dimitieron al igual que Urdangarin. El juez que investiga el caso considera que ni la infanta ni García Revenga pertenecían al círculo cerrado de toma de decisiones, por lo que no está previsto que sean imputados.
Entre 2003 y 2006, Nóos facturó más de 15 millones de euros, según un informe de la Agencia Tributaria incorporado al sumario. Al menos la mitad de los fondos procedía de los contratos con Administraciones públicas y el resto por sus tratos con compañías privadas, que patrocinaban los eventos.
Cerca de medio millón de euros fueron derivados a una sociedad domiciliada en Londres a través de una de las sociedades de la trama llamada De Goes Center for Stakeholder Management, compañía pantalla comprada a un testaferro de un paraíso fiscal por una de las ramas de Nóos, la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social.
Esta entidad altruista fue creada tras dejar Urdangarin la presidencia de Nóos en junio de 2006, a raíz ade que la Casa del Rey descubriera que en el Parlamento balear, la oposición empezaba a preguntar por los contratos sospechosos del Gobierno autónomo con el duque de Palma.
El juez Castro sospecha que Urdangarin y su mano derecha en el Instituto Nóos, Diego Torres, imputado en la causa, “organizaron un entramado societario utilizando un grupo de sociedades mercantiles, a través de las cuales desviaban los fondos públicos y privados [por patrocinios de empresas] que recibía el Instituto Nóos, apoderándose de los mismos”, según consta en el auto judicial que ordenaba los registros de las empresas de la supuesta trama.
La Casa del Rey apartó de las actividades de la familia real a Iñaki Urdangarin por su conducta no ejemplar. A mediados de 2006 un emisario del Rey gestionó en Barcelona el desenganche del duque de Palma de sus negocios privados. Aunque el duque de Palma abandonó la junta directiva de Nóos en junio de 2006, la investigación sospecha que siguió ligado a la red con sus apoderados.
Entre 2004 y 2006, el PSOE de Baleares preguntó en diferentes ocasiones en el Parlamento regional —“de una manera muy moderada, por respeto a la Corona”, reconocen hoy sus dirigentes— sobre las actividades de la empresa de Urdangarin.
El juez Castro considera que con Nóos se buscó en su día la “cobertura de una asociación que formalmente no perseguía ánimo de lucro, una especie de ONG dedicada a proyectos sociales, a los efectos de aparentar la no persecución de fines lucrativos y rodearse del prestigio social derivado de las actuaciones altruistas a las que presuntamente se dedicaba la asociación”.
La relación privada de Urdangarin con el Gobierno de Matas comenzó a finales de 2003 cuando actuó como intermediario en la venta del equipo ciclista Banesto para que luciera la marca Illes Balears por 18 millones de euros en tres años.
A continuación, Urdangarin gestionó para su grupo tres contratos directos por 300.000 euros de 2004. Los investigadores analizan esos contratos al sospechar que fueron ficticios, sin expediente y por trabajos simulados.
Twitter suma David Trueba
Twitter se ha convertido en un accesorio de comunicación útil para los periodistas. Su red detecta los mensajes telegráficos de muchas personas y los socializa a máxima velocidad.
Más aún, después de los problemas que sigue acarreando la privacidad en Facebook, con las fotos familiares de su propio creador, Marc Zuckerberg, esparcidas por la Red. Twitter no es una red de amigos, aunque algunos aún lo crean, sino más bien un latigazo informativo, bastante superficial, pero que cobra eficacia en un territorio donde la inmediatez está sobrevalorada. Algunas cadenas hasta interrumpieron su programación para dar la autoprimicia de que Kiko Rivera Pantoja se separaba de su prometida. Twitter tiene ahora que decidir qué hacer cuando, por ejemplo, el integrismo islámico somalí, lo usa para hacerse su propia publicidad como si fuera una línea de ropa.
No será raro que pronto los atentados se reivindiquen con un tuit y la suma de seguidores ofrezca una idea del apoyo popular.
La posibilidad de enlazar con páginas de contenido, éstas sí enriquecedoras, y dar acceso a informaciones más amplias de publicaciones contrastadas es la más interesante posibilidad del medio, fuera del tráfico superficial.
Desde agencias de noticias a periódicos, todos andan detrás de implantarse en el sistema, de atraer tráfico a sus propios medios.
Mientras, una partida importante de gente aguarda guiños de su estrella, hiperactiva en promoción, o de su futbolista favorito, siempre con mensajes de importancia feroz como: hoy ganamos y sumamos tres puntos, estoy contento.
La compra por parte del príncipe saudí Walid bin Talal de un 3% estratégico de la compañía por 300 millones de dólares (232 millones de euros), apunta también a la relevancia que ha cobrado en Medio Oriente. La lengua árabe es la que más ha crecido en usuarios dentro de esta red en 2011, coincidiendo con su agitada primavera.
Sigue llamando la atención, sin embargo, que periodistas y profesionales de la información contribuyan desinteresadamente al engorde de este entramado, mientras los medios tradicionales se apagan como velas en la corriente de aire.
Twitter ahora está valorada en 8.000 millones de dólares (6.182 millones de euros), gracias a que la comunidad ha decidido que es el mejor canal para colgar sus pequeñas exclusivas.
Más aún, después de los problemas que sigue acarreando la privacidad en Facebook, con las fotos familiares de su propio creador, Marc Zuckerberg, esparcidas por la Red. Twitter no es una red de amigos, aunque algunos aún lo crean, sino más bien un latigazo informativo, bastante superficial, pero que cobra eficacia en un territorio donde la inmediatez está sobrevalorada. Algunas cadenas hasta interrumpieron su programación para dar la autoprimicia de que Kiko Rivera Pantoja se separaba de su prometida. Twitter tiene ahora que decidir qué hacer cuando, por ejemplo, el integrismo islámico somalí, lo usa para hacerse su propia publicidad como si fuera una línea de ropa.
No será raro que pronto los atentados se reivindiquen con un tuit y la suma de seguidores ofrezca una idea del apoyo popular.
Desde agencias de noticias a periódicos, todos andan detrás de implantarse en el sistema, de atraer tráfico a sus propios medios.
Mientras, una partida importante de gente aguarda guiños de su estrella, hiperactiva en promoción, o de su futbolista favorito, siempre con mensajes de importancia feroz como: hoy ganamos y sumamos tres puntos, estoy contento.
La compra por parte del príncipe saudí Walid bin Talal de un 3% estratégico de la compañía por 300 millones de dólares (232 millones de euros), apunta también a la relevancia que ha cobrado en Medio Oriente. La lengua árabe es la que más ha crecido en usuarios dentro de esta red en 2011, coincidiendo con su agitada primavera.
Sigue llamando la atención, sin embargo, que periodistas y profesionales de la información contribuyan desinteresadamente al engorde de este entramado, mientras los medios tradicionales se apagan como velas en la corriente de aire.
Twitter ahora está valorada en 8.000 millones de dólares (6.182 millones de euros), gracias a que la comunidad ha decidido que es el mejor canal para colgar sus pequeñas exclusivas.
Ese todo vale para un Año Nuevo
La manipulación de la superchería
En los días finales de año suelen circular predicciones para el año siguiente, y en este final de 2011 se recrudece el ambiente apocalíptico en un batiburrillo de profecías, conspiraciones y cataclismos. Aunque los medios profesionales parece que han decidido no hincar el diente en lo fácil (sobre todo porque está en juego su credibilidad), Internet es un hervidero y hay mucha gente que está pasando miedo. Antes se decía que el papel aguanta todo lo que le pongan, y ahora hay que decir que Internet, que es un medio de comunicación fantástico, también es un espacio en el que campan libremente todo tipo de supercherías.
Algunas de ellas dicen basarse en documentos que vaya usted a saber si existen, pero tienen apariencia de reales. Otros documentos existen realmente, pero su interpertación puede hacerse de muchas maneras. El catastrofismo atrae mucha atención, y en cierto modo es peligroso porque no todas les mentes están equilibradas, y ante la certeza (infundada, pero certeza) de un futuro inmediato terrible pueden reaccionar muy mal. De hecho, son cada vez más frecuentes los episodios de violencia extrema sin encaje racional posible, basados casi siempre en voces que dictan no sé qué o mensajes de no sé donde que dicen esto o lo otro.
Andan por ahí artículos que dicen, por ejemplo, que una carta escrita por un masón británico del siglo XIX planificaba las tres guerras mundiales de los siglos XX y XXI, o los conspiranoicos ajustes que relacionan hasta simbólicamente los atentados islamistas de Nueva York, Londres y Madrid con un plan que parece de cómic
. Luego siguen en vigor las profecías de Nostradamus (todas interpretadas después del suceso), los Papas de San Malaquías (Benedicto XVI es el último antes de Pedro el Romano), la Gran Pirámide o las estelas mayas, que anuncian el fin del mundo para el 21 de diciembre de 2012 (si hay mucha gente que se lo crea, la venta del Gordo de Navidad va a ser un desastre, porque el sorteo sería un día después). Hay todo tipo de anuncios, se enarbolan hasta las profecías supuestamente científicas, como la de la gran erupción del supervolcán de Yelowstone, que arrasaría el planeta.
Y yo les digo que son ganas de amargarle la vida a la gente, porque ya ha habido días señalados para el final y nunca pasó. Lo que más increíble me parece es que, después del fallo repetido en la predicción de una fecha por parte de una secta religiosa, esta siga teniendo seguidores.
Es cierto que vivimos en un universo en evolución, y que La Tierra y el Sistema Solar son parte de un proceso que apenas entendemos, pero de eso a fijar una fecha del final del planeta va la misma distancia que entre la verdad y la charlatanería. Como siempre, basándome en lo que a mí me parece, estoy en condiciones de asegurar que no habrá fin del mundo en 2012. La verdad es que con esta profecía no me juego el prestigio, porque como esto explote nadie vendrá a reclamarme al día siguiente.
Año 2012
Dicen que va a ser un mal Año, el dinero que inyectó el Banco Europeo los españoles lo emplearon en las primas de sus directivos y en suculentas jubilaciones de los ejecutivos de la Banca, no en liquidez para el ciudadano medio, no,
Y salen brujas videntes pitonisas dando sus recetas, pues como todo está tan mal, no importa que en la copa de Cava o de lo que sea pongamos algo de oro, que mucho protestar y al final terminan poniendo anillos prestados.
La postura es de pie pero apoyados en el derecho, una moneda donde quieran, mejor en un zapato, llevar algo rojo, ya saben, y mirando al cielo pedir entre ese callate que no se oyen las campanadas, preparar confettis, estar alegre por el año que se va, pedir en un papelito deseos varios y quemarlo, luego, besarse y engullir las uvas, si les da tiempo a hacer todo tengan por seguro que por lo menos se divertiran un rato, tb se enfadaran porque no oiran las campanadas, pero total no hace daño a nadie, Ah dejen en la terraza, balcón un plato de agua y sal, o ponganlo debajo de la cama, buscar una ramita de romero, y más cosas, pero eso es mejor tenerlo preparado y muy en el fondo desear Paz a los Hombres de Buena Voluntad, aunque no se comen un rosco, pero eso si pobres pero honrados no como Urdangarín que ni rico ni pobre sino imputado....
Y salen brujas videntes pitonisas dando sus recetas, pues como todo está tan mal, no importa que en la copa de Cava o de lo que sea pongamos algo de oro, que mucho protestar y al final terminan poniendo anillos prestados.
La postura es de pie pero apoyados en el derecho, una moneda donde quieran, mejor en un zapato, llevar algo rojo, ya saben, y mirando al cielo pedir entre ese callate que no se oyen las campanadas, preparar confettis, estar alegre por el año que se va, pedir en un papelito deseos varios y quemarlo, luego, besarse y engullir las uvas, si les da tiempo a hacer todo tengan por seguro que por lo menos se divertiran un rato, tb se enfadaran porque no oiran las campanadas, pero total no hace daño a nadie, Ah dejen en la terraza, balcón un plato de agua y sal, o ponganlo debajo de la cama, buscar una ramita de romero, y más cosas, pero eso es mejor tenerlo preparado y muy en el fondo desear Paz a los Hombres de Buena Voluntad, aunque no se comen un rosco, pero eso si pobres pero honrados no como Urdangarín que ni rico ni pobre sino imputado....
28 dic 2011
El ciclo de la vida en rosa
Por las páginas de Gente pasa mucha gente. Personas que crecen, se casan, tienen hijos, se divorcian, se arruinan y enriquecen, envejecen y, definitivamente, se marchan. Etapas vitales que desfilan, una tras otra, en páginas de papel o electrónicas.
Páginas que este año que se va han estado atestadas de acontecimientos (con las bodas como bandera) que nunca viene mal repasar..
- Nacer...
El año que se va ha sido especialmente fértil en cuanto a nacimientos de famosines del futuro. No tanto por la cantidad (sí, todos los años nacen niños) sino por la calidad del apellido de los flamantes padres. Si enero trajo el blindadísimo nacimiento del pequeño Leo Bardem Cruz (al que no pudimos ver hasta verano), el año escolar comenzó con la cacareada llegada de Harper Seven Beckham.
Con el otoño llegaron dos hijos de la aristocracia política europea: Giulia Bruni Sarkozy, con genes de exmodelo italiana y presidente francés, e Iván Rosa Sáenz de Santamaría, el niño con la madre más poderosa de España. Año rico en nacimientos políticos y también taurinos: en 2011 han sido padres el Juli, José Tomás, José María Manzanares, Morante de la Puebla o Víctor Puerto. O
tros niños han venido a pares: los gemelos de los príncipes de Dinamarca y los de Mariah Carey, a quienes bautizó con nombres cuanto menos estrambóticos: Moroccan y Monroe
. Más tradicionales son los nombres de los mellizos de Miguel Bosé, de cuyo nacimiento se supo a finales de abril: Diego y Tadeo.
- Crecer y casarse...
El año que Diana habría cumplido 50 años, sus hijos se han hecho mayores.
Su primogénito Guillermo ha protagonizado uno de los grandes momentos de 2011, la boda del año y una (de tantas) de las del siglo.
El ya duque de Cambridge ha hecho surgir a una estrella, su esposa Catalina, protagonista de toda fiesta, viaje y gala benéfica, que ha creado a su vez un satélite casi igual de brillante: su hermana, Pippa Middleton.
Si el beso en el balcón de Buckingham fue la guinda del mejor año de la monarquía británica (que para rematar la jugada también celebró la boda de Zara Phillips, nieta mayor de la reina Isabel, tres meses después), las lágrimas de Charlene Wittstock en su boda con Alberto de Mónaco fueron la contrapartida. Una boda más cercana a la falsa pompa de Disneylandia que a la vida real.
Nada que ver con las dos uniones más alegres y sorprendentes (aunque esperadas) del año, la de dos mujeres diferentes entre sí aunque igual de independientes y creadoras de tendencias: Kate Moss y Cayetana de Alba. Sus divertidas bodas, en versión roquera y flamenca, levantaron expectación, críticas y alabanzas.
Otras dos neoprincesas que también se han casado este año han sido Petra Ecclestone y Kim Kardashian, en dos enlaces excesivos y millonarios.
A la segunda ya le ha dado tiempo hasta a separarse (y a venderlo todo, claro). Dos también han sido los matrimonios sorpresa: el de Paul McCartney y Nancy Shevell y el de dos grandes de la pantalla, Daniel Craig y Rachel Weisz.
- (Y separarse)
Tras las fiestas, los disgustos. 2011 también ha sido año de divorcios. Entre los más sonados, el de Demi Moore y Ashton Kutcher, íntegramente retransmitido vía Twitter, o el de las dos grandes estrellas latinas de EE UU, Jennifer López y Marc Anthony, que ya no compartirán vida, pero sí negocios.
Menos esperado era el de Maria Shriver y Arnold Schwarzenegger: un hijo secreto del actor con una de sus empleadas de hogar acabó con un cuarto de siglo de romance demócrata-republicano. Ya en España, David Bisbal y Elena Tablada también rompieron su relación, y los últimos en anunciar el adiós han sido Fernando Alonso y Raquel del Rosario.
No estaban casados, pero ha habido rupturas de noviazgos para recordar. Compuestos y sin novio se han quedado Elisabetta Canalis en junio (Clooney tenía nueva novia en menos de tres meses) y Sean Penn y Scarlett Johansson, cuyo fugaz romance apenas duró lo que la primavera.
- Reproducirse...
Aunque algunas parejas sí sobreviven. Pronto llegará al mundo uno de los bebés más esperados, el hijo de Beyoncé y Jay-Z. La cantante mostró barriguita con un momentazo diva en una gala de premios, y ahora la luce siempre que puede. Otra a la espera es Victoria de Suecia, que en marzo dará a luz al heredero de la heredera de la corona nórdica. Jennifer Garner, Hillary Duff, Jessica Simpson o Paloma Cuevas también serán madres en 2012.
- Y alguna mala noticia
No es momento para ponerse tristes con despedidas (como las de Elizabeth Taylor, que falleció en marzo, o la de Amy Winehouse, en julio) para dar cuenta del cierre de ciclo vital. Pueden valer los muchos escándalos de este año, que sirven para hundir (o al menos para dejar tocada) la carrera de cualquiera: desde yernos de reyes como Iñaki Urdangarin a políticos mundiales como Strauss-Kahn, de familias y magnates hipermillonarios como Lilliane Bettencourt o Rupert Murdoch a dioses del Olimpo de la moda como John Galliano o toreros como José Ortega Cano. Caídos o ungidos, henchidos de felicidad o en los momentos duros, son gente que seguirá llenando las páginas de Gente.
Páginas que este año que se va han estado atestadas de acontecimientos (con las bodas como bandera) que nunca viene mal repasar..
El año que se va ha sido especialmente fértil en cuanto a nacimientos de famosines del futuro. No tanto por la cantidad (sí, todos los años nacen niños) sino por la calidad del apellido de los flamantes padres. Si enero trajo el blindadísimo nacimiento del pequeño Leo Bardem Cruz (al que no pudimos ver hasta verano), el año escolar comenzó con la cacareada llegada de Harper Seven Beckham.
Con el otoño llegaron dos hijos de la aristocracia política europea: Giulia Bruni Sarkozy, con genes de exmodelo italiana y presidente francés, e Iván Rosa Sáenz de Santamaría, el niño con la madre más poderosa de España. Año rico en nacimientos políticos y también taurinos: en 2011 han sido padres el Juli, José Tomás, José María Manzanares, Morante de la Puebla o Víctor Puerto. O
tros niños han venido a pares: los gemelos de los príncipes de Dinamarca y los de Mariah Carey, a quienes bautizó con nombres cuanto menos estrambóticos: Moroccan y Monroe
. Más tradicionales son los nombres de los mellizos de Miguel Bosé, de cuyo nacimiento se supo a finales de abril: Diego y Tadeo.
- Crecer y casarse...
El año que Diana habría cumplido 50 años, sus hijos se han hecho mayores.
Su primogénito Guillermo ha protagonizado uno de los grandes momentos de 2011, la boda del año y una (de tantas) de las del siglo.
El ya duque de Cambridge ha hecho surgir a una estrella, su esposa Catalina, protagonista de toda fiesta, viaje y gala benéfica, que ha creado a su vez un satélite casi igual de brillante: su hermana, Pippa Middleton.
Si el beso en el balcón de Buckingham fue la guinda del mejor año de la monarquía británica (que para rematar la jugada también celebró la boda de Zara Phillips, nieta mayor de la reina Isabel, tres meses después), las lágrimas de Charlene Wittstock en su boda con Alberto de Mónaco fueron la contrapartida. Una boda más cercana a la falsa pompa de Disneylandia que a la vida real.
Nada que ver con las dos uniones más alegres y sorprendentes (aunque esperadas) del año, la de dos mujeres diferentes entre sí aunque igual de independientes y creadoras de tendencias: Kate Moss y Cayetana de Alba. Sus divertidas bodas, en versión roquera y flamenca, levantaron expectación, críticas y alabanzas.
Otras dos neoprincesas que también se han casado este año han sido Petra Ecclestone y Kim Kardashian, en dos enlaces excesivos y millonarios.
A la segunda ya le ha dado tiempo hasta a separarse (y a venderlo todo, claro). Dos también han sido los matrimonios sorpresa: el de Paul McCartney y Nancy Shevell y el de dos grandes de la pantalla, Daniel Craig y Rachel Weisz.
- (Y separarse)
Tras las fiestas, los disgustos. 2011 también ha sido año de divorcios. Entre los más sonados, el de Demi Moore y Ashton Kutcher, íntegramente retransmitido vía Twitter, o el de las dos grandes estrellas latinas de EE UU, Jennifer López y Marc Anthony, que ya no compartirán vida, pero sí negocios.
Menos esperado era el de Maria Shriver y Arnold Schwarzenegger: un hijo secreto del actor con una de sus empleadas de hogar acabó con un cuarto de siglo de romance demócrata-republicano. Ya en España, David Bisbal y Elena Tablada también rompieron su relación, y los últimos en anunciar el adiós han sido Fernando Alonso y Raquel del Rosario.
No estaban casados, pero ha habido rupturas de noviazgos para recordar. Compuestos y sin novio se han quedado Elisabetta Canalis en junio (Clooney tenía nueva novia en menos de tres meses) y Sean Penn y Scarlett Johansson, cuyo fugaz romance apenas duró lo que la primavera.
- Reproducirse...
Aunque algunas parejas sí sobreviven. Pronto llegará al mundo uno de los bebés más esperados, el hijo de Beyoncé y Jay-Z. La cantante mostró barriguita con un momentazo diva en una gala de premios, y ahora la luce siempre que puede. Otra a la espera es Victoria de Suecia, que en marzo dará a luz al heredero de la heredera de la corona nórdica. Jennifer Garner, Hillary Duff, Jessica Simpson o Paloma Cuevas también serán madres en 2012.
- Y alguna mala noticia
No es momento para ponerse tristes con despedidas (como las de Elizabeth Taylor, que falleció en marzo, o la de Amy Winehouse, en julio) para dar cuenta del cierre de ciclo vital. Pueden valer los muchos escándalos de este año, que sirven para hundir (o al menos para dejar tocada) la carrera de cualquiera: desde yernos de reyes como Iñaki Urdangarin a políticos mundiales como Strauss-Kahn, de familias y magnates hipermillonarios como Lilliane Bettencourt o Rupert Murdoch a dioses del Olimpo de la moda como John Galliano o toreros como José Ortega Cano. Caídos o ungidos, henchidos de felicidad o en los momentos duros, son gente que seguirá llenando las páginas de Gente.
"Nadie nos dijo la verdad"
Emy Mignone pasó por el quirófano para aumentarse y elevarse el pecho en 2006.
Diez meses antes había dado a luz a su hijo y tenía cierto complejo de que el pecho se le había quedado flácido
. Esta mujer de 40 años y origen italiano cuenta que acudió a una de las clínicas más famosas de Valencia a operarse.
Pagó más de 6.000 euros por la intervención y las prótesis de silicona, las PIP, fabricadas por la compañía francesa Poly Implant Prothese.
"Me dijeron que eran de las mejores del mercado", asegura.
Poco después de la operación empezó a encontrarse mal. Tenía fiebre, dolor en el pecho y en los brazos. "Un dolor que llegaba a la espalda", relata. Acudió entonces al cirujano que la operó y le dio medicación para el dolor. La estuvo tomando más de cuatro años
. En enero de 2011, en la ducha, se descubrió un bulto en el pecho. Acudió al médico de cabecera, que le mandó pruebas y ecografías.
Estas revelaron que una de las prótesis estaba rota. Debía quitárselas de inmediato.
Mignone es una de las entre 8.000 y 12.000 mujeres que, según la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (Secpre) llevan prótesis mamarias PIP. Aunque el Ministerio de Sanidad asegura que es complicado dar una cifra. Los implantes se retiraron del mercado en mayo de 2010 tras una alerta sanitaria de Francia que informaba de que algunos de ellos se habían fabricado con gel de silicona industrial, no apto y diez veces más barato que el que el fabricante había declarado. Las prótesis, informó Sanidad en ese momento, podían romperse.
Ahora, más de un año después, Francia ha pedido a todas las mujeres portadoras de las PIP que vuelvan al quirófano para quitárselas. Mientras, en España las autoridades solo recomiendan revisiones constantes
. Una medida que las mujeres afectadas tildan de ridícula.
"Las autoridades que permitieron la venta de los implantes defectuosos deberían responder ahora legal y económicamente por el daño causado", reclama Eva Giménez.
Por eso, esta valenciana de 37 años -que tuvo que extirparse las prótesis PIP hace un año- y otras mujeres a quienes los implantes no han cesado de causarles problemas han creado una asociación para emprender acciones legales contra los responsables que les intervinieron con las fraudulentas PIP. "Desde el sistema de vigilancia sanitaria hasta los cirujanos. Todos deben responder", dice Giménez.
"Yo no me operé en un trastero, sino en una clínica de supuesto prestigio y ahora lo estoy pagando con mi salud", denuncia. Giménez se aumentó el pecho en 2007. Unos 15 días después empezó un calvario de dolores, infecciones y secuelas que aún dura hoy. En noviembre de 2010 el mismo cirujano que le había implantado las prótesis tuvo que extraerse las de urgencia. "Me dijo que llevaban rotas ocho meses. Pero hasta entonces, a pesar de que había ido mil veces a verle, nunca mencionó la alerta sanitaria vigente sobre las roturas", critica. Además, explica, tuvo que afrontar el coste de la nueva operación.
A pesar de esto, el sistema inmunológico de Giménez había quedado tan afectado por las prótesis PIP que su cuerpo rechazó las segundas que le pusieron.
Y también tuvo que quitárselas. Hasta hace unos meses, más recuperada pero afectada psicológicamente, no pudo volver a reconstruirse el pecho. Esta última vez pasó por el quirófano de Jaume Serra, cirujano plástico miembro de la Secpre y una de las voces más críticas con la actuación de Sanidad en este escándalo.
Serra alertó a las autoridades a principios del año pasado de que las prótesis de Poly Implant Prothese estaban dando muchos problemas de rotura. Informó varias veces por escrito tanto a la consejería de Sanidad de Valencia -donde ejerce- como al Ministerio.
"Nadie hace nada. Tampoco hay notificaciones en el sistema de alerta de problemas con las PIP, algo rarísimo, porque los casos se están produciendo", dice. Serra critica que Sanidad no tomase medidas entonces.
También que solo después de recibir la alerta francesa enviase una recomendación a las mujeres de que se revisaran. "Una recomendación, además, que muchas desconocen incluso hoy. Porque sus cirujanos no la han notificado", dice.
Lola G. G., otra de las afectadas, se siente desprotegida. Esta asesora fiscal y financiera en paro pasó por el quirófano en octubre para que le retiraran las prótesis PIP que se había puesto en 2001.
Se operó por un complejo que no le dejaba ser extrovertida y terminó con problemas de salud que le han causado infecciones y quistes. "He pasado por un calvario. Si el sistema de control y notificación hubiera funcionado como debería nos hubiéramos evitado años de sufrimiento.
Decían que todo funcionaba bien y estábamos destrozadas por dentro. Alguien debe responder por ello".
Diez meses antes había dado a luz a su hijo y tenía cierto complejo de que el pecho se le había quedado flácido
. Esta mujer de 40 años y origen italiano cuenta que acudió a una de las clínicas más famosas de Valencia a operarse.
Pagó más de 6.000 euros por la intervención y las prótesis de silicona, las PIP, fabricadas por la compañía francesa Poly Implant Prothese.
"Me dijeron que eran de las mejores del mercado", asegura.
Poco después de la operación empezó a encontrarse mal. Tenía fiebre, dolor en el pecho y en los brazos. "Un dolor que llegaba a la espalda", relata. Acudió entonces al cirujano que la operó y le dio medicación para el dolor. La estuvo tomando más de cuatro años
. En enero de 2011, en la ducha, se descubrió un bulto en el pecho. Acudió al médico de cabecera, que le mandó pruebas y ecografías.
Estas revelaron que una de las prótesis estaba rota. Debía quitárselas de inmediato.
Mignone es una de las entre 8.000 y 12.000 mujeres que, según la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (Secpre) llevan prótesis mamarias PIP. Aunque el Ministerio de Sanidad asegura que es complicado dar una cifra. Los implantes se retiraron del mercado en mayo de 2010 tras una alerta sanitaria de Francia que informaba de que algunos de ellos se habían fabricado con gel de silicona industrial, no apto y diez veces más barato que el que el fabricante había declarado. Las prótesis, informó Sanidad en ese momento, podían romperse.
Ahora, más de un año después, Francia ha pedido a todas las mujeres portadoras de las PIP que vuelvan al quirófano para quitárselas. Mientras, en España las autoridades solo recomiendan revisiones constantes
. Una medida que las mujeres afectadas tildan de ridícula.
"Las autoridades que permitieron la venta de los implantes defectuosos deberían responder ahora legal y económicamente por el daño causado", reclama Eva Giménez.
Por eso, esta valenciana de 37 años -que tuvo que extirparse las prótesis PIP hace un año- y otras mujeres a quienes los implantes no han cesado de causarles problemas han creado una asociación para emprender acciones legales contra los responsables que les intervinieron con las fraudulentas PIP. "Desde el sistema de vigilancia sanitaria hasta los cirujanos. Todos deben responder", dice Giménez.
"Yo no me operé en un trastero, sino en una clínica de supuesto prestigio y ahora lo estoy pagando con mi salud", denuncia. Giménez se aumentó el pecho en 2007. Unos 15 días después empezó un calvario de dolores, infecciones y secuelas que aún dura hoy. En noviembre de 2010 el mismo cirujano que le había implantado las prótesis tuvo que extraerse las de urgencia. "Me dijo que llevaban rotas ocho meses. Pero hasta entonces, a pesar de que había ido mil veces a verle, nunca mencionó la alerta sanitaria vigente sobre las roturas", critica. Además, explica, tuvo que afrontar el coste de la nueva operación.
A pesar de esto, el sistema inmunológico de Giménez había quedado tan afectado por las prótesis PIP que su cuerpo rechazó las segundas que le pusieron.
Y también tuvo que quitárselas. Hasta hace unos meses, más recuperada pero afectada psicológicamente, no pudo volver a reconstruirse el pecho. Esta última vez pasó por el quirófano de Jaume Serra, cirujano plástico miembro de la Secpre y una de las voces más críticas con la actuación de Sanidad en este escándalo.
Serra alertó a las autoridades a principios del año pasado de que las prótesis de Poly Implant Prothese estaban dando muchos problemas de rotura. Informó varias veces por escrito tanto a la consejería de Sanidad de Valencia -donde ejerce- como al Ministerio.
"Nadie hace nada. Tampoco hay notificaciones en el sistema de alerta de problemas con las PIP, algo rarísimo, porque los casos se están produciendo", dice. Serra critica que Sanidad no tomase medidas entonces.
También que solo después de recibir la alerta francesa enviase una recomendación a las mujeres de que se revisaran. "Una recomendación, además, que muchas desconocen incluso hoy. Porque sus cirujanos no la han notificado", dice.
Lola G. G., otra de las afectadas, se siente desprotegida. Esta asesora fiscal y financiera en paro pasó por el quirófano en octubre para que le retiraran las prótesis PIP que se había puesto en 2001.
Se operó por un complejo que no le dejaba ser extrovertida y terminó con problemas de salud que le han causado infecciones y quistes. "He pasado por un calvario. Si el sistema de control y notificación hubiera funcionado como debería nos hubiéramos evitado años de sufrimiento.
Decían que todo funcionaba bien y estábamos destrozadas por dentro. Alguien debe responder por ello".
La 84 edición de los Oscar celebra "los filmes que están en todos nosotros"
Se ve al gladiador Russel Crowe dándose la vuelta y al atónito Forrest Gump interpretado por Tom Hanks sentado en su querido banco.
El padrino Marlon Brando aparece arriba del todo, mientras que abajo a la derecha Humphrey Bogart e Ingrid Bergman se despiden hacia el final de Casablanca.
Son estas algunas de las imágenes que la Academia de Cine de Hollywood ha escogido para el cartel que ha hecho público hoy de la 84 edición de la ceremonia de entrega de los Oscar, que tendrá lugar el año próximo.
"Celebra los filmes queestán en todos nosotros", reza el poster, que a la derecha luce una gran estatuilla dorada. En efecto, Lo que el viento se llevó, Casablanca, Gigante, Sonrisas y lágrimas, El padrino, Paseando a Miss Daisy, Forrest Gump y Gladiador (los ocho largometrajes seleccionados) forman parte del bagaje cinematográfico de muchos. De hecho, todas excepto Gigante recibieron el Oscar a la mejor película.
El filme de George Stevens se consoló sin embargo con la estatuilla al mejor director.
El padrino Marlon Brando aparece arriba del todo, mientras que abajo a la derecha Humphrey Bogart e Ingrid Bergman se despiden hacia el final de Casablanca.
Son estas algunas de las imágenes que la Academia de Cine de Hollywood ha escogido para el cartel que ha hecho público hoy de la 84 edición de la ceremonia de entrega de los Oscar, que tendrá lugar el año próximo.
El filme de George Stevens se consoló sin embargo con la estatuilla al mejor director.
El corazón del samurái Carlos Boyero
No creo haber visto ninguna de las siete películas anteriores del director danés Nicolas Winding Refn, aunque algunas se han exhibido en las secciones paralelas de los festivales de cine.
O sea, son algo que debo recuperar después de haber degustado su sólido talento en esta estilizada, dura, extraña, amarga, verdaderamente lírica Drive, una de las sorpresas más perturbadoras del año.
Todavía no he leído la novela de James Sallis que adapta Drive.
Pero es presumible que el guionista Hossein Amini y, sobre todo, el director Nicolas Winding Refn han disfrutado más de una vez con un tipo de héroe que sublima Raíces profundas (no lo puedo evitar, siempre me pongo tierno recordando el inútil y conmovedor grito de aquel niño rubio: "Shane, no te vayas, mamá te quiere") y que tiene gloriosa continuidad, aunque estos no tengan niño al que proteger, en los protagonistas de El silencio de un hombre, que tal vez sea lo más perfecto y misterioso que rodó Melville, y en Driver, la formidable segunda película de Walter Hill, aquel inolvidable director cuyo genio se lo llevó el viento o el excesivo éxito.
Melville afirmaba al comienzo de El silencio de un hombre, y extraído de ¿los Libros de los vedas?, que no existía soledad más terrible que la del samurái, salvo, tal vez, la del tigre en la selva.
Del hermético protagonista de Drive sabemos poco al principio y no mucho más al final. Vive solo en Echo Park, un barrio deprimido de Los Ángeles.
Trabaja de mecánico en un garaje desde hace cinco años. El dueño del taller, individuo aún más patético que turbio, es la única relación subterráneamente afectiva que practica.
Esa tapadera profesional y su trabajo como conductor especialista en películas caras le sirven para disfrazar su auténtica vocación, que es conducir para bandas de atracadores.
Quienes le emplean deben respetar sus códigos: no repite encargos, nadie debe preguntarle por su identidad y solo espera durante cinco minutos a los que le han contratado.
Es duro sin aspavientos, hace de su trabajo un ritual, tiene lo que hay que tener.
Los verdaderos y trágicos problemas empezarán cuando este aparente bloque de hielo, el hombre que no necesita a nadie, deje fluir el sentimiento hacia una vecina casada y el hijo de esta, inocentes, acorralados y temblorosos.
Nicolas Winding Refn recupera la narrativa y el estilo visual del mejor cine norteamericano de los ochenta para contar una historia violenta y triste, tensa y sentimental, sugerente y compleja, deudora argumentalmente de una temática explotada una y otra vez pero con personalidad propia.
A pesar de que tiene algún momento luminoso y exaltante, es una película que al recordarla la asocio caprichosamente a la noche, a una sombría geografía emocional, a un tono desesperanzado acompañando a gente que no puede esquivar su dramático destino.
Hay que tener mucha clase para que nunca puedas dejar de mirar (oírle es secundario, ya que habla lo mínimo o lo justo) a un tipo que juega casi permanentemente con un palillo en su boca y ataviado con una chupa que lleva dibujado un enorme, amarillo y simbólico escorpión. Ryan Gosling, uno de los mejores actores jóvenes del cine norteamericano, posee ese magnetismo. Inspira tanto miedo como piedad.
Carey Mulligan es tan buena y camaleónica actriz que alguien me tiene que revelar al final que es la misma actriz de An education, Wall Street 2 y Shame, la mujer que me enamora en esta última cuando canta New York, New York.
Los amantes de las grandes series actuales de televisión están de suerte. Aparece el excelente Bryan Cranston, el químico canceroso de Breaking bad, y también Cristina Hendricks, la pelirroja y maravillosa secretaria de Mad men.
El único reproche que podemos hacerle un amigo y yo al director de Drive es que haya despojado a Cristina Hendricks de faldas y le haya colocado unos vaqueros. Eso no se hace con mujer tan sensual.
O sea, son algo que debo recuperar después de haber degustado su sólido talento en esta estilizada, dura, extraña, amarga, verdaderamente lírica Drive, una de las sorpresas más perturbadoras del año.
Al recordarla la asocio a la noche, a una sombría geografía emocional
Pero es presumible que el guionista Hossein Amini y, sobre todo, el director Nicolas Winding Refn han disfrutado más de una vez con un tipo de héroe que sublima Raíces profundas (no lo puedo evitar, siempre me pongo tierno recordando el inútil y conmovedor grito de aquel niño rubio: "Shane, no te vayas, mamá te quiere") y que tiene gloriosa continuidad, aunque estos no tengan niño al que proteger, en los protagonistas de El silencio de un hombre, que tal vez sea lo más perfecto y misterioso que rodó Melville, y en Driver, la formidable segunda película de Walter Hill, aquel inolvidable director cuyo genio se lo llevó el viento o el excesivo éxito.
Melville afirmaba al comienzo de El silencio de un hombre, y extraído de ¿los Libros de los vedas?, que no existía soledad más terrible que la del samurái, salvo, tal vez, la del tigre en la selva.
Del hermético protagonista de Drive sabemos poco al principio y no mucho más al final. Vive solo en Echo Park, un barrio deprimido de Los Ángeles.
Trabaja de mecánico en un garaje desde hace cinco años. El dueño del taller, individuo aún más patético que turbio, es la única relación subterráneamente afectiva que practica.
Esa tapadera profesional y su trabajo como conductor especialista en películas caras le sirven para disfrazar su auténtica vocación, que es conducir para bandas de atracadores.
Quienes le emplean deben respetar sus códigos: no repite encargos, nadie debe preguntarle por su identidad y solo espera durante cinco minutos a los que le han contratado.
Es duro sin aspavientos, hace de su trabajo un ritual, tiene lo que hay que tener.
Los verdaderos y trágicos problemas empezarán cuando este aparente bloque de hielo, el hombre que no necesita a nadie, deje fluir el sentimiento hacia una vecina casada y el hijo de esta, inocentes, acorralados y temblorosos.
Nicolas Winding Refn recupera la narrativa y el estilo visual del mejor cine norteamericano de los ochenta para contar una historia violenta y triste, tensa y sentimental, sugerente y compleja, deudora argumentalmente de una temática explotada una y otra vez pero con personalidad propia.
A pesar de que tiene algún momento luminoso y exaltante, es una película que al recordarla la asocio caprichosamente a la noche, a una sombría geografía emocional, a un tono desesperanzado acompañando a gente que no puede esquivar su dramático destino.
Hay que tener mucha clase para que nunca puedas dejar de mirar (oírle es secundario, ya que habla lo mínimo o lo justo) a un tipo que juega casi permanentemente con un palillo en su boca y ataviado con una chupa que lleva dibujado un enorme, amarillo y simbólico escorpión. Ryan Gosling, uno de los mejores actores jóvenes del cine norteamericano, posee ese magnetismo. Inspira tanto miedo como piedad.
Carey Mulligan es tan buena y camaleónica actriz que alguien me tiene que revelar al final que es la misma actriz de An education, Wall Street 2 y Shame, la mujer que me enamora en esta última cuando canta New York, New York.
Los amantes de las grandes series actuales de televisión están de suerte. Aparece el excelente Bryan Cranston, el químico canceroso de Breaking bad, y también Cristina Hendricks, la pelirroja y maravillosa secretaria de Mad men.
El único reproche que podemos hacerle un amigo y yo al director de Drive es que haya despojado a Cristina Hendricks de faldas y le haya colocado unos vaqueros. Eso no se hace con mujer tan sensual.
27 dic 2011
Menos es menos David Trueba
Durante un foro reciente organizado por la Asociación de Periodistas Europeos, Mauricio Carlotti, máximo ejecutivo de Antena 3, respondió que no consideraba un empobrecimiento de la pluralidad televisiva española la deriva hacia las fusiones entre canales.
Nos vamos a encargar de mantener la pluralidad, ya que ofreceremos muchos canales y muy variados, añadió. Por más que la respuesta quiera ser tranquilizadora, la absorción de La Sexta por Antena 3, tras la ya deglutida de Cuatro por parte de Telecinco, deja un panorama sombrío. No es lo mismo la multioferta que el pluralismo.
Como no es la librería ideal una en la que haya muchos libros y de variada temática pero de un solo autor
El diagnóstico más doloroso confirma que las últimas concesiones televisivas no fueron capaces de rentabilizar el negocio. La crisis también ha sido inoportuna con sus posibilidades reales.
Para el mercado publicitario, descontada además la cadena pública nacional, esta concentración deja nulo margen de regateo. Que solo dos empresas en el ámbito nacional puedan exprimir la concesión televisiva escenifica un estado de negocio bastante lamentable.
El espectador, por más que los canales se multiplicaran por la TDT y por más cuidadosos que sean los nuevos propietarios por intentar mantener la idea de independencia de los canales absorbidos, se enfrenta a una oferta uniforme.
Otra televisión no parece posible y la crisis es a diario una bomba de neutrones para la diversidad.
Pero un país, este que encara un año complicado, es también el resultado de sus ofertas mediáticas. En muchas ocasiones, la mera disgregación genera la competencia, la inventiva, la riqueza y la curiosidad. La tele española no está por debajo de la de otros países de su entorno, salvo quizá en la variedad.
El fracaso de los canales más jóvenes quizá tenga que ver con su incapacidad para captar al otro público con una oferta, para diferenciarla. Al final, parecían las mismas televisiones que sus precedentes, pero con menos medios. Así que la situación, por dolorosa que sea, no deja de tener una lógica alimenticia
. La mirada del espectador, en consecuencia, seguirá escapando hacia canales de pago, suscripción, internet, cualquier promesa de algo distinto.
Nos vamos a encargar de mantener la pluralidad, ya que ofreceremos muchos canales y muy variados, añadió. Por más que la respuesta quiera ser tranquilizadora, la absorción de La Sexta por Antena 3, tras la ya deglutida de Cuatro por parte de Telecinco, deja un panorama sombrío. No es lo mismo la multioferta que el pluralismo.
Como no es la librería ideal una en la que haya muchos libros y de variada temática pero de un solo autor
Para el mercado publicitario, descontada además la cadena pública nacional, esta concentración deja nulo margen de regateo. Que solo dos empresas en el ámbito nacional puedan exprimir la concesión televisiva escenifica un estado de negocio bastante lamentable.
El espectador, por más que los canales se multiplicaran por la TDT y por más cuidadosos que sean los nuevos propietarios por intentar mantener la idea de independencia de los canales absorbidos, se enfrenta a una oferta uniforme.
Otra televisión no parece posible y la crisis es a diario una bomba de neutrones para la diversidad.
Pero un país, este que encara un año complicado, es también el resultado de sus ofertas mediáticas. En muchas ocasiones, la mera disgregación genera la competencia, la inventiva, la riqueza y la curiosidad. La tele española no está por debajo de la de otros países de su entorno, salvo quizá en la variedad.
El fracaso de los canales más jóvenes quizá tenga que ver con su incapacidad para captar al otro público con una oferta, para diferenciarla. Al final, parecían las mismas televisiones que sus precedentes, pero con menos medios. Así que la situación, por dolorosa que sea, no deja de tener una lógica alimenticia
. La mirada del espectador, en consecuencia, seguirá escapando hacia canales de pago, suscripción, internet, cualquier promesa de algo distinto.
El ciclo de la vida en rosa
Por las páginas de Gente pasa mucha gente.
Personas que crecen, se casan, tienen hijos, se divorcian, se arruinan y enriquecen, envejecen y, definitivamente, se marchan. Etapas vitales que desfilan, una tras otra, en páginas de papel o electrónicas.
- Nacer...
El año que se va ha sido especialmente fértil en cuanto a nacimientos de famosines del futuro.
No tanto por la cantidad (sí, todos los años nacen niños) sino por la calidad del apellido de los flamantes padres. Si enero trajo el blindadísimo nacimiento del pequeño Leo Bardem Cruz (al que no pudimos ver hasta verano), el año escolar comenzó con la cacareada llegada de Harper Seven Beckham.
Con el otoño llegaron dos hijos de la aristocracia política europea: Giulia Bruni Sarkozy, con genes de exmodelo italiana y presidente francés, e Iván Rosa Sáenz de Santamaría, el niño con la madre más poderosa de España.
Año rico en nacimientos políticos y también taurinos: en 2011 han sido padres el Juli, José Tomás, José María Manzanares, Morante de la Puebla o Víctor Puerto.
Otros niños han venido a pares: los gemelos de los príncipes de Dinamarca y los de Mariah Carey, a quienes bautizó con nombres cuanto menos estrambóticos: Moroccan y Monroe
. Más tradicionales son los nombres de los mellizos de Miguel Bosé, de cuyo nacimiento se supo a finales de abril: Diego y Tadeo.
- Crecer y casarse...
El año que Diana habría cumplido 50 años, sus hijos se han hecho mayores.
Su primogénito Guillermo ha protagonizado uno de los grandes momentos de 2011, la boda del año y una (de tantas) de las del siglo.
El ya duque de Cambridge ha hecho surgir a una estrella, su esposa Catalina, protagonista de toda fiesta, viaje y gala benéfica, que ha creado a su vez un satélite casi igual de brillante: su hermana, Pippa Middleton.
Si el beso en el balcón de Buckingham fue la guinda del mejor año de la monarquía británica (que para rematar la jugada también celebró la boda de Zara Phillips, nieta mayor de la reina Isabel, tres meses después), las lágrimas de Charlene Wittstock en su boda con Alberto de Mónaco fueron la contrapartida. Una boda más cercana a la falsa pompa de Disneylandia que a la vida real
Nada que ver con las dos uniones más alegres y sorprendentes (aunque esperadas) del año, la de dos mujeres diferentes entre sí aunque igual de independientes y creadoras de tendencias: Kate Moss y Cayetana de Alba. Sus divertidas bodas, en versión roquera y flamenca, levantaron ex. pectación, críticas y alabanzas.
Otras dos neoprincesas que también se han casado este año han sido Petra Ecclestone y Kim Kardashian, en dos enlaces excesivos y millonarios
A la segunda ya le ha dado tiempo hasta a separarse (y a venderlo todo, claro). Dos también han sido los matrimonios sorpresa: el de Paul McCartney y Nancy Shevell y el de dos grandes de la pantalla, Daniel Craig y Rachel Weisz.
- (Y separarse)
Tras las fiestas, los disgustos. 2011 también ha sido año de divorcios. Entre los más sonados, el de Demi Moore y Ashton Kutcher, íntegramente retransmitido vía Twitter, o el de las dos grandes estrellas latinas de EE UU, Jennifer López y Marc Anthony, que ya no compartirán vida, pero sí negocios.
Menos esperado era el de Maria Shriver y Arnold Schwarzenegger: un hijo secreto del actor con una de sus empleadas de hogar acabó con un cuarto de siglo de romance demócrata-republicano.
Ya en España, David Bisbal y Elena Tablada también rompieron su relación, y los últimos en anunciar el adiós han sido Fernando Alonso y Raquel del Rosario.
No estaban casados, pero ha habido rupturas de noviazgos para recordar. Compuestos y sin novio se han quedado Elisabetta Canalis en junio (Clooney tenía nueva novia en menos de tres meses) y Sean Penn y Scarlett Johansson, cuyo fugaz romance apenas duró lo que la primavera.
- Reproducirse...
Aunque algunas parejas sí sobreviven.
Pronto llegará al mundo uno de los bebés más esperados, el hijo de Beyoncé y Jay-Z. La cantante mostró barriguita con un momentazo diva en una gala de premios, y ahora la luce siempre que puede.
Otra a la espera es Victoria de Suecia, que en marzo dará a luz al heredero de la heredera de la corona nórdica. Jennifer Garner, Hillary Duff, Jessica Simpson o Paloma Cuevas también serán madres en 2012.
- Y alguna mala noticia
No es momento para ponerse tristes con despedidas (como las de Elizabeth Taylor, que falleció en marzo, o la de Amy Winehouse, en julio) para dar cuenta del cierre de ciclo vital.
Pueden valer los muchos escándalos de este año, que sirven para hundir (o al menos para dejar tocada) la carrera de cualquiera: desde yernos de reyes como Iñaki Urdangarin a políticos mundiales como Strauss-Kahn, de familias y magnates hipermillonarios como Lilliane Bettencourt o Rupert Murdoch a dioses del Olimpo de la moda como John Galliano o toreros como José Ortega Cano. Caídos o ungidos, henchidos de felicidad o en los momentos duros, son gente que seguirá llenando las páginas de Gente.
Personas que crecen, se casan, tienen hijos, se divorcian, se arruinan y enriquecen, envejecen y, definitivamente, se marchan. Etapas vitales que desfilan, una tras otra, en páginas de papel o electrónicas.
El año que se va ha sido especialmente fértil en cuanto a nacimientos de famosines del futuro.
No tanto por la cantidad (sí, todos los años nacen niños) sino por la calidad del apellido de los flamantes padres. Si enero trajo el blindadísimo nacimiento del pequeño Leo Bardem Cruz (al que no pudimos ver hasta verano), el año escolar comenzó con la cacareada llegada de Harper Seven Beckham.
Con el otoño llegaron dos hijos de la aristocracia política europea: Giulia Bruni Sarkozy, con genes de exmodelo italiana y presidente francés, e Iván Rosa Sáenz de Santamaría, el niño con la madre más poderosa de España.
Año rico en nacimientos políticos y también taurinos: en 2011 han sido padres el Juli, José Tomás, José María Manzanares, Morante de la Puebla o Víctor Puerto.
Otros niños han venido a pares: los gemelos de los príncipes de Dinamarca y los de Mariah Carey, a quienes bautizó con nombres cuanto menos estrambóticos: Moroccan y Monroe
. Más tradicionales son los nombres de los mellizos de Miguel Bosé, de cuyo nacimiento se supo a finales de abril: Diego y Tadeo.
- Crecer y casarse...
El año que Diana habría cumplido 50 años, sus hijos se han hecho mayores.
Su primogénito Guillermo ha protagonizado uno de los grandes momentos de 2011, la boda del año y una (de tantas) de las del siglo.
El ya duque de Cambridge ha hecho surgir a una estrella, su esposa Catalina, protagonista de toda fiesta, viaje y gala benéfica, que ha creado a su vez un satélite casi igual de brillante: su hermana, Pippa Middleton.
Si el beso en el balcón de Buckingham fue la guinda del mejor año de la monarquía británica (que para rematar la jugada también celebró la boda de Zara Phillips, nieta mayor de la reina Isabel, tres meses después), las lágrimas de Charlene Wittstock en su boda con Alberto de Mónaco fueron la contrapartida. Una boda más cercana a la falsa pompa de Disneylandia que a la vida real
Nada que ver con las dos uniones más alegres y sorprendentes (aunque esperadas) del año, la de dos mujeres diferentes entre sí aunque igual de independientes y creadoras de tendencias: Kate Moss y Cayetana de Alba. Sus divertidas bodas, en versión roquera y flamenca, levantaron ex. pectación, críticas y alabanzas.
Otras dos neoprincesas que también se han casado este año han sido Petra Ecclestone y Kim Kardashian, en dos enlaces excesivos y millonarios
A la segunda ya le ha dado tiempo hasta a separarse (y a venderlo todo, claro). Dos también han sido los matrimonios sorpresa: el de Paul McCartney y Nancy Shevell y el de dos grandes de la pantalla, Daniel Craig y Rachel Weisz.
- (Y separarse)
Tras las fiestas, los disgustos. 2011 también ha sido año de divorcios. Entre los más sonados, el de Demi Moore y Ashton Kutcher, íntegramente retransmitido vía Twitter, o el de las dos grandes estrellas latinas de EE UU, Jennifer López y Marc Anthony, que ya no compartirán vida, pero sí negocios.
Menos esperado era el de Maria Shriver y Arnold Schwarzenegger: un hijo secreto del actor con una de sus empleadas de hogar acabó con un cuarto de siglo de romance demócrata-republicano.
Ya en España, David Bisbal y Elena Tablada también rompieron su relación, y los últimos en anunciar el adiós han sido Fernando Alonso y Raquel del Rosario.
No estaban casados, pero ha habido rupturas de noviazgos para recordar. Compuestos y sin novio se han quedado Elisabetta Canalis en junio (Clooney tenía nueva novia en menos de tres meses) y Sean Penn y Scarlett Johansson, cuyo fugaz romance apenas duró lo que la primavera.
- Reproducirse...
Aunque algunas parejas sí sobreviven.
Pronto llegará al mundo uno de los bebés más esperados, el hijo de Beyoncé y Jay-Z. La cantante mostró barriguita con un momentazo diva en una gala de premios, y ahora la luce siempre que puede.
Otra a la espera es Victoria de Suecia, que en marzo dará a luz al heredero de la heredera de la corona nórdica. Jennifer Garner, Hillary Duff, Jessica Simpson o Paloma Cuevas también serán madres en 2012.
- Y alguna mala noticia
No es momento para ponerse tristes con despedidas (como las de Elizabeth Taylor, que falleció en marzo, o la de Amy Winehouse, en julio) para dar cuenta del cierre de ciclo vital.
Pueden valer los muchos escándalos de este año, que sirven para hundir (o al menos para dejar tocada) la carrera de cualquiera: desde yernos de reyes como Iñaki Urdangarin a políticos mundiales como Strauss-Kahn, de familias y magnates hipermillonarios como Lilliane Bettencourt o Rupert Murdoch a dioses del Olimpo de la moda como John Galliano o toreros como José Ortega Cano. Caídos o ungidos, henchidos de felicidad o en los momentos duros, son gente que seguirá llenando las páginas de Gente.
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