Un Blues

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16 oct 2011

'Red state', de Kevin Smith, gana el premio a la mejor película en Sitges

La británica 'Attack the block' logra los trofeos del público, de la crítica y la mención especial del Jurado .
No parecía haber muchas dudas entre público y jurado: las películas que más habían llamado la atención dentro de la sección Oficial de este Sitges 2011 eran la británica Attack the block, de Joe Cornish, y la estadounidense Red state, de Kevin Smith.
 Este mediodía la primera ha obtenido el premio de la crítica, del público, a la mejor banda sonora y la mención especial del jurado con su estupenda visión de la vida adolescente en un barrio de una gran ciudad... rodeados de una invasión alienígena, y la segunda ha recibido el trofeo al mejor actor (Michael Parks, brutal como un violento predicador ultrarradical) y a la mejor película del certamen.
Como el mismo director del certamen, Ángel Sala, ha dicho: "Es la resurrección de Kevin Smith", verbalizando lo que muchos pensaban desde la proyección del filme, que recupera un director clave del indie estadounidense de los noventa (Clerks, Dogma y, sobre todo, Persiguiendo a Amy), y cuyo último trabajo fue la vergonzante ¡Vaya par de policías!.






La historia de Red state es dura. El desarrollo de la carrera comercial en Estados Unidos de Red state es apasionante.
El filme esconde varios cambios de género, y el espectador no sabe muy bien nunca qué está viendo, ante los giros de argumento que dilucida Kevin Smith.
 Aunque el núcleo central es el asalto a una comunidad de cristianos radicales por parte de unas policías sin reparos en usar la violencia.




El trío de interpretaciones que componen Michael Parks (como el pastor líder), Melissa Leo (su hija) y John Goodman (el policía que comanda el asalto) es soberbio.
Pero además Kevin Smith no tiene ningún complejo en deshacerse de sus protagonistas y el público no puede nunca llegar a encariñarse de ningún personaje... porque nunca sabes quién va a morir.
El director Juan Antonio Bayona, miembro del jurado, apuntaba: "Es un filme incómodo de ver". Cierto. El crítico Quim Casas, que también estaba en el jurado, subrayaba: "Es un relato contundente de la actual sociedad americana, con apuntes del estilo [y su humor] de Kevin Smith". También es verdad.




Sin embargo, Red state ha sido un quiebro tan radical en su carrera, que ha tenido innumerables problemas para ser vista.
 Smith no encontró distribuidor en su país, y en una hábil jugada decidió subastar en Internet al mejor postor esos derechos.
 En el último momento él mismo pujó, se quedó con la película y desde entonces ha combinado la venta de Red state a cadenas locales con la proyección del filme en salas con él mismo presentándolo.
Smith ya tiene una carrera como humorista, o mejor, como desgranador de la actualidad cinematográfica en teatros, con lo que no le cuesta nada subirse a un escenario y hablar sobre lo que la gente va a ver.
 En España tampoco tiene aún distribuidor, puede que el premio anime a alguien a comprarla.
Su contundencia y calidad bien lo merece.






La otra película fenómeno, la británica Attack the block, ha logrado unir a crítica y público, que le han otorgado sus galardones.
 Cómo unos adolescentes macarras defienden su barrio de una invasión alienígena tiene toda su gracia, y el guion y la dirección de Joe Cornish (una de las cabezas pensantes de Zombies party y Scott Pilgrim contra el mundo) llevan la historia por muy buen camino. Attack the block, que ha arrasado en Reino Unido, llegó a Sitges con distribución en España ya firmada.






Del resto del palmarés de la sección Oficial destacan los premios a la mejor dirección, para el coreano Na Hong-Jin por The yellow sea; a la mejor actriz, para la estadounidense Brit Marling, por Another earth, y el de los mejores efectos especiales para la española Eva.



Del resto de las diversas secciones y sus correspondientes premios (hasta 40), destaca el galardón a la menor película que el jurado de Nuevas Visiones les ha otorgado al genio coreano Park Chan-wook y a su hermano pequeño Park Chan-kyong por su Night fishing, un mediometraje de 33 minutos grabado con la cámara de un teléfono móvil.
El Méliès de Plata a la mejor película europea fantástica ha sido para Kill list, de Ben Wheatley.






El festival en cifras




El festival ha vuelto a romper récords de asistencia.
Un certamen se hace bien como promoción de sus títulos (Cannes), bien pensando en la industria y el público (San Sebastián), bien pensando solo en el aficionado (Sitges).
Con una sección Oficial de hasta ocho títulos diarios es imposible informar de ella; en cambio los aficionados están encantados de ver una película tras otra, y en esa línea Sitges da a su gente lo que quieren: a falta de cerrar las cantidades con las taquillas de esta noche y mañana domingo, cuando aún hay proyecciones, el certamen adelantaba cifras provisionales de unas 66.000 entradas vendidas y 115.000 espectadores totales.



El Auditorio del Meliá Sitges, con capacidad para 1.200 personas, se ha llenado en bastantes sesiones, y la película que más entradas ha vendido ha sido Mientras duermes, de Jaume Balagueró, proyectada fuera de concurso.
 Angel Sala sale reforzado de esta 44 edición, aunque aún sigue en los tribunales la causa promovida por la fiscalía por la proyección el año pasado de A serbian film.

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