Jugar contigo como en un circo
es la esencia de este poema.
Qué mejor juego que el del amor
en este sitio por el que desfila
más de uno haciendo equilibrios.
La perfecta partida de naipes
en la que se apuesta más alto.
El casino, la ruleta, los malabares,
la complicidad de la estrecha noche
con la lencería más perversa,
Las peripecias por no estar solo
y, perdido, volver a intentarlo.
Jugar, en el fondo, a burlarse
de la soledad y del desamor,
a romper la línea que separa
tu dicha de mis desdichas.
Un arriesgado juego de ilusión,
intenso, poco piadoso y caprichoso.
Debe ser que, a estas alturas,
se me volvió a olvidar que un día
me prohibí volver a amar.
es la esencia de este poema.
Qué mejor juego que el del amor
en este sitio por el que desfila
más de uno haciendo equilibrios.
La perfecta partida de naipes
en la que se apuesta más alto.
El casino, la ruleta, los malabares,
la complicidad de la estrecha noche
con la lencería más perversa,
Las peripecias por no estar solo
y, perdido, volver a intentarlo.
Jugar, en el fondo, a burlarse
de la soledad y del desamor,
a romper la línea que separa
tu dicha de mis desdichas.
Un arriesgado juego de ilusión,
intenso, poco piadoso y caprichoso.
Debe ser que, a estas alturas,
se me volvió a olvidar que un día
me prohibí volver a amar.
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